El desierto del Sahara, imagen icónica de la aridez, ha sorprendido a la comunidad científica con un fenómeno inusual: la aparición de extensos lagos efímeros tras intensas lluvias. Este hallazgo no solo es un evento geológico notable, sino que, según la NASA, ofrece valiosas pistas sobre el pasado del Sahara, una región que, hace miles de años, distaba mucho de su aspecto actual.
Lluvias torrenciales: el desencadenante del fenómeno
En septiembre de 2023, un ciclón extratropical azotó la región del Sahara, provocando lluvias excepcionales. La cantidad de agua caída fue equivalente a la precipitación anual de países como Marruecos, Túnez y Argelia, regiones con bajos niveles de pluviosidad. Este evento inusual fue el desencadenante de la formación de estos lagos, algunos de considerable tamaño. El mayor de estos lagos efímeros, el Sebkha el Melah en Argelia, alcanzó los 191 km² y 2,2 metros de profundidad, un cambio drástico en un paisaje habitualmente desértico.
La rapidez con la que se formaron estos lagos es también digna de mención. Las imágenes satelitales muestran que a mediados de agosto la zona era completamente desértica. Un par de semanas después, el enorme lago se había formado, evidenciando la intensa y repentina inundación.
El rol de la tecnología espacial
El hallazgo de estos lagos se debe en gran parte a las avanzadas tecnologías de observación terrestre. Las imágenes obtenidas por el Operational Land Imager-2 (OLI-2) a bordo del satélite Landsat 9 de la NASA han sido cruciales para documentar este evento excepcional. El OLI-2, un instrumento de teledetección de última generación, permitió monitorear la formación y evolución de los lagos con una precisión sin precedentes.
Estas imágenes no solo mostraron el Sebkha el Melah, sino también una serie de otros lagos menores, más efímeros, en diversas áreas desérticas. Según la revista Live Science, esto indica que las precipitaciones no solo afectaron una zona específica, sino que produjeron inundaciones en áreas más amplias del Sahara, cambiando temporalmente el paisaje.
Conexión con el Período Húmedo Africano
La investigación no se limita a la documentación del evento actual. Para la investigadora de la NASA, Joëlle Rieder, estos lagos efímeros, transitorios y poco frecuentes son evidencia crucial para estudiar los períodos húmedos que caracterizaron la historia del Sahara. Los datos recogidos sirven para modelar y comprender las condiciones climáticas del pasado.
Este estudio se enfoca especialmente en el Período Húmedo Africano, un periodo que abarcó aproximadamente desde el 11.000 a.c hasta el 5.000 a.c. Durante esta época, el Sahara albergaba un ecosistema exuberante, una vasta área verde muy diferente al desierto que conocemos hoy. Se cree que un cambio en la órbita terrestre, alterando la incidencia solar y el curso de los monzones africanos, provocó un cambio climático drástico que transformó el Sahara en el desierto árido actual.
Teorías y debates: un diluvio en el pasado
El desafío ahora es comprender con precisión las precipitaciones que moldearon el Sahara durante el Período Húmedo Africano. Moshe Armon, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha propuesto una hipótesis controversial: la ocurrencia de lluvias intensas, similares a las del evento de 2023, fueron extremadamente frecuentes durante el Período Húmedo Africano.
Armon apoya su teoría en la duración de los lagos actuales. El tiempo que tardan en secarse sugiere que, en el pasado, nuevas precipitaciones posiblemente se produjeron mientras los lagos anteriores aún no habían desaparecido. Esto implica la posibilidad de precipitaciones mucho más frecuentes e intensas de lo que se creía. Sin embargo, la falta de modelos climáticos capaces de replicar este escenario abre el debate y genera una búsqueda constante de nuevas evidencias.
Implicaciones para el futuro
La investigación sobre estos lagos efímeros no sólo arroja luz sobre el pasado del Sahara, sino que también puede tener implicaciones para comprender el cambio climático actual. La mayor comprensión de la variabilidad climática en el pasado ayudará a crear modelos más precisos sobre cómo responder ante los cambios futuros.
En conclusión, la aparición de lagos efímeros en el Sahara, gracias a las nuevas técnicas de monitorización, ofrecen una visión fascinante de un pasado verde en una región hoy inhóspita. La investigación en este ámbito continua y seguramente nos brindará más detalles que ayudaran a comprender el cambio climático.