Lanús se impuso con la mínima diferencia ante Banfield en el clásico del sur disputado en el estadio Florencio Sola. El gol de Leandro Díaz, a los 35 minutos del segundo tiempo, le dio la victoria al Granate y lo colocó en zona de clasificación para la Copa Sudamericana 2025. La expulsión de Juan Bisanz, de Banfield, por una agresión a Ramiro Carrera, añadió dramatismo al encuentro.
Un primer tiempo sin emociones
El inicio del partido fue tácticamente disputado, con ambos equipos buscando control en la mitad de la cancha. Las ocasiones de gol fueron escasas en los primeros 45 minutos. Lanús intentó generar peligro con aproximaciones al área rival, pero sin concretar. La más clara para el local, Banfield, llegó con un remate de Jesús Soraire que exigió la intervención de Nahuel Losada.
La intensidad del juego disminuyó hacia el final de la primera mitad. Ambos equipos se neutralizaron mutuamente, resultando en un juego con pocas llegadas y sin claridad en los últimos metros. El empate sin goles reflejó la falta de contundencia en ambos conjuntos.
El complemento y la victoria del Granate
El segundo tiempo comenzó de manera similar al primero, con un juego equilibrado pero sin profundidad. La entrada de Marcelino Moreno en Lanús le dio mayor dinamismo al ataque visitante. A los 70 minutos, una jugada individual de Ramiro Carrera terminó con un remate que se fue por encima del travesaño, preludio del gol que llegaría minutos después.
El gol de la victoria llegó a los 35 minutos del segundo tiempo. Una buena combinación entre Carrera y Eduardo Salvio por la derecha terminó con un centro al área que encontró a Leandro Díaz. El delantero, con una media vuelta, definió con precisión para vencer a Facundo Sanguinetti y desatar el festejo de los hinchas granates.
La alegría de Lanús se vio incrementada momentos después, cuando el VAR intervino para revisar una jugada en la que Juan Bisanz, de Banfield, agredió a Carrera sin balón. El árbitro Nazareno Arasa, tras consultar las imágenes, expulsó al jugador local, dejando a Banfield con diez hombres en los minutos finales.
Con la ventaja numérica, Lanús controló el juego y aseguró la victoria. Banfield, a pesar de los intentos, no pudo generar peligro real sobre el arco rival. El partido terminó con un 1-0 a favor de Lanús, un resultado que desató la euforia de los hinchas visitantes y la frustración de los locales.
El camino a la Sudamericana
Con esta victoria, Lanús llega a los 55 puntos en la tabla anual y se ubica en zona de clasificación para la Copa Sudamericana 2025. El equipo dirigido por Ricardo Zielinski acumula seis partidos sin perder, lo que demuestra su buen momento. En las últimas dos fechas, Lanús enfrentará a Instituto en condición de local y a Barracas Central como visitante, buscando asegurar su lugar en el torneo internacional.
Por su parte, Banfield se mantiene en los últimos puestos de la tabla con 23 puntos y un panorama complicado. La derrota en el clásico agudiza la crisis del equipo del sur, que acumula seis partidos sin ganar. El Taladro deberá enfrentar a Godoy Cruz y Sarmiento en sus últimos dos encuentros de la Liga Profesional, buscando sumar puntos para mejorar su posición en la tabla de promedios.
Las repercusiones del clásico
La victoria de Lanús en el clásico tuvo un impacto significativo en ambos equipos. Para el Granate, la victoria refuerza la confianza y la ilusión de clasificar a la Copa Sudamericana. El equipo de Zielinski se ha consolidado como un conjunto sólido y competitivo, con una idea de juego clara y un plantel comprometido.
En Banfield, la derrota profundiza la crisis. La salida de Gustavo Munúa y el interinato de Miguel Robinson Hernández no han logrado revertir la mala racha del equipo. La falta de resultados y el bajo rendimiento futbolístico generan preocupación en los hinchas del Taladro. La continuidad de Hernández al frente del equipo se encuentra en duda tras la derrota en el clásico.
El clásico del sur, una vez más, dejó en claro la pasión y la rivalidad que existe entre Lanús y Banfield. La victoria del Granate fue un golpe duro para el Taladro, pero a la vez una inyección anímica para un equipo que busca consolidarse en la lucha por los puestos de clasificación a las copas internacionales.