La cumbre del G20 en Brasil se aproxima y con ella, la tensión por la firma del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur ha alcanzado su punto álgido. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha dejado claro que no firmará el acuerdo en su forma actual, generando un panorama de incertidumbre e intensificando las negociaciones a contrarreloj.
La postura francesa: un freno al acuerdo
Durante su reciente visita a Argentina, Macron se reunió con el presidente Javier Milei, oportunidad que aprovechó para comunicar explícitamente su rechazo al acuerdo en su estado actual. Macron fundamentó su postura en la necesidad de proteger la agricultura europea de una competencia desleal que, según él, generaría el acuerdo en su versión actual. Las declaraciones del presidente francés, realizadas en el aeropuerto de Ezeiza antes de partir hacia Río de Janeiro, dejan en claro su firme posición.
Además de la protección de la agricultura francesa, el presidente Macron mencionó otros factores que contribuyen a su rechazo. El funcionamiento actual del Mercosur también presenta deficiencias que, a su juicio, son preocupantes para la firma de un acuerdo de esta envergadura. La falta de transparencia y la carencia de mecanismos eficaces para garantizar el cumplimiento de los acuerdos ambientales y laborales representan un escollo significativo en las negociaciones. El presidente también reveló que Milei se mostró desfavorable al acuerdo y manifestó su disconformidad con el funcionamiento del propio Mercosur.
Las protestas de los agricultores franceses
El descontento del sector agrícola francés ante las negociaciones del acuerdo UE-Mercosur se ha traducido en una ola de protestas que ha ido incrementando su intensidad en las últimas semanas. Los agricultores, preocupados por la competencia desleal que temen que origine el acuerdo, llevaron a cabo bloqueos de carreteras y otras manifestaciones en diferentes zonas del país.
Arnaud Rousseau, presidente del principal sindicato agrícola francés, FNSEA, ha declarado la realización de acciones de protesta durante 48 horas en casi 80 departamentos del país. El líder sindical también ha resaltado la postura común de los agricultores de la UE, incluyendo aquellos países que, en principio, han manifestado su apoyo al acuerdo, como Alemania y España.
Alemania y Brasil impulsan la negociación
Mientras Francia se opone al acuerdo, Alemania y Brasil se muestran a favor. Tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, como el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, coinciden en la importancia de no dejar morir el acuerdo, incluso considerando las nuevas resistencias planteadas por Francia y Argentina. Lula y Scholz han sostenido reuniones previamente para destacar la importancia de llevar el acuerdo a buen término.
Alemania es consciente de las nuevas resistencias en Francia y Argentina, pero mantiene su apuesta por la conclusión del acuerdo de libre comercio con el Mercosur. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha reconocido que las negociaciones avanzan, pero no a la velocidad deseada, lo que sugiere que se requiere un esfuerzo adicional para superar los obstáculos actuales. En este contexto, la cumbre del G20 se vislumbra como un escenario clave para las conversaciones en torno al acuerdo.
A contrarreloj: la carrera contra la cumbre del G20
Con el G20 a la vuelta de la esquina, las negociaciones se aceleran para tratar de llegar a un acuerdo antes de la cumbre. Una reunión entre los jefes negociadores del Mercosur y la Unión Europea está prevista para finales de noviembre en Brasilia. El objetivo es destrabar los puntos de conflicto y allanar el camino para la firma de la parte comercial del pacto. Sin embargo, las declaraciones de Macron generan incertidumbre y ponen en jaque los planes previstos. Se trata de una situación a contrarreloj para lograr el respaldo necesario antes de la cumbre.
Las implicaciones de la posición francesa son considerables, dado que Francia tiene gran peso político en la UE. Incluso si la parte comercial del acuerdo se llegase a firmar, la ratificación en los 27 parlamentos de la Unión Europea podría enfrentarse a una fuerte resistencia por parte de Francia. En diciembre entrará en funciones el nuevo equipo de la Comisión Europea, liderado por Kaja Kallas, quien se ha expresado a favor del acuerdo, pero aun así se presentan complejidades en el proceso.
Un acuerdo con una larga historia
Las negociaciones entre la UE y el Mercosur para un tratado de libre comercio llevan décadas. Comenzadas en 1995, han sufrido numerosas interrupciones y retrocesos. Si bien el acuerdo preliminar de 2019 ofreció una luz al final del túnel, las preocupaciones sobre la deforestación en el Amazonas y el Pacto Verde europeo provocaron nuevos retrasos. Recientemente, el acuerdo ha ganado ímpetu a causa de la crisis alimentaria y energética desatada por la guerra en Ucrania.
El acuerdo tiene como objetivo reducir aranceles para el intercambio de bienes y servicios, reforzar los lazos entre ambos bloques y actualizar reglas comerciales. Es un acuerdo con un potencial económico significativo para ambas partes, pero la reciente posición francesa amenaza con demorar una vez más la firma definitiva.
El futuro incierto del acuerdo UE-Mercosur
La posición de Macron genera una gran incertidumbre sobre el futuro del acuerdo UE-Mercosur. La combinación de presiones políticas internas, protesta de sectores clave como la agricultura francesa, y las negociaciones a contrarreloj para la firma del acuerdo antes de la cumbre del G20, crea un escenario complejo y cambiante. El desenlace se mantiene incierto hasta tanto las partes no logren encontrar un camino para consensuar.