El primer año de Javier Milei en la presidencia ha sido un torbellino de medidas económicas y resultados sorprendentes. La inflación, que parecía indomable, ha cedido terreno. El mercado financiero, que se encontraba en terapia intensiva, ahora muestra signos de recuperación. Pero, como en toda montaña rusa, la subida pronunciada genera la inevitable pregunta: ¿qué sigue después del pico? ¿Es sostenible este ritmo? ¿Podrá Milei mantener el equilibrio en la cuerda floja de la economía argentina?
Un año de cirugía mayor: la inflación en terapia intensiva
Milei llegó al poder con la promesa de domar la inflación, un monstruo que venía devorando los bolsillos de los argentinos. Y, al menos en el corto plazo, parece haberlo logrado. La receta fue una combinación de disciplina fiscal a ultranza, reducción del gasto público y una política monetaria más ortodoxa. El resultado: una inflación que, tras tocar picos alarmantes del 25,5% a finales de 2023, ahora se ubica por debajo del 3% mensual.
Este logro no es menor. Milei logró lo que muchos consideraban imposible: frenar la inercia inflacionaria en un país acostumbrado a convivir con ella. Sin embargo, la pregunta clave es si esta baja es sostenible en el tiempo. La respuesta, como casi siempre en economía, es compleja y depende de varios factores.
El mercado financiero: ¿euforia pasajera o recuperación real?
El optimismo inicial por las medidas de Milei se tradujo en un rally impresionante en el mercado financiero. El índice Merval, que mide el comportamiento de las principales acciones argentinas, se disparó más del 100% en dólares. Los bonos soberanos, que estaban en el suelo, resucitaron con subas de hasta el 80%. Incluso los ADR de bancos locales superaron a las estrellas de Wall Street, como Nvidia.
Pero, como suele ocurrir, la euforia inicial puede ser engañosa. ¿Es este auge en el mercado financiero un reflejo de la confianza en el rumbo económico del país o una simple burbuja especulativa? ¿Podrá Milei generar las condiciones para que esta recuperación se traduzca en inversiones productivas y en creación de empleo?
2025: el examen final – el desafío del crecimiento
Si 2024 fue el año de la batalla contra la inflación, 2025 será el año del examen final para Milei: el crecimiento económico. Controlar la inflación es una condición necesaria, pero no suficiente, para el desarrollo económico. Ahora, el desafío es generar las condiciones para un crecimiento sostenido que se traduzca en mejoras tangibles para los argentinos.
Las proyecciones del Gobierno son optimistas, con un crecimiento estimado del 5% para 2025. Pero estas proyecciones se basan en el impulso de sectores como el agro, la energía y la minería, que si bien son importantes, no generan empleo masivo. La pregunta clave es si este crecimiento llegará a los grandes centros urbanos, donde se concentra la mayor parte de la población y el desempleo sigue siendo un problema acuciante.
Otro factor clave será el tipo de cambio. La apreciación del peso frente al dólar, producto de la baja de la inflación y la entrada de capitales, ha encarecido los productos argentinos en el mercado internacional, afectando la competitividad de las exportaciones. Este es un desafío importante para el sector industrial, que deberá adaptarse a un contexto más competitivo en un escenario de mayor apertura económica.
Finalmente, el éxito de Milei dependerá en gran medida de su capacidad para generar confianza en los inversores y en la población. La memoria de la crisis económica de 2001 y la reciente experiencia con el gobierno de Mauricio Macri, que también comenzó con un fuerte impulso inicial para luego desinflarse, generan cautela entre los argentinos. Las elecciones legislativas de 2025 serán una prueba de fuego para el liderazgo de Milei y su capacidad para consolidar su proyecto económico.
¿Y el pueblo? La economía en la vida real
Más allá de los números fríos y las proyecciones macroeconómicas, lo que realmente importa es cómo se traduce todo esto en la vida cotidiana de los argentinos. ¿Podrán las familias recuperar el poder adquisitivo perdido durante años de alta inflación? ¿Se generarán nuevos empleos de calidad? ¿Mejorará la calidad de vida de la gente?
Las encuestas muestran un optimismo cauteloso, con un 60% de la población que espera que 2025 sea mejor que 2024. Pero este optimismo es frágil y depende de que el crecimiento económico se traduzca en beneficios concretos para la gente. Si Milei no logra que la recuperación llegue a los bolsillos de los argentinos, su luna de miel con la opinión pública podría terminar abruptamente.