La reciente calificación de +18 otorgada por PEGI al juego de cartas Balatro ha desatado una controversia en la industria del videojuego. El creador del juego, Localthunk, ha expresado su descontento a través de Twitter, ironizando sobre la situación al sugerir que debería añadir micropagos y cajas de botín a su juego para rebajar la calificación, tal como ocurre con títulos como EA Sports FC, que a pesar de incluir estas mecánicas, recibe una clasificación +3.
La controversia de Balatro y el PEGI +18
Balatro, un juego de cartas que combina mecánicas roguelike con una gran dosis de creatividad, ha sido aclamado por la crítica y se ha consolidado como uno de los títulos más importantes del año. Sin embargo, la decisión de PEGI de otorgarle una calificación +18 por la presencia de “cartas de juego malvadas” y la posibilidad de que el juego proporcione “conocimiento y habilidad que podrían transferirse a una partida de póker en la vida real” ha generado una gran polémica.
Localthunk argumenta que esta clasificación es absurda e injusta, ya que perjudica la visibilidad y las ventas de su juego en las tiendas digitales. Además, considera que la etiqueta +18 daña la percepción del juego, que en realidad es una experiencia creativa e innovadora, sin ningún tipo de contenido inapropiado para menores.
La ironía de Localthunk al comparar su situación con la de EA Sports FC, un juego de fútbol que incluye micropagos, cajas de botín y apuestas reales, pero que aun así recibe una clasificación +3, pone de manifiesto la inconsistencia de los criterios de PEGI y la aparente doble moral en la clasificación de videojuegos.
“Dado que PEGI nos dio una clasificación de +18 por tener cartas de juego malvadas, quizá debería añadir microtransacciones, cajas de botín o apuestas reales para bajar esa clasificación a +3, como EA Sports FC.”
Esta declaración del creador de Balatro ha generado un intenso debate en redes sociales, con muchos usuarios apoyando su crítica a PEGI y cuestionando los criterios utilizados para clasificar los videojuegos.
El impacto de las clasificaciones por edades en los desarrolladores independientes
La controversia generada por la clasificación de Balatro pone de manifiesto la dificultad que enfrentan los desarrolladores independientes para competir en un mercado dominado por grandes compañías. Las decisiones arbitrarias de los organismos de clasificación pueden tener un impacto devastador en las ventas y la visibilidad de un juego independiente, limitando su alcance y perjudicando su éxito.
A diferencia de las grandes editoras, los desarrolladores independientes no cuentan con los recursos para afrontar campañas de marketing masivas ni para influir en las decisiones de los organismos de clasificación. En muchos casos, dependen del boca a boca y de la difusión en redes sociales para dar a conocer sus juegos.
Una clasificación +18, aunque injustificada, puede ser una barrera insalvable para un juego independiente, ya que limita su acceso a un público más amplio y dificulta su distribución en ciertas plataformas.
¿Son los criterios de PEGI justos y actualizados?
La polémica en torno a Balatro ha reabierto el debate sobre la pertinencia y la actualización de los criterios de PEGI para clasificar videojuegos. Muchos críticos argumentan que el sistema actual es obsoleto y no refleja la realidad de la industria, especialmente en lo que respecta a los juegos independientes y las nuevas formas de monetización.
La presencia de micropagos, cajas de botín y apuestas en juegos con clasificaciones bajas, como EA Sports FC, contrasta con la severidad con la que se juzgan otros aspectos, como la temática o la violencia, en juegos independientes como Balatro. Esta disparidad genera dudas sobre la coherencia y la objetividad de los criterios de PEGI.
Algunos expertos sugieren que es necesario revisar y actualizar el sistema de clasificación para adaptarlo a las nuevas realidades del mercado y garantizar que las decisiones sean justas y equitativas para todos los desarrolladores, independientemente de su tamaño o recursos.
Además, se plantea la necesidad de una mayor transparencia en los procesos de clasificación, para que los desarrolladores puedan comprender los motivos de las decisiones y tener la oportunidad de apelar o modificar sus juegos en consecuencia.
La necesidad de un debate abierto y transparente
El caso de Balatro y la ironía de Localthunk han puesto en evidencia la necesidad de un debate abierto y transparente sobre los sistemas de clasificación por edades en los videojuegos. Es fundamental que los organismos de clasificación, como PEGI, revisen sus criterios y se adapten a las nuevas realidades de la industria, garantizando que las decisiones sean justas, coherentes y no discriminatorias para los desarrolladores independientes.
La polémica generada por este caso ha abierto una ventana de oportunidad para discutir sobre el impacto de las clasificaciones en la creatividad, la innovación y la libertad de expresión en el desarrollo de videojuegos, y para buscar soluciones que promuevan un mercado más justo y equitativo para todos los creadores.