El Banco de España, en una decisión que fusiona la tradición con la modernidad, ha encargado a la prestigiosa fotógrafa Annie Leibovitz la realización de los retratos oficiales de los Reyes Felipe VI y Letizia. Esta iniciativa no solo conmemora el décimo aniversario de la proclamación del Rey, sino también dos décadas de matrimonio de la pareja real, marcando un hito en la historia de la institución financiera.
La elección de Leibovitz, una de las fotógrafas más reconocidas a nivel mundial por su trabajo con celebridades y figuras políticas de gran relevancia, resulta una elección audaz. Su estilo, que se caracteriza por una estética impactante y una capacidad para capturar la personalidad de sus retratados, promete una nueva perspectiva en la tradición del retrato real español.
La tradición pictórica española como inspiración
Las fotografías, que conforman un impactante díptico, han sido realizadas en el histórico Salón Gasparini del Palacio Real de Madrid. Este emblemático espacio, decorado originalmente por Matías Gasparini, ha servido como telón de fondo a numerosas ceremonias y actos oficiales a lo largo de la historia. La elección del lugar no es casual; el Banco de España, consciente del valor histórico y artístico de su propia colección pictórica, ha buscado en esta ocasión rendir homenaje a la tradición de los retratos reales españoles.
Yolanda Romero, comisaria de la exposición “La tiranía del Cronos”, señala la evidente influencia de maestros como Diego Velázquez en la composición y estética de las imágenes de Leibovitz. La fotógrafa ha conseguido capturar, a través del juego de luces y sombras, una atmósfera similar a la creada por los grandes pintores de la corte española, logrando un efecto pictórico que trasciende la propia imagen fotográfica.
La inspiración en la tradición española no se limita a la composición visual. En la propia indumentaria de los Reyes se observa una selección consciente. El Rey aparece en uniforme de gala, un detalle que acentúa su rol institucional y la pompa de la tradición real. Mientras que la Reina, con un vestido negro de la Fundación Antoni de Montpalau y un chal rojo de Cristóbal Balenciaga, une la elegancia contemporánea con referencias a la alta costura española.
Un precio real para una obra maestra
El precio total de los retratos reales ha generado un gran interés entre los medios de comunicación. El costo total ascendería a 137.000 euros. Esta cifra, que incluye la impresión en tinta UV sobre lienzo de poliéster de gran formato (223,52 x 170,18 cm), refleja la inversión del Banco de España en una pieza única que marca un precedente en su colección.
Cabe destacar que el contrato con Leibovitz también incluyó el retrato del anterior gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, con un coste de 79.000 euros. Esta inclusión indica que la institución considera esta iniciativa como un programa integral de actualización de su colección de retratos, y no solo como un encargo ocasional.
La inversión realizada no solo se justifica por el prestigio de la fotógrafa y el valor de las obras en sí mismas, sino por su significado simbólico y cultural. Los retratos de Felipe VI y Letizia se sumarán a una colección que abarca desde el siglo XVIII hasta la actualidad, mostrando a través del tiempo la evolución de la representación de la monarquía española.
Las imágenes, ya expuestas en el Banco de España, representan la primera vez que la fotografía se integra en una colección de retratos reales tradicionalmente dominada por la pintura. Por tanto, este hecho marca no sólo un avance en la técnica, sino una reinterpretación en la conceptualización de la representación de la realeza en España
El legado de un retrato moderno
Los retratos reales de Annie Leibovitz para el Banco de España constituyen una obra maestra que combina la tradición histórica con la innovación estética. Las fotografías, concebidas como un díptico, son una inversión significativa pero estratégicamente justificada. Su inclusión en la colección pictórica del Banco de España no solo revitaliza una prestigiosa tradición, sino que consolida la institución como un referente cultural y artístico en el panorama español.
La combinación del estilo inconfundible de Leibovitz, la referencia a maestros de la pintura española y la significancia histórica del encargo, hacen de estos retratos un evento cultural de primera magnitud, que estará ligado a la historia del arte y la realeza española durante décadas.