Mendoza presenta un panorama económico dual: mientras Coca-Cola celebra el éxito de su estrategia de envases retornables, la industria metalúrgica enfrenta un escenario complejo con sectores en alza y otros en declive. La inversión de Coca-Cola Andina en una planta de envasado en la provincia no solo ha revitalizado la producción, sino que también ha reflejado un cambio en los hábitos de consumo, con el 50% de las ventas correspondientes a envases retornables.
Coca-Cola: Retorno al éxito en Mendoza
La nueva planta de Coca-Cola Andina en Mendoza, una inversión de US$ 40 millones, se destaca por ser una de las líneas de envasado más veloces de Sudamérica. Esta inversión, parte de un plan mayor de US$ 1000 millones en cinco años, ha llegado en un momento estratégico: la provincia muestra una creciente preferencia por los envases retornables, representando la mitad de las ventas de la empresa. Enrique Pérez Estévez, gerente de Relaciones Institucionales de Coca-Cola Andina Argentina, destaca que esta tendencia se debe a una mayor conciencia ambiental entre los consumidores mendocinos.
El éxito de los retornables no solo se traduce en un impacto positivo en el medio ambiente, al reducir la cantidad de residuos de PET (descartables), sino también en un ahorro del 25% en el precio final para el consumidor. Además, la nueva planta ha optimizado la logística, reduciendo la huella de carbono al eliminar el transporte de cajones desde Córdoba. La planta produce 48 mil litros de bebidas por hora, donde las botellas de 2,5 litros representan la mitad de la producción.
El mercado mendocino representa el 57% de la región de Cuyo, y se observa una clara migración del consumo de envases de PET hacia los retornables. Coca-Cola mantiene una posición de liderazgo en la región, con un 65% de participación en el mercado, mientras que su principal competidor, Pepsi, cuenta con aproximadamente el 25%.
A pesar de la crisis inflacionaria, el impacto en las ventas de Coca-Cola no ha sido significativo, atribuyendo la disminución de la participación de mercado a la competencia, en lugar de una merma general de las ventas. La empresa también destaca la implementación de un sistema de empaque universal para todos los sabores (Coca-Cola, Fanta, Sprite) lo que simplifica la producción y el manejo de los envases retornables.
Industria Metalúrgica: Un panorama mixto
En contraste con el auge de Coca-Cola, la industria metalúrgica mendocina exhibe una situación más compleja, con un panorama que Fabián Solís, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), describe como un “semáforo”: rojo, amarillo y verde. A nivel nacional, la industria metalúrgica ha experimentado una caída del 7% en la producción y una ligera disminución del empleo en 2024.
En Mendoza, la caída ha sido menos intensa, con un descenso del 4.8%. Si bien la industria metalúrgica mendocina ha mostrado resistencia, la actividad sigue lejos de los niveles previos a la llegada de Javier Milei al poder. Dentro del sector, la situación varía según la cadena de valor.
El sector de la construcción se encuentra en “rojo”, con fuertes caídas. Sin embargo, la expectativa es positiva para 2025 debido al anuncio de obras públicas y el potencial impulso de proyectos privados. En el sector petrolero, la situación es heterogénea; las empresas que prestan servicios a la Destilería de YPF en Luján de Cuyo se encuentran en “verde”, impulsadas por ampliaciones y nuevos proyectos, mientras que otras empresas, vinculadas a YPF en el sur de la provincia y que realizaban servicios para áreas maduras de petróleo convencional, están en “rojo” debido a la cesión de contratos a privados y los consecuentes despidos.
Por otro lado, el sector agroindustrial se encuentra en “amarillo”, con una caída interanual promedio del 7%, afectando a las empresas que proveen a las bodegas y al sector de la cosecha de papa y hortalizas. La industria metalúrgica se muestra esperanzada por el desarrollo del sector minero en Malargüe, con 34 proyectos autorizados para exploración minera y la posibilidad de generar nuevas oportunidades laborales en el sector de servicios.
En resumen, el panorama económico de Mendoza presenta dos caras opuestas. La estrategia sostenible de Coca-Cola ha resultado exitosa en un contexto de crecimiento del mercado de retornables, mientras que la industria metalúrgica enfrenta desafíos y busca nuevas oportunidades en la minería y otros sectores. Este contraste destaca la importancia de una diversificación económica y la necesidad de adaptarse a las tendencias emergentes para asegurar el crecimiento sostenible de la provincia.
Tanto la experiencia de Coca-Cola como la situación de la industria metalúrgica en Mendoza reflejan las complejidades de la economía provincial. Mientras unas empresas se benefician de estrategias sostenibles y una adaptación al mercado, otras enfrentan desafíos que requieren innovación y diversificación para asegurar su competitividad en el largo plazo. La situación en la industria metalúrgica pone de manifiesto la necesidad de contar con políticas públicas que promuevan el crecimiento equilibrado de la provincia, asegurando la competitividad de sus empresas y generando oportunidades de desarrollo para todos los sectores.