¡BOMBA! Milei, el presidente que prometió dinamitar el statu quo, ahora va por los inmigrantes. En una movida que huele a nafta y pólvora, el Gobierno anunció que les cobrará a los extranjeros por estudiar en universidades públicas y por atenderse en hospitales. ¿Solidaridad o billetera? ¡El debate está que arde!
¿Milei contra la educación pública y gratuita?
Según el vocero presidencial, Manuel Adorni (¿alguien lo conoce?), uno de cada tres estudiantes de medicina es extranjero. ¡Horror! ¿Nos están invadiendo? Tranquilos, mis queridos lectores, que Amarillo Pérez les trae la posta. Resulta que para estudiar en una universidad pública en Argentina ya se necesita ser residente. ¡Sorpresa! Milei anunció como novedad algo que ya existe. ¿Será ignorancia o una jugada maestra para distraernos de los verdaderos problemas?
Mientras el dólar se dispara como cohete espacial y la inflación nos come los bolsillos, Milei se preocupa por si los paraguayos estudian gratis. ¡Qué genio! Parece que el plan económico es desviar la atención con temas polémicos y fáciles de digerir para la masa encefálica promedio. ¿Será que no saben cómo solucionar la crisis y recurren a la vieja táctica del chivo expiatorio?
Lo cierto es que muchos migrantes aportan a nuestra economía y pagan impuestos como cualquier hijo de vecino. ¿Acaso no merecen los mismos derechos que los argentinos? ¿O será que Milei está aplicando la teoría del derrame, pero al revés: derramando odio y discriminación para que los ricos se queden con todo?
La salud, ¿un privilegio para pocos?
El Gobierno también anunció el fin de la gratuidad en la atención médica para extranjeros. ¡Paren las rotativas! ¿Ahora resulta que los hospitales públicos son un club VIP solo para argentinos? ¿Y qué pasa con los que no tienen recursos ni para pagar un remedio? ¿Los dejamos morir en la puerta del hospital? ¡Qué humanitarios!
Milei dice que esto generará un ahorro millonario. ¡Claro! Ahorro para los ricos, porque los pobres seguirán pagando las consecuencias de las políticas de ajuste. ¿Acaso no es más caro dejar que las enfermedades se propaguen sin control? ¿O será que el Gobierno prefiere invertir en armas y represión antes que en salud y educación? ¡La respuesta, amigo, está en el viento… o en los bolsillos de los empresarios que financian la campaña!
Pero no se preocupen, mis queridos lectores, que la cosa no termina ahí. Adorni también anunció que endurecerán las condiciones para la expulsión de extranjeros. ¡A prepararse para la cacería de brujas! Si te atrapan cometiendo un delito, chau chau adiós. Te deportan sin escalas. Y si intentas volver a entrar, ¡a la cárcel! ¡Qué país generoso!
La táctica del bait: ¿distracción o estrategia?
Algunos analistas (esos que leen libros y no solo tuits) dicen que Milei está usando la táctica del “bait”. ¿Qué es eso? Simple: lanzar un anzuelo con una noticia falsa o polémica para generar debate y desviar la atención de los verdaderos problemas. Es como el mago que te hace mirar la mano derecha mientras te roba la billetera con la izquierda. ¡Magia potagia!
En este caso, el anzuelo es la inmigración. Un tema sensible que despierta pasiones y prejuicios. Mientras discutimos si los extranjeros deben pagar por estudiar o atenderse, nos olvidamos de que el país se está yendo al tacho. ¡Misión cumplida!
¿Será que Milei es un genio de la comunicación o simplemente un oportunista que se aprovecha del miedo y la ignorancia de la gente? ¡Amarillo Pérez no lo sabe! Pero lo que sí sabe es que este circo mediático nos está costando caro. Mientras los políticos juegan con nuestras emociones, la realidad nos golpea como un martillazo en la cabeza.
Conclusión: el show debe continuar. Milei sigue baiteando a la gilada con anuncios rimbombantes y medidas polémicas. Mientras tanto, la economía se hunde, la pobreza aumenta y la gente se pelea por migajas. ¡Aplausos para el gran titiritero! ¡Y que no se corte el show!