La reciente propuesta del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, de adquirir Aerolíneas Argentinas para la provincia ha generado un intenso debate público. La iniciativa, que busca evitar la privatización de la aerolínea de bandera, plantea interrogantes sobre la viabilidad económica de la operación, el impacto en las finanzas provinciales y las posibles consecuencias políticas de esta decisión.
El dilema de Aerolíneas: ¿una empresa estratégica o un pozo sin fondo?
Aerolíneas Argentinas, desde su reestatización en 2008, ha sido objeto de controversia debido a sus recurrentes pérdidas económicas y la necesidad de constantes subsidios estatales para su funcionamiento. Los defensores de la empresa argumentan su importancia estratégica para la conectividad del país, el desarrollo del turismo y la generación de empleos. Por otro lado, los críticos señalan la ineficiencia en su gestión, la falta de transparencia en sus cuentas y el peso que representa para las arcas públicas.
Según datos del Ministerio de Economía, en los primeros nueve meses de 2024, Aerolíneas Argentinas recibió subsidios por $58.732 millones (aproximadamente US$62 millones al tipo de cambio promedio de ese período), mientras que registró una pérdida operativa de $273.244 millones (US$326 millones). Estas cifras, que reflejan la compleja situación financiera de la compañía, son el principal argumento de quienes se oponen a la propuesta de Kicillof. La pregunta central es si la provincia de Buenos Aires, con sus propios desafíos fiscales, está en condiciones de asumir la responsabilidad de una empresa con un historial de pérdidas tan significativo.
Kicillof: entre la defensa de lo público y la apuesta política
Para Kicillof, la adquisición de Aerolíneas Argentinas no solo se trata de una decisión económica, sino también de una apuesta política. El gobernador bonaerense, quien fuera gerente financiero de la aerolínea durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, ha defendido la importancia de mantener la empresa en manos del Estado, argumentando su rol clave en la conectividad del país y el desarrollo del turismo. Además, ha criticado duramente al gobierno nacional por su intención de privatizarla, acusándolo de desatender las necesidades de la población y favorecer los intereses de las empresas privadas.
La propuesta de Kicillof también se enmarca en un contexto electoral. A un año de la derrota del peronismo en las elecciones presidenciales, el gobernador busca consolidar su liderazgo dentro del espacio y posicionarse como una figura de oposición frente al gobierno de Javier Milei. La defensa de Aerolíneas Argentinas, un símbolo de la soberanía nacional para muchos, podría ser una estrategia para movilizar a la base electoral peronista y diferenciarse de otros dirigentes con un perfil más moderado.
Impacto en las finanzas provinciales: ¿un riesgo calculable o una apuesta imprudente?
La principal preocupación de los críticos de la propuesta de Kicillof es el impacto que la adquisición de Aerolíneas Argentinas podría tener en las finanzas de la provincia de Buenos Aires. Con un presupuesto ya ajustado y la necesidad de atender demandas sociales urgentes, la incorporación de una empresa con un historial de pérdidas millonarias podría agravar la situación fiscal provincial y comprometer la capacidad del gobierno para realizar inversiones en áreas clave como educación, salud e infraestructura.
Si bien Kicillof ha manifestado su intención de convocar a otras provincias para compartir la inversión y la gestión de la aerolínea, la concreción de este esquema federal no está garantizada. La respuesta de otros gobernadores, las negociaciones con los gremios aeronáuticos y la posibilidad de obtener financiamiento para la operación son factores clave que determinarán la viabilidad del proyecto.
Las posibles consecuencias: ¿un nuevo modelo de gestión o una caja política?
La propuesta de Kicillof abre un debate sobre el rol del Estado en la economía y la gestión de las empresas públicas. Si bien la defensa de Aerolíneas Argentinas como un servicio público esencial es un argumento válido, la eficiencia en su gestión y la transparencia en sus cuentas son cruciales para evitar que la empresa se convierta en una carga para los contribuyentes.
La experiencia de la provincia de Buenos Aires en la gestión de empresas públicas ha sido diversa, con algunos casos exitosos y otros con resultados negativos. La adquisición de Aerolíneas Argentinas representaría un desafío sin precedentes, que exigiría un cambio profundo en la cultura organizacional de la empresa, la implementación de un plan de negocios viable y un control estricto de los gastos para garantizar su sostenibilidad económica.
Otro de los riesgos que se plantea es la posibilidad de que Aerolíneas Argentinas, bajo la gestión provincial, se convierta en una herramienta para el clientelismo político y la creación de empleos públicos innecesarios. La historia de la empresa, con sus vaivenes políticos y sus denuncias de corrupción, alimenta las sospechas de quienes ven en la propuesta de Kicillof una maniobra para fortalecer su poder político y consolidar su base electoral.
En definitiva, la propuesta de Kicillof de adquirir Aerolíneas Argentinas para la provincia de Buenos Aires es una apuesta arriesgada con potenciales beneficios y riesgos significativos. El debate público que ha generado esta iniciativa es fundamental para analizar con rigor los aspectos económicos, políticos y sociales involucrados, y tomar una decisión informada sobre el futuro de la aerolínea de bandera.