Buenos Aires, la ciudad del tango y la pasión, se convirtió en el escenario de una tragedia que conmocionó al mundo: la muerte de Liam Payne, ex miembro de la icónica banda One Direction. Pero más allá del dolor y la consternación, emergen detalles escabrosos sobre las últimas horas del cantante, una vorágine de excesos, drogas y un final que deja más preguntas que respuestas.
Una noche de desenfreno que terminó en tragedia
Según informes exclusivos obtenidos por TMZ, la noche del 15 de octubre, Liam Payne se entregó a una fiesta privada en su habitación del lujoso hotel Casa Sur, en el exclusivo barrio de Palermo. Las versiones indican que el cantante solicitó, no una, sino nueve botellas de whisky en un lapso de pocas horas. Testigos afirman que el alcohol fluía como el agua, mientras que una “sustancia en polvo” hacía su aparición estelar en la escena.
Pero el whisky no era la única sustancia que alimentaba la fiesta. Payne, según los reportes, habría contactado a un empresario argentino amigo para obtener seis gramos de cocaína. Como si fuera poco, la sed de Liam por la droga no se apagó, y horas más tarde, a través de mensajes de texto, le solicitó a un empleado del hotel la exorbitante cantidad de siete gramos más de cocaína. ¿Qué demonios estaba pasando en esa habitación?
Sexo, mentiras y… ¿Fuga?
A la mezcla explosiva de alcohol y drogas se sumaron dos trabajadoras sexuales, quienes declararon a la policía haber mantenido relaciones con el cantante. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando Payne se negó a pagar por sus servicios, lo que desató una acalorada discusión. El empresario amigo del cantante tuvo que intervenir para saldar la deuda y evitar un escándalo mayor. ¿Era esta una señal de la paranoia y la pérdida de control que se apoderaban de Liam?
Para las 4 de la tarde, el personal del hotel describió a un Liam Payne con las pupilas dilatadas, visiblemente intoxicado y fuera de sí. Minutos después, las cámaras de seguridad captaron un movimiento inusual: personal de seguridad corriendo hacia la habitación del cantante. Según informes policiales, Payne habría amenazado con “escapar por el balcón”. Trece minutos después, la tragedia se consumaba.
Un intento de escape fallido y un misterio sin resolver
La versión oficial apunta a una caída accidental, pero las circunstancias que rodean la muerte de Payne son, cuanto menos, sospechosas. Días después del incidente, un empleado del hotel encontró en el balcón del segundo piso una bolsa con pastillas, whisky y una nota dirigida al cantante. ¿Intentaba Liam escapar realmente? ¿O acaso alguien lo empujó al vacío?
La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional de Argentina ha imputado a tres personas: el empresario amigo, el empleado del hotel que supuestamente le proporcionó drogas, y un tercer individuo aún no identificado. Los cargos son graves: abandono de persona seguido de muerte y suministro de estupefacientes. La investigación continúa, y las sombras de duda se ciernen sobre el caso.
¿Justicia o encubrimiento?
Las preguntas sin respuesta son muchas. ¿Qué hacía Liam Payne en Buenos Aires? ¿Quiénes eran las personas que lo acompañaban en sus últimos días? ¿Hubo negligencia por parte del hotel al permitir el desenfreno en sus instalaciones? ¿Se está buscando la verdad o se está encubriendo algo más grande?
La muerte de Liam Payne no es solo la pérdida de un artista talentoso, sino un reflejo de la oscura realidad que se esconde detrás de la fama y la fortuna. Un recordatorio de que el éxito, sin control ni límites, puede llevar a un abismo sin retorno.
Mientras la justicia argentina intenta desentrañar la verdad, el mundo entero observa con atención. ¿Se hará justicia para Liam Payne? ¿O su muerte se convertirá en otro caso sin resolver en la historia del rock?
Solo el tiempo, y una investigación exhaustiva, podrán arrojar luz sobre las sombras que envuelven el último acto de esta tragedia.