La sorpresiva ruptura entre Javier Milei y Victoria Villarruel ha generado una profunda conmoción en La Libertad Avanza, sacudiendo los cimientos del espacio político que recientemente obtuvo un significativo triunfo en las elecciones presidenciales. El conflicto, manifestado públicamente mediante críticas de Milei hacia Villarruel, revela tensiones internas que podrían tener un significativo impacto en la estrategia política del partido de cara a las elecciones legislativas de 2025 y más allá.
El origen de la fractura
Las diferencias entre Milei y Villarruel se vienen gestando desde hace tiempo. Si bien ambos comparten una ideología libertaria, sus estilos políticos y estrategias parecen divergir notablemente. Milei, con su discurso directo y confrontativo, busca mantener una imagen de líder indiscutido; mientras Villarruel, ha establecido un acercamiento a sectores políticos tradicionales, con quienes ha establecido contactos buscando apoyos para las futuras elecciones legislativas.
La gota que rebalsó el vaso fue la decisión de Villarruel de participar en ciertos encuentros políticos que, según la óptica de Milei, representarían una traición al espíritu anti-casta de la agrupación. Sumado a esto, varias iniciativas de Villarruel en el senado, como homenajes y celebraciones, provocaron la crítica directa de Milei quien la calificó como cercana al “círculo rojo”, lo que representaría la antítesis de la esencia misma de la filosofía libertaria.
El repliegue estratégico de Villarruel
Tras el ataque público de Milei, Villarruel ha optado por una estrategia de bajo perfil, evitando confrontaciones directas. Fuentes cercanas a la vicepresidenta aseguran que su objetivo inmediato es desescalar el conflicto, priorizando la unidad interna de La Libertad Avanza, por lo menos hasta las elecciones de 2025. Sin embargo, la situación no deja de generar incógnitas.
La desvinculación del Partido Demócrata, movimiento previamente realizado para fortalecer su posición política y generar mayor independencia con vistas a las próximas elecciones, se presenta ahora como una jugada con implicaciones aún no determinadas. La posibilidad de un armado propio por parte de Villarruel aún no está descartada, pero por el momento se prioriza una actitud pasiva, a la espera de una posible reconciliación con Milei o una eventual maniobra política.
La red de apoyos de Villarruel: lealtades y fisuras
A diferencia de la amplia y organizada estructura de Milei, Villarruel cuenta con una red de apoyo más pequeña y menos consolidada. La pérdida de figuras claves, como Guillermo Montenegro, ha dejado una brecha en su estrategia política. Sin embargo, la incorporación de figuras como Emilio José Viramonte Olmos, un excónsul con experiencia y conexiones políticas, sugiere un intento de fortalecer su equipo asesor.
Dentro de la estructura interna del Senado, Villarruel cuenta con colaboradores y asesores leales, como Guadalupe Jones, Agustín Giustinian o María Laura Izzo. Además, destaca la presencia de la agrupación “La Derecha Argentina”, liderada por Juan Martín Donato, compuesta mayormente por jóvenes activistas y con un fuerte protagonismo en redes sociales. Si bien su influencia territorial es limitada, este núcleo duro de seguidores conforma una red fundamental para su respaldo político.
Las perspectivas para 2025 y más allá
La fractura entre Milei y Villarruel plantea un escenario incierto para La Libertad Avanza. Si bien Villarruel ha descartado, al menos por ahora, una candidatura independiente, la tensión interna y la inestabilidad política podría debilitar la imagen del partido y afectar sus resultados electorales en 2025. Esto abre la puerta a potenciales reconfiguraciones del mapa político argentino, con la aparición de nuevos grupos políticos y una creciente fragmentación del espectro libertario.
La estrategia de Villarruel, basada en el silencio estratégico y la búsqueda de consensos internos, podría resultar efectiva a corto plazo. Sin embargo, el desgaste político y el futuro incierto de la relación con Milei podría obligarla a repensar su estrategia y tomar decisiones más audaces en un futuro cercano, lo cual podría traducirse en la conformación de un nuevo grupo político independiente en el marco de las próximas elecciones.
Conclusiones: Una batalla aún lejos de concluirse
La pelea entre Milei y Villarruel representa un punto de inflexión significativo en la historia de La Libertad Avanza. La incertidumbre y la fragmentación interna amenazan con debilitar al partido, mientras las posibles alianzas y las estrategias aún en proceso de definición apuntan hacia un escenario político complejo, donde el futuro de la representación libertaria aún está por verse. El tiempo definirá la magnitud del impacto de esta ruptura y las consecuencias para el panorama político argentino en los años venideros.