La eliminación de Boca Juniors en la Copa Argentina a manos de Vélez Sarsfield dejó un sabor amargo y generó un intenso debate sobre las decisiones tácticas de Fernando Gago. El partido, un verdadero sube y baja de emociones, expuso tanto aciertos como errores del entrenador xeneize, especialmente en la gestión de cambios y la expulsión de Luis Advíncula. Este análisis busca desentrañar las claves del encuentro, evaluando las decisiones de Gago, su impacto en el resultado y las consecuencias para el futuro del equipo en la búsqueda de la clasificación a la Copa Libertadores 2025.
El primer tiempo: Un inicio desconcertante
El comienzo del partido fue un verdadero golpe para Boca. La sorpresa inicial provino de Vélez, que impuso su ritmo y efectividad, logrando un 2-0 en apenas 15 minutos. La falta de intensidad y la sorprendente tibieza de Boca en una semifinal de Copa Argentina generó numerosas dudas sobre el planteo inicial de Gago. La defensa xeneize mostró una desconexión preocupante, permitiendo facilidades que Vélez aprovechó con maestría. La falta de circulación precisa del balón y la escasez de creatividad en ataque dificultaron cualquier intento de reacción.
En este contexto, la decisión de Gago de realizar un cambio a los 30 minutos, introduciendo a Milton Giménez por Ignacio Miramón, surge como un intento por contrarrestar la ineficacia ofensiva. Si bien el equipo estaba dos goles abajo, la sustitución de Miramón, un mediocampista, por un delantero, pretendió agregar peso en ataque, concentrando las fuerzas en un sector que había demostrado fallas notables.
El acierto y los errores de Gago en los cambios
La entrada de Giménez resultó efectiva, sumando presencia ofensiva. La mayor concentración del ataque sobre la dupla central de Vélez se vio rápidamente en el descuento de Cavani, luego de un cabezazo preciso. La sustitución se demostró acertada, solucionando parcialmente una de las deficiencias más visibles del juego de Boca en la primera etapa. El aporte del delantero otorgó mayor contundencia en la zona de ataque, generando mayor presión sobre la defensa adversaria y mejorando la eficacia en las acciones ofensivas.
Sin embargo, los cambios posteriores fueron objeto de fuertes cuestionamientos. Tras la expulsión de Advíncula, que debería haber sido evitada con una sustitución en el entretiempo, ya que había sido amonestado previamente, la respuesta de Gago no estuvo a la altura de las circunstancias. Con Boca arriba en el marcador, la decisión de sustituir a dos de sus figuras, Edinson Cavani y Exequiel Zeballos, en momentos decisivos del partido fue un error. La supresión del peso ofensivo y la búsqueda de la mera contención se interpretó como una decisión conservadora que dejó a Boca vulnerable.
El ingreso de Lautaro Di Lollo y Milton Delgado, dos jugadores con poca experiencia en Primera División, no compensó la pérdida de potencial ofensivo de Cavani y Zeballos. Ambos jugadores entraron comprometidos, pero la situación adversa exigió una experiencia mayor a la que ambos aportaron en tan corto plazo. Di Lollo, en particular, tuvo participación directa en los goles que Vélez anotó para dar vuelta el partido.
La expulsión de Advíncula: Un factor determinante
La expulsión de Advíncula fue un punto de inflexión en el partido. Su entrada temeraria sobre Brian Romero, a los pocos minutos de comenzar el segundo tiempo, dejó a Boca con diez jugadores, alterando completamente el planteo del encuentro. La responsabilidad de Gago en este aspecto se centra en su incapacidad para anticiparse a la acción. Advíncula ya había cometido una dura falta sobre Pellegrini en la primera mitad y fue amonestado, situación que alertó de su juego arriesgado. La decisión de no sustituirlo en el entretiempo se reveló como un grave error de cálculo. La expulsión, por lo tanto, no fue únicamente responsabilidad del jugador, sino también del cuerpo técnico que no tomó medidas preventivas.
Este análisis indica que el DT pecó por conservadurismo al haber dejado en cancha un jugador amonestado que demostró un juego fuerte. La decisión posterior de cambiar dos delanteros, considerando la necesidad de proteger el resultado con un jugador menos, resultó en una estrategia que dejó a la defensa expuesta y que permitió el triunfo de Vélez.
Las consecuencias para la Libertadores 2025
La derrota en la Copa Argentina tiene consecuencias directas para la clasificación de Boca a la Copa Libertadores 2025. Eliminados del torneo, la única opción que le queda al Xeneize es asegurar un puesto entre los mejores del campeonato de liga para garantizar su participación en el torneo internacional. Con Boca fuera del lote de equipos que hoy se clasifican a la Libertadores, la derrota en Córdoba representa un golpe significativo para las aspiraciones internacionales del club.
El próximo partido del Xeneize, este domingo en la Bombonera, se presenta como una cita decisiva. Una victoria frente a Gimnasia y Esgrima La Plata resultará crucial para mantener la lucha por una plaza en la Libertadores. La presión sobre Gago, tras esta eliminación, ha crecido notoriamente. El futuro dependerá de la capacidad del entrenador para reestructurar su estrategia, abordar los errores cometidos y motivar a su plantel para afrontar los desafíos restantes en el torneo.
En conclusión, el partido contra Vélez Sarsfield expuso la dualidad de las decisiones tácticas de Gago: un acierto inicial con el cambio de Giménez, opacado por errores en la gestión de la expulsión de Advíncula y las posteriores sustituciones, que contribuyeron directamente a la eliminación de Boca. La necesidad de obtener puntos en el campeonato se convierte ahora en el principal objetivo del equipo para clasificar a la Copa Libertadores 2025, un desafío para un Boca golpeado y con la obligación de recuperar su nivel de juego.