El escenario político cordobés se asemeja a un volcán en ebullición, con las fuerzas libertarias como magma buscando una salida. En medio de este panorama, Agustín Laje, el polémico intelectual y referente de la derecha, emerge como una figura enigmática que despierta tanto admiración como recelo. ¿Será Laje el as bajo la manga de Milei para unificar a una tribu díscola y hambrienta de poder? Las disputas internas, los egos desatados y la ambición desenfrenada son los ingredientes de esta explosiva trama política.
Bornoroni, el elegido que no convence
Gabriel Bornoroni, ungido por la dupla Karina Milei – Martín Menem, parece no lograr acallar los rugidos de la disidencia libertaria. Su liderazgo, cuestionado por algunos referentes locales, se tambalea entre acusaciones de egoísmo e ingratitud. La exclusión de figuras clave del acto de lanzamiento de LLA en Córdoba dejó en evidencia las profundas grietas que fragmentan al espacio. ¿Podrá Bornoroni, con el apoyo de los hermanos Milei, consolidar su poder o será víctima de las ambiciones desmedidas de otros actores?
Las voces críticas no se callan. Acusan a Bornoroni de bloquear a quienes buscan “colaborar” y de repetir los errores del pasado, donde figuras emergentes fueron rápidamente descartadas. El fantasma de Maslatón, Kikuchi y Marra ronda en el ambiente, recordando la fragilidad de los liderazgos efímeros. “Acá hay que construir, no bloquear”, advierten desde las sombras.
Mientras tanto, el peronismo observa con deleite el espectáculo de la desunión libertaria. La posibilidad de una ruptura definitiva en las filas de Milei alimenta sus sueños de recuperar el terreno perdido. El “Panal” sabe que un Laje fortalecido podría ser una amenaza directa a sus aspiraciones electorales.
Laje, ¿el salvador o el oportunista?
Agustín Laje, con su innegable carisma y su discurso incendiario, se presenta como una alternativa seductora para los libertarios desencantados con Bornoroni. Su cercanía con Milei, su “bagaje intelectual impresionante” y su popularidad en redes sociales lo convierten en un candidato potencial con gran poder de convocatoria. “Su presencia prestigia el espacio”, afirman sus admiradores.
Pero, ¿cuáles son las verdaderas intenciones de Laje? ¿Busca realmente unificar al espacio o solo aprovechar la oportunidad para impulsar su propia carrera política? Algunos sospechan que su ambición podría llevarlo a traicionar a Milei y construir su propio imperio. Otros, en cambio, lo ven como el único capaz de frenar la implosión del espacio libertario.
La Fundación Faro, presidida por Laje, se ha convertido en el epicentro de la batalla cultural que Milei pretende librar. Sus ideas, muchas veces controvertidas, resuenan con fuerza entre los jóvenes y los sectores más conservadores de la sociedad. ¿Será esta fundación la plataforma de lanzamiento para un proyecto político personal?
Un futuro incierto y lleno de interrogantes
El futuro del espacio libertario en Córdoba es una incógnita. Las disputas internas, la falta de un liderazgo sólido y la amenaza de una ruptura definitiva mantienen en vilo a la política local. ¿Logrará Milei controlar a su “tribu díscola” o será testigo de su desintegración?
¿Se impondrá la “firmeza de convicciones” de Bornoroni o el “prestigio indudable” de Laje?
Mientras tanto, el reloj electoral sigue su marcha implacable. El 2025 se acerca y las definiciones no pueden esperar. La especulación, la intriga y la traición son moneda corriente en este juego de poder donde el ganador se llevará todo.
¿Será capaz Laje de capitalizar el descontento y las divisiones internas para emerger como el nuevo líder del libertarismo cordobés? ¿O su figura se desvanecerá como un espejismo en el desierto político? Solo el tiempo lo dirá.