En el corazón de Córdoba, donde las sierras susurran melodías ancestrales y el embriagador aroma a jazmín danza en el aire, se encuentra La Merced, un edén de la dulzura que captura la esencia de la infancia. Esta heladería, nacida en la apacible Alta Gracia, se ha consagrado como la reina insuperable de los sabores clásicos, conquistando paladares y corazones con sus helados artesanales de dulce de leche y frutilla. ¿Cuál es el secreto de este santuario del sabor que evoca recuerdos imborrables?
La Merced se alza con el premio mayor en el torneo cordobés de helados
En la transición entre el verano y el otoño, cuando la nostalgia por los días soleados comienza a florecer, Córdoba se engalanó para celebrar el primer torneo de helados, una iniciativa de Circuito Gastronómico. Expertos, sibaritas y amantes del buen comer se congregaron en el Mercado Alberdi para coronar a los mejores exponentes de este manjar que acaricia el alma. Siete heladerías compitieron en cuatro categorías estelares: frutilla, dulce de leche, chocolate y sabor original. El jurado, con lupa de catador, evaluó cada detalle: desde la presentación visual y el perfume, hasta el gusto, la textura y la calidad sublime de la materia prima.
Tras una intensa deliberación, un nombre resonó con fervor: La Merced, la heladería que se alzó victoriosa en las categorías de frutilla y dulce de leche. Un triunfo que celebra la excelencia de sus creaciones, así como la pasión y el esmero que Guillermo Nagle, su visionario creador, imprime en cada helado.
La Merced: Un legado de sabor arraigado en Alta Gracia
La historia de La Merced es una balada de amor por el helado y por la tierra que la vio nacer. Fundada en Alta Gracia, a pocos kilómetros de la capital cordobesa, esta heladería ha expandido su magia a Villa Carlos Paz y otros rincones de la provincia. Cada helado es una sinfonía de sabores ancestrales, elaborados con ingredientes frescos y selectos, honrando las recetas tradicionales transmitidas de generación en generación.
Guillermo Nagle, el alma mater de La Merced, es un alquimista que fusiona tradición e innovación. Su pasión por el helado se manifiesta en cada detalle, desde la cuidada elección de los ingredientes hasta la presentación impecable de cada creación. Su objetivo es regalar una experiencia sensorial única, transportando a cada cliente a un universo de sensaciones y recuerdos entrañables.
Más allá de la calidad de sus helados, La Merced irradia nostalgia y calidez. Su ambiente familiar y acogedor invita a quedarse, a saborear un instante de felicidad y a compartirlo con los seres queridos. Es un oasis donde el tiempo se diluye, donde los sabores de la infancia reviven y donde cada bocado es un abrazo al alma.
“La Merced no es solo una heladería, es un lugar de encuentro, un espacio donde se celebran los pequeños placeres de la vida y donde cada helado es una excusa para sonreír.”
Dulce de leche: Un néctar que seduce al paladar
El helado de dulce de leche de La Merced es una joya culinaria. Su textura aterciopelada, su sabor profundo y su aroma embriagador lo convierten en un clásico atemporal. Cada cucharada evoca la infancia, los recuerdos de la abuela preparando el dulce de leche casero en la olla de cobre, el perfume a caramelo que inundaba el hogar y la alegría de compartirlo en familia.
La Merced utiliza un dulce de leche artesanal, elaborado con leche fresca de las sierras cordobesas y azúcar de caña. Su cocción lenta y meticulosa permite que se desplieguen todos sus matices y sabores, creando un producto singular e incomparable. Este dulce de leche es el corazón del helado, el ingrediente secreto que lo transforma en una obra maestra.
Frutilla: Un despertar de los sentidos
El helado de frutilla de La Merced es una explosión de frescura y vitalidad. Su color rubí vibrante, su aroma delicado y su sabor ligeramente ácido lo convierten en una elección sublime para los días cálidos. Cada bocado invita a celebrar la naturaleza, a recordar los campos de frutillas en flor, el sol que besa la piel y la dicha de cosechar los frutos maduros.
La Merced utiliza frutillas frescas de la región, seleccionadas con esmero para garantizar su calidad y sabor. Su elaboración artesanal preserva todas sus propiedades nutritivas y antioxidantes, creando un helado saludable y exquisito. Este helado de frutilla es una vitamina para el alma, un elixir de juventud que nos transporta a un universo de sensaciones y emociones positivas.
¿Dónde hallar los helados más sublimes de Córdoba?
Si esta historia ha conquistado tu paladar y anhelas degustar los exquisitos helados de La Merced, te invitamos a visitar alguna de sus seis sucursales. Descubrirás un ambiente cálido y acogedor, una atención personalizada y, por supuesto, los helados de dulce de leche y frutilla más memorables de Córdoba.
La Merced es mucho más que una heladería, es un edén donde los sueños se materializan, donde los recuerdos reviven y donde cada helado es una experiencia inolvidable. No pierdas la oportunidad de explorar este rincón mágico y de deleitarte con sus sabores clásicos, que te transportarán a un mundo de sensaciones y emociones.
Un legado de sabor que trasciende generaciones
La Merced es un emblema de la tradición y el buen gusto cordobés. Su historia, sus sabores y su ambiente familiar la convierten en un lugar único, que ha conquistado el corazón de miles de personas a lo largo de los años. Es un legado que trasciende generaciones, un tesoro que se transmite de padres a hijos y que continúa endulzando la vida de quienes tienen el privilegio de conocerlo.
En un mundo cada vez más globalizado y homogéneo, La Merced es un oasis de autenticidad, una reivindicación de los valores locales y una apuesta por la calidad y la autenticidad. Es un ejemplo de cómo se pueden hacer las cosas bien, con pasión, esmero y respeto por la tradición. Por ello, su triunfo en el torneo de helados de Córdoba es mucho más que un simple premio, es un homenaje a una trayectoria impecable y a un legado que seguirá deleitando a los cordobeses por muchos años más.
Si alguna vez te encuentras en Córdoba, no dudes en visitar La Merced. Déjate seducir por sus sabores clásicos, disfruta de su ambiente acogedor y descubre por qué esta heladería se ha convertido en un símbolo de la identidad cordobesa. Te aseguramos que cada bocado será una vivencia inolvidable y que te llevarás un pedacito de Córdoba en el alma.