Bajo un sol abrasador, miles de personas se congregaron en Córdoba para la 16° Marcha Provincial del Orgullo. Con el lema “Sin Estado no hay derechos, sin derechos no hay orgullo”, la comunidad LGBTIQNB+ tomó las calles para exigir políticas públicas inclusivas y justicia para las víctimas de crímenes de odio. La marcha fue mucho más que una celebración; fue una poderosa demostración de unidad y un llamado a la acción para abordar la profunda crisis de salud mental que afecta a este colectivo.
Reclamos por la Justicia y los Derechos
Las principales demandas giraron en torno a la aprobación de una Ley Integral Trans y una Ley Antidiscriminatoria en la provincia. La Ley Integral Trans es crucial para garantizar derechos básicos como acceso al trabajo, vivienda y salud para las personas trans. La Ley Antidiscriminatoria busca brindar protección efectiva a las diversidades frente a la discriminación y el odio. Ambas iniciativas legislativas son claves para el bienestar y la inclusión plena de la comunidad.
Además de las demandas legislativas, la marcha sirvió como plataforma para exigir justicia por las víctimas de crímenes de odio. Se recordaron los casos de Andrea, Pamela y Roxana, víctimas de lesbicidios, y se pidió reparación para Sofía, una sobreviviente de violencia en un lesbicidio en Barracas. La insistencia en estos casos resalta la necesidad de investigar a fondo estos crímenes y enjuiciar a los responsables, al tiempo que envía un poderoso mensaje de que no se tolerarán más actos de violencia.
La Crisis de Salud Mental en la Comunidad LGBTIQ+
Un estudio del CONICET puso de manifiesto una preocupante realidad: el 60% de las personas LGBTIQ+ en Argentina ha considerado el suicidio. Entre las personas trans y no binarias, esta cifra asciende al 85%, un reflejo brutal del impacto devastador de la discriminación, el rechazo familiar y las dificultades para acceder a oportunidades laborales y educativas.
En Córdoba, los índices de ansiedad y estrés son similares a la media nacional, con cifras alarmantes que sobrepasan el 80% en ambos casos. Un dato adicional que refuerza esta problemática: el 30% de los encuestados ha sido sometido a terapias de conversión familiar, prácticas condenadas por su crueldad e impacto traumático. La marcha se posicionó como un símbolo de lucha contra estas prácticas y un llamado a la creación de espacios seguros y de apoyo para la comunidad.
La Marcha: Un Acto de Resistencia y Celebración
A pesar de los reclamos urgentes, la marcha también fue una vibrante celebración de la diversidad. Miles de personas, de todas las edades y orígenes, desfilaron por las calles de Córdoba mostrando orgullo, unidad y esperanza. Las banderas multicolores, los cantos, bailes, y las expresiones artísticas inundaron el ambiente, creando una atmósfera festiva que contrastó con la gravedad de los reclamos.
Música que variaba desde himnos clásicos de la comunidad LGBTIQ+ como “I Will Survive” de Gloria Gaynor, hasta canciones contemporáneas como “El Fanático” de Lali, creó un ambiente de celebración y resistencia. La presencia de colectivos artísticos y culturales locales, como Entrepiernas y la disco Zen, también contribuyó a darle un carácter festivo y único a la marcha en Córdoba, convirtiendo el centro de la ciudad en una festiva discoteca a cielo abierto.
El Camino hacia la Inclusión
La Marcha del Orgullo en Córdoba fue una demostración contundente del poder de la movilización y la lucha colectiva. Los reclamos por leyes que protejan los derechos de la comunidad LGBTIQNB+ y el abordaje urgente de la crisis de salud mental dentro del colectivo son imperativos. La celebración de la diversidad, sin embargo, es solo un primer paso hacia la creación de una sociedad más justa e inclusiva. Queda pendiente un largo trabajo conjunto para que el orgullo sea verdaderamente posible, no solo en las calles, sino en todos los aspectos de la vida cotidiana.