El gobierno de Javier Milei ha dado un golpe contundente sobre la mesa con la disolución de la ex Ciccone Calcográfica, ahora Compañía de Valores Sudamericana (CVS). Esta decisión, anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni a través de la red social X, representa el fin de la producción de billetes por parte de esta empresa y, según el gobierno, un ahorro anual para el Estado Nacional de 5.040 millones de pesos.
La medida: un símbolo de la lucha contra la corrupción
Para el gobierno de Milei, la disolución de CVS no es solo una medida económica, sino también un símbolo de la lucha contra la corrupción del kirchnerismo. Adorni calificó a la ex Ciccone como “uno de los grandes emblemas de la corrupción kirchnerista”. Esta declaración refleja la postura del gobierno, que busca desmantelar lo que considera vestigios de una gestión anterior plagada de irregularidades.
La decisión, que ya había sido anticipada el 3 de octubre de 2024, forma parte de un plan mayor de reestructuración de la Casa de Moneda. Este plan busca no solo un ahorro económico sustancial, sino también mejorar la eficiencia y transparencia en la gestión de este ente estatal.
Implicaciones económicas y operativas
El ministro de Economía, Luis Caputo, detalló en su cuenta de X las acciones en marcha para ejecutar la disolución: retiro de maquinaria, cierre de oficinas y notificación al personal afectado. Además, indicó que la Agencia de Administración de Bienes del Estado subastará el inmueble, que incluye una bóveda utilizada para almacenar billetes a punto de ser destruidos por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
La cantidad exacta de empleados afectados y los planes de reubicación o indemnizaciones para ellos no se han especificado públicamente. La información precisa sobre este punto seguramente surgirá en los próximos días o semanas, a medida que el proceso de liquidación de la empresa avance.
El caso Ciccone: un escándalo de corrupción de grandes proporciones
La ex Ciccone Calcográfica se encuentra en el centro de un controvertido escándalo de corrupción vinculado al exvicepresidente Amado Boudou durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El “Caso Ciccone”, o “Boudougate”, gira en torno a la adquisición irregular de la empresa por parte de Alejandro Vandenbroele, quien habría actuado como testaferro de Boudou.
La investigación judicial, un proceso complejo que abarcó varios años, concluyó con la condena de Boudou por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública en 2018. La condena fue ratificada en instancias superiores, llevando a Boudou a cumplir parte de su sentencia en prisión antes de obtener la libertad condicional en 2021. Este caso judicial ha sido un punto clave en las acusaciones del gobierno de Milei sobre la corrupción kirchnerista.
La perspectiva de Milei: reestructuración y austeridad
Para el gobierno de Milei, la disolución de CVS no es un hecho aislado, sino parte de una política integral de reestructuración y austeridad. La gestión anterior de la Casa de Moneda ha sido objeto de fuertes críticas, denunciando ineficiencias y despilfarro de recursos. Se alega que existían deudas por US$ 371 millones, un patrimonio negativo de US$ 78 millones y un resultado bruto negativo de US$ 20.500.000. Estos números han sido utilizados por el gobierno para justificar la necesidad de cambios drásticos en el manejo de este ente estatal.
El objetivo es optimizar el gasto público y eliminar lo que el gobierno considera vestigios de la corrupción del pasado. Se espera que la subasta del inmueble y el cese de la operación de la planta de impresión permitan un ahorro considerable al Estado Nacional, liberando recursos para otras prioridades.
Reacciones y perspectivas futuras
La decisión de Milei de disolver la ex Ciccone ha generado un debate público intenso. Si bien el gobierno la presenta como un triunfo contra la corrupción y una muestra de su política de austeridad, los detractores argumentan que la medida podría tener consecuencias negativas para la economía, incluyendo la posible pérdida de empleos, y la falta de alternativas para garantizar la impresión de los billetes. Aún falta por definir detalles como la transición de las operaciones de impresión de billetes y la gestión de los empleados de CVS.
En los próximos meses, será crucial observar cómo se gestionan estas transiciones y las repercusiones económicas de la medida a largo plazo. La situación seguramente estará sujeta a debates y análisis adicionales, así como a la supervisión por parte de los organismos de control correspondientes.
un símbolo de un nuevo rumbo económico?
La disolución de la ex Ciccone es un evento significativo en el escenario político y económico argentino. Representa una apuesta del gobierno de Milei por una gestión más austera y transparente, pero también genera incertidumbre sobre sus consecuencias a largo plazo. El éxito o fracaso de esta medida dependerá en gran medida de cómo se gestionen las consecuencias sociales y económicas en los próximos meses y de si efectivamente se materializa el ahorro millonario prometido por el gobierno.