¿Qué precio pagamos por la indiferencia? En Rafael Castillo, Luz Milagros Mendoza Del Valle, de tan solo tres años, fue brutalmente asesinada a golpes. Un crimen que, según datos de UNICEF, podría sumarse a los alarmantes casos de maltrato infantil que afectan a 1 de cada 4 niños en Argentina. La pregunta que resuena es: ¿podría haberse evitado esta tragedia? La Justicia, advertida, ¿eligió mirar hacia otro lado?
Este no es solo un relato de violencia, sino una acusación directa a un sistema que falló en proteger a quien más lo necesitaba. La historia de Luz es un espejo que refleja la ineficacia y la negligencia de las instituciones encargadas de velar por la seguridad de los niños. Una cadena de errores que culminó en la tragedia que hoy lamentamos. Pero, ¿cómo llegamos a este punto?
Luz: Cronología de una tragedia anunciada
- **Noviembre de 2024:** Celina, la abuela de Luz, denuncia el maltrato ante la Justicia de Lomas de Zamora.
- **Unidad Fiscal de Instrucción y Juicio N°17:** La denuncia se caratuló como “averiguación de ilícito”.
- **Niñez de Lomas de Zamora:** La respuesta fue esperar el llamado de Fiscalía y acudir al Juzgado de Familia.
- **25 de marzo de 2025:** Luz fallece en el Hospital “Simplemente Evita” debido a las brutales agresiones.
- **Detención:** La madre y el padrastro son detenidos, enfrentando cargos por homicidio agravado.
La denuncia ignorada: Un grito de auxilio silenciado
El clamor de una abuela
En noviembre de 2024, Celina, la abuela de Luz, acudió a la Justicia de Lomas de Zamora con el corazón en la mano y la voz quebrada por el miedo. Denunció que su nieta era víctima de maltrato por parte de su madre, Susana Del Valle Cuba, y su padrastro, Alex Sanabria. Describió moretones, relatos de la propia niña sobre agresiones y el temor constante de que algo terrible pudiera suceder.
“Tengo miedo de que le pase algo a mi nieta porque la madre también le pega” – Celina, abuela de Luz.
La abuela no solo denunció el maltrato, sino que también solicitó la custodia de Luz y una orden de alejamiento para los agresores. Un pedido desesperado que fue recibido con la frialdad de la burocracia. ¿Qué más podía hacer Celina?
El laberinto burocrático
La denuncia de Celina, radicada en la Unidad Fiscal de Instrucción y Juicio N°17 especializada en Violencia de Género y Familiar de Lomas de Zamora, a cargo de Jorge Grieco, quedó caratulada como “averiguación de ilícito”. Un trámite más, una estadística, un expediente archivado en el laberinto judicial. La respuesta de Niñez de Lomas de Zamora fue aún más escalofriante: “espere el llamado de Fiscalía” y que vaya al Juzgado de Familia por “el cuidado personal de la niña”. Un laberinto burocrático que consumió días, semanas, meses… la vida de Luz.
La burocracia, esa maquinaria implacable, se interpuso entre la vida de Luz y la justicia. Mientras los expedientes circulaban, mientras los funcionarios se pasaban la responsabilidad de uno a otro, la niña seguía sufriendo, gritando en silencio, esperando una ayuda que nunca llegó. ¿Quién se hará cargo de esta inacción?
138 días de infierno: El tiempo que la Justicia le negó a Luz
138 días. Ese fue el tiempo que transcurrió entre la denuncia de Celina y el fatal desenlace. 138 días en los que Luz Milagros Mendoza Del Valle vivió un calvario, soportando golpes, maltratos y el abandono de quienes debían protegerla. 138 días en los que la Justicia tuvo la oportunidad de intervenir, de rescatar a la niña de su infierno, pero eligió no hacerlo. ¿Qué pasó en esos 138 días?
El 25 de marzo de 2025, Luz llegó al Hospital “Simplemente Evita” sin signos vitales. Su pequeño cuerpo, marcado por la violencia, revelaba una historia de horror. Lesiones en la cabeza, brazos, espalda y piernas, provocadas por golpes de cables u otros objetos contundentes. La autopsia confirmó lo que ya era evidente: Luz había sido asesinada a golpes.
La madre y el padrastro, los mismos que habían sido denunciados por Celina, fueron detenidos. Alex Sanabria, el padrastro, intentó escapar, pero fue capturado horas después. Ambos enfrentan cargos por homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y por el vínculo. Un castigo que, aunque justo, no devolverá la vida a Luz ni borrará la mancha de la negligencia judicial. Pero, ¿es suficiente el castigo?
Más allá del horror: Una sociedad y un sistema cómplices
La muerte de Luz Milagros Mendoza Del Valle no es solo responsabilidad de sus agresores directos ni de la ineficacia de la Justicia. Es, también, una muestra de la indiferencia y la falta de compromiso de una sociedad que, en muchas ocasiones, prefiere mirar hacia otro lado ante la violencia infantil.
¿Cuántos niños sufren en silencio, detrás de las paredes de sus hogares, mientras sus gritos de auxilio se pierden en el eco de la indiferencia? ¿Cuántas denuncias son ignoradas, cuántos pedidos de ayuda son desoídos? La historia de Luz nos interpela como sociedad, nos obliga a reflexionar sobre nuestro rol en la protección de los más vulnerables. ¿Estamos haciendo lo suficiente?
Es necesario romper el silencio, denunciar cualquier sospecha de maltrato infantil, exigir a las autoridades que actúen con celeridad y eficacia. No podemos permitir que la burocracia, la desidia o la indiferencia sigan cegando vidas inocentes. La memoria de Luz Milagros Mendoza Del Valle exige justicia, pero también un compromiso real y concreto para que su historia no se repita. ¿Qué acciones concretas podemos tomar?
Soluciones y medidas preventivas: Un camino hacia la protección infantil
- **Fortalecer los mecanismos de denuncia:** Facilitar el acceso a canales de denuncia seguros y confidenciales.
- **Capacitar a los funcionarios:** Brindar herramientas y conocimientos para detectar y abordar casos de maltrato infantil.
- **Sensibilizar a la sociedad:** Promover la conciencia sobre la importancia de la prevención y la denuncia del maltrato.
- **Asignar recursos:** Destinar fondos suficientes para garantizar el funcionamiento adecuado de los sistemas de protección infantil.
- **Mejorar la coordinación:** Establecer protocolos claros y eficientes para la coordinación entre las diferentes agencias encargadas de la protección de los niños.
Organizaciones como UNICEF y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) trabajan activamente en la prevención del maltrato infantil. Sin embargo, es fundamental el compromiso de cada uno de nosotros para construir una sociedad más justa y protectora de los derechos de la infancia.
La tragedia de Luz Milagros Mendoza Del Valle es una herida abierta en el corazón de la sociedad. Una herida que solo podrá cicatrizar cuando se haga justicia, cuando se identifiquen y corrijan las fallas del sistema, y cuando todos asumamos nuestro rol en la protección de la infancia. ¿Seremos capaces de honrar la memoria de Luz con acciones concretas?