En una movida que sacudió al escenario político y económico del país, el presidente Javier Milei despidió a Florencia Misrahi, titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), el organismo que reemplazó a la AFIP. La decisión, según fuentes oficiales, fue motivada por la intención de Misrahi de gravar con impuestos a streamers, influencers, actividades de criptominería y transacciones digitales, una medida que no fue consultada con el mandatario y que contradice su política de reducir la carga tributaria.
Un cambio de rumbo en la política tributaria
La destitución de Misrahi, quien había sido designada en octubre pasado tras la disolución de la AFIP, se produjo luego de que la ARCA publicara una resolución en el Boletín Oficial que establecía la obligación de influencers, streamers y personas involucradas en la creación de contenido audiovisual en plataformas digitales de inscribirse en el régimen impositivo. Esta medida, que incluía el pago de impuestos nacionales y provinciales, así como aportes jubilatorios, generó un fuerte rechazo en el sector tecnológico y creativo, y fue interpretada como una contradicción a las promesas de campaña de Milei de simplificar el sistema tributario y reducir la presión fiscal.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó la decisión a través de sus redes sociales: “El Presidente de la Nación tomó la decisión de echar a la titular de ARCA y a dos funcionarios por la modificación al régimen de streamers e influencers.”. La medida fue ratificada por un comunicado de la Oficina del Presidente, que enfatizó el compromiso del gobierno con un régimen tributario simplificado y la no persecución de las nuevas formas de negocios digitales. “La solución al persistente déficit fiscal no es buscar nuevas formas de recaudación sino bajar el gasto público”, señaló el comunicado.
Pazo al frente de ARCA: ¿continuidad o ruptura?
Para reemplazar a Misrahi, Milei designó a Juan Pazo, quien hasta ese momento se desempeñaba como secretario de Coordinación de Producción en el Ministerio de Economía. El nombramiento de Pazo, que había sido anunciado días antes para un cargo en la Cancillería, generó sorpresa y especulaciones sobre la dirección que tomará la ARCA bajo su liderazgo. Pazo, economista de formación liberal, deberá conciliar las promesas de Milei de reducir impuestos con la necesidad de mantener la recaudación fiscal en un contexto de crisis económica.
El ministro de Economía, Luis Caputo, justificó el nombramiento de Pazo en la necesidad de una mayor coordinación entre el Ministerio de Economía y la Cancillería, especialmente en materia de comercio exterior y la búsqueda de nuevos socios estratégicos. Sin embargo, la designación de Pazo en ARCA sugiere un cambio de planes y la necesidad de un perfil con mayor experiencia en gestión económica al frente del organismo recaudador.
Implicaciones para el ecosistema digital y la criptominería
La decisión de Milei de revertir la medida de Misrahi de gravar a influencers y streamers fue bien recibida por el sector tecnológico, que veía en la iniciativa una amenaza para el desarrollo de la economía digital. La inclusión en el CLAE (Clasificador de Actividades Económicas) de actividades como la creación de contenido audiovisual y la criptominería habría implicado la obligación de facturar, pagar IVA, Ganancias, y realizar aportes jubilatorios, lo que podría haber desalentado el crecimiento de estas industrias.
Sin embargo, la marcha atrás en la medida también plantea interrogantes sobre cómo el gobierno abordará la tributación de las nuevas formas de trabajo y la economía digital en el futuro. La necesidad de financiar el gasto público y la creciente importancia de la economía digital hacen inevitable la búsqueda de un marco regulatorio que permita gravar estas actividades de manera eficiente y equitativa, sin frenar su desarrollo.
El debate sobre la tributación en la era digital
El caso de Misrahi y el impuesto a influencers y la criptominería pone de manifiesto el debate global sobre cómo los gobiernos deben abordar la tributación en la era digital. La globalización, el auge del comercio electrónico y la aparición de nuevas formas de trabajo plantean desafíos para los sistemas tributarios tradicionales, que fueron diseñados para una economía industrial.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) ha estado trabajando en la búsqueda de soluciones para gravar la economía digital a nivel internacional, pero aún no se ha llegado a un consenso. Mientras tanto, cada país ha ido implementando sus propias medidas, lo que ha generado una fragmentación del sistema tributario global y una mayor complejidad para las empresas que operan en múltiples jurisdicciones.
En Argentina, el debate recién comienza. El gobierno de Milei deberá encontrar un equilibrio entre su promesa de reducir impuestos y la necesidad de generar recursos para el Estado. La solución, como ha señalado el propio presidente, no está en buscar nuevas formas de recaudación, sino en reducir el gasto público. Sin embargo, la implementación de esta política de austeridad en un contexto de crisis económica y social no estará exenta de dificultades.
El despido de Misrahi es un claro mensaje del presidente Milei a su equipo económico: la reducción de impuestos es una prioridad innegociable. Sin embargo, la forma en que se llevó a cabo la destitución, sin consulta previa con el ministro de Economía, Luis Caputo, deja en evidencia las tensiones internas dentro del gobierno y la falta de una estrategia coordinada en materia económica. Los próximos meses serán cruciales para determinar si el gobierno de Milei logrará implementar su ambicioso plan de reformas económicas sin generar mayores turbulencias.