¡Compatriotas! Prepárense para conocer la historia de José Rivera Indarte, el personaje más camaleónico de la historia argentina. Un hombre que amó y odió a Juan Manuel de Rosas con la misma intensidad con la que un político cambia de partido. ¡Un verdadero maestro de la voltereta política!
De lamer botas a querer cortar cabezas: La metamorfosis de Rivera Indarte
Rivera Indarte, un cordobés con más caras que un dado, comenzó su carrera política como un rosista de pura cepa. ¡Un fanático a la altura de los barras bravas de hoy! Escribió el famoso “Himno a Rosas”, donde elogiaba al Restaurador como si fuera un dios griego recién bajado del Olimpo. ¡Hasta le creó un panfleto llamado “La Espiga de Maíz” para alabar sus hazañas! ¿Se imaginan a Lanata escribiendo discursos para Cristina? Bueno, algo así.
Pero como buen oportunista, Rivera Indarte vio que el viento cambiaba de dirección y decidió dar un giro de 180 grados. ¡De la noche a la mañana se convirtió en el enemigo número uno de Rosas! Se unió a la Asociación de Mayo, un grupo de conspiradores que planeaban derrocar al Restaurador. ¡Y no solo eso, sino que intentó asesinarlo con una “máquina infernal”! Una caja llena de pistolas que se disparaban al abrirla. ¡Menos mal que Manuelita Rosas tuvo suerte y no la abrió!
El lado oscuro de un héroe cordobés
Pero la cosa no termina ahí. Resulta que nuestro amigo Rivera Indarte no era ningún santo. ¡Lo expulsaron de Uruguay por “conducta poco clara”! ¡También lo echaron de la Universidad de Buenos Aires por robar libros! Y como si fuera poco, dicen que le robó la corona a la Virgen de las Mercedes. ¡Un verdadero delincuente con honores!
Para colmo, este señor escribió un libro llamado “Tablas de Sangre”, una sarta de mentiras que hizo quedar a Rosas como el mismísimo diablo. ¡Fake news del siglo XIX! Y lo peor de todo es que en Córdoba, en lugar de repudiarlo, ¡le pusimos su nombre a calles, barrios y hasta un centro comercial! ¡Increíble pero real!
En resumen, José Rivera Indarte fue un personaje contradictorio, un oportunista sin escrúpulos y un maestro de la manipulación. Un ejemplo de cómo la historia puede ser escrita por los vencedores, incluso si son unos verdaderos sinvergüenzas. ¡Así que la próxima vez que pasen por la calle Rivera Indarte, recuerden que están homenajeando a un fanático, un ladrón y un mentiroso! ¡Qué país generoso que tenemos!