La creciente demanda global de baterías para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos ha catapultado al litio al centro de la escena económica mundial. Este metal ligero, esencial para estas tecnologías, se extrae principalmente de salares, ecosistemas frágiles ubicados en zonas áridas y altoandinas, como el “Triángulo del litio” que abarca partes de Argentina, Bolivia y Chile. Sin embargo, esta bonanza económica plantea serios interrogantes sobre el impacto ambiental de la minería del litio y el futuro de estos ecosistemas únicos.
El Triángulo del Litio: Un Ecosistema Amenazado
El “Triángulo del litio” alberga algunos de los salares más grandes y ricos en este recurso del mundo. Estas vastas planicies salinas, formadas por la evaporación de antiguos lagos, son mucho más que simples depósitos de minerales. Son ecosistemas complejos, hogar de una biodiversidad única adaptada a condiciones extremas, y juegan un papel crucial en los ciclos hidrológicos y biogeoquímicos regionales.
Según la bióloga chilena Cristina Dorador, experta en salares, estos ecosistemas son “reservorios de agua de los Andes”, fundamentales en zonas áridas. Además, concentran una alta biodiversidad y participan en ciclos vitales como la producción y concentración de gases de efecto invernadero (GEI), incluyendo CO2 y metano.
La Extracción de Litio: Un Método Disruptivo
La extracción de litio de salares implica un proceso que altera significativamente el equilibrio de estos ecosistemas. El litio se encuentra disuelto en salmueras, agua con alta concentración de sales, que se extraen bombeándolas desde las profundidades del salar. El método más común es la evaporación solar en grandes piletas, a menudo construidas sobre la superficie del salar mismo.
Estas piletas de evaporación, visibles incluso desde el espacio, requieren grandes cantidades de agua y modifican drásticamente el paisaje. La evaporación prolongada reduce el nivel freático del salar, impactando la biodiversidad y los ciclos hidrológicos. El proceso también produce residuos salinos que pueden contaminar el suelo y las aguas subterráneas.
El Caso de Tecpetrol en la Puna Jujeña: Un Ejemplo de Conflicto
En la Puna jujeña, la empresa Tecpetrol, filial de la multinacional Techint, busca explorar y extraer litio en la cuenca de Salinas Grandes y la Laguna de Guayatayoc. Este proyecto ha generado controversia, dividiendo a la comunidad indígena de Rinconadillas, que ve en la promesa de empleo y servicios básicos un posible beneficio, pero también teme las consecuencias ambientales.
Tecpetrol argumenta que empleará un sistema de extracción más moderno, evitando las piletas de evaporación tradicionales. Sin embargo, las consecuencias a largo plazo de estas nuevas tecnologías aún son inciertas, y la preocupación por el uso del agua y el impacto en el ecosistema persiste.
Las Experiencias de Chile: Una Advertencia
Cristina Dorador advierte que Chile ya ha vivido la destrucción de salares debido a la minería de litio. Ella menciona el Salar de Punta Negra, el Salar de Lagunillas y el Salar de Llamarada como ejemplos de salares afectados de forma “irreversible e irreparable”, según juicios ambientales del Consejo de Defensa del Estado.
Estas experiencias chilenas, con desecaciones y pérdida de biodiversidad significativas, sirven como una advertencia sobre el riesgo que enfrentan los salares argentinos si la extracción de litio no se realiza de forma sostenible y responsable.
La Necesidad de Alternativas Sostenibles
La creciente demanda de litio no puede justificar la destrucción de ecosistemas tan valiosos. Es crucial buscar alternativas que permitan la explotación de este recurso vital sin comprometer el futuro de los salares y las comunidades que dependen de ellos.
Se requiere una evaluación exhaustiva del impacto ambiental de la minería de litio, la implementación de tecnologías de extracción más eficientes y menos disruptivas, y la promoción de modelos de gestión que prioricen la conservación de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades locales. El futuro del “Triángulo del litio” y la viabilidad de la industria del litio en la región depende de tomar decisiones informadas y responsables.
La experiencia de Chile, y la situación actual en Argentina, resalta la urgencia de implementar políticas que promuevan la minería sostenible y la protección de estos valiosos ecosistemas.