El Salón Dorado del Palacio Municipal de La Plata se vistió de gala para un evento cargado de emotividad y reconocimiento. La ciudad rindió un sentido homenaje al Dr. Bernardo Eliseo Manzino, un nombre que resuena con fuerza en la historia de la medicina platense. No se trató de una simple conmemoración, sino de un acto de justicia para un hombre que dedicó su vida a sanar cuerpos y almas, a formar generaciones de médicos y a dejar una huella imborrable en la comunidad.
Una vida dedicada a la medicina y a la enseñanza
Nacido en La Plata en 1920, el Dr. Manzino se formó íntegramente en instituciones públicas, desde la Escuela N° 5 hasta la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP. Su trayectoria es un ejemplo de cómo la educación pública puede forjar profesionales de excelencia, comprometidos con el servicio a la comunidad. Su vida profesional estuvo estrechamente ligada al Hospital San Martín, donde transitó todos los escalafones, desde practicante hasta médico consultor. Pero su legado no se limita a su labor asistencial. El Dr. Manzino fue un docente excepcional, un maestro que inspiró a countless estudiantes en las aulas de la UNLP.
Su pasión por la medicina se combinaba con una profunda vocación humanística. Para él, cada paciente era una persona integral, con una historia y una necesidad unique. Esta visión trascendió las paredes del hospital y las aulas de la universidad, convirtiéndolo en un referente ético y moral para toda la ciudad. El Dr. Manzino comprendía que la medicina no se trata solo de curar enfermedades, sino de aliviar el sufrimiento y acompañar a las personas en sus momentos más vulnerables.
«El doctor Manzino marcó un camino excepcional en el ámbito académico, científico y humano… tuvo la vocación de transmitir y enseñar la medicina con una visión humanística» – Julio Alak, Intendente de La Plata.
Las palabras del Intendente Alak durante el homenaje resumen la esencia del Dr. Manzino. Su figura se agiganta no solo por sus conocimientos médicos, sino por su calidad humana, por su capacidad de empatía y por su compromiso con la formación de nuevas generaciones. Alak, quien ya había declarado a Manzino Ciudadano Ilustre en su anterior gestión, destacó la importancia de honrar a quienes han contribuido al progreso de la ciudad desde la educación, la ciencia y el humanismo.
Un homenaje que trasciende lo personal
El homenaje al Dr. Manzino no fue un evento aislado. Se enmarca en una serie de iniciativas impulsadas por la Fundación que lleva su nombre, una organización sin fines de lucro dedicada a promover la educación en general y la educación médica en particular. La presentación de su biografía, “Profesor Emérito Bernardo Eliseo Manzino. Vida, obra y trascendencia humana, médica, docente y filantrópica de un maestro”, es un ejemplo de este compromiso con la difusión de su legado.
El libro, del cual un ejemplar fue donado a la Biblioteca Municipal, recorre la vida del Dr. Manzino desde su infancia hasta sus últimos días, ofreciendo un retrato íntimo de un hombre excepcional. A través de testimonios, fotografías y documentos, la obra reconstruye la trayectoria de un médico que no solo se destacó por su brillantez profesional, sino también por su humildad, su generosidad y su inquebrantable compromiso con los demás.
Más allá de los reconocimientos y los títulos, el verdadero homenaje al Dr. Manzino reside en la transmisión de sus valores a las nuevas generaciones. Su ejemplo de dedicación, ética y humanismo debe inspirar a los jóvenes que se inician en la carrera médica, recordándoles que la esencia de la profesión está en el servicio al paciente, en la búsqueda del conocimiento y en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
El legado del Dr. Manzino es un faro que ilumina el camino de la medicina humanística en La Plata. Su recuerdo perdura en las aulas de la universidad, en los pasillos del Hospital San Martín y en el corazón de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo. Su historia es una lección de vida, un ejemplo de cómo una persona puede transformar la realidad a través del trabajo, la dedicación y el amor por su profesión.
El futuro de la medicina a la luz del legado Manzino
En un mundo cada vez más tecnologizado, donde la medicina avanza a pasos agigantados, es fundamental no perder de vista la dimensión humana del cuidado de la salud. El legado del Dr. Manzino nos recuerda que la tecnología debe estar al servicio de las personas, y que la empatía, la escucha y el respeto son pilares esenciales en la relación médico-paciente.
La formación de los futuros médicos debe integrar no solo conocimientos científicos y técnicos, sino también valores éticos y humanísticos. Es necesario cultivar la sensibilidad, la capacidad de comprender el sufrimiento del otro y la responsabilidad que implica cuidar la vida y la salud de las personas. En este sentido, el ejemplo del Dr. Manzino es una guía invaluable para las nuevas generaciones.
La Plata, al rendir homenaje al Dr. Manzino, no solo celebra la trayectoria de un médico excepcional, sino que reafirma su compromiso con una medicina humanística, centrada en el paciente y en la construcción de una sociedad más justa y saludable. Su legado trasciende lo individual y se convierte en un patrimonio colectivo, una fuente de inspiración para todos aquellos que creen en el poder transformador de la medicina.