¡Paren las rotativas! ¡Que caigan los likes! La justicia cordobesa le puso un freno a la ‘dolce vita’ de Candela Salazar, la influencer que vendía humo… ¡y cursos de marketing digital a precio de oro! Mientras sus seguidores soñaban con playas paradisíacas y billeteras abultadas, ella se paseaba por el mundo con la plata de sus incautos alumnos. ¡Un escándalo que huele a estafa piramidal y criptomonedas!
De gurú del marketing a reina de la estafa: La caída de un imperio de mentiras
Candela Salazar, la joven promesa del emprendedurismo digital, cayó en desgracia. O mejor dicho, ¡la agarraron con las manos en la masa! La influencer, que prometía convertir a cualquiera en un nómade digital exitoso, fue detenida en el aeropuerto de Córdoba justo cuando intentaba escapar a Buenos Aires. ¿Su destino final? La soleada Playa del Carmen, en México. ¡Parece que alguien quería disfrutar de sus ganancias mal habidas bajo el sol!
Salazar, de tan solo 27 años, construyó un imperio en redes sociales vendiendo la ilusión de una vida perfecta: viajes, libertad financiera y trabajo remoto. Su curso de marketing digital, con un precio que haría temblar hasta al mismísimo Elon Musk, prometía convertir a sus estudiantes en millonarios. ¡Pero la realidad era otra! Detrás de la fachada de éxito se escondía un esquema piramidal que estafó a por lo menos cuatro víctimas, dejándolas con los bolsillos vacíos y los sueños rotos. Y no hablamos de moneditas. ¡Estamos hablando de USD 23.000… una verdadera fortuna en pesos!.
El modus operandi: criptomonedas, viajes y mucho chamullo
La fórmula de Salazar era simple: prometer ganancias exorbitantes a través de inversiones en criptomonedas, captar clientes con su carisma y su estilo de vida envidiable, y desaparecer con el dinero. Su cómplice, Nicolás Gionco, era el encargado de reclutar incautos en un gimnasio de Córdoba. ¡Un verdadero gancho al hígado para los amantes del fitness!
Según las víctimas, al principio todo parecía color de rosa. Los primeros pagos llegaban sin problemas, pero con el tiempo las cosas se pusieron turbias. Incumplimientos, excusas y la sospechosa ausencia de Salazar, siempre de viaje, despertaron las alarmas. Finalmente, las denuncias llegaron a la fiscalía, que puso en marcha la investigación y logró detener a la influencer justo antes de que se fugara a México con su botín. O sea, la chica prometía libertad, ¡pero terminó presa! Una verdadera ironía del destino.
¿Justicia o show mediático? El debate que divide a las redes
La detención de Salazar desató una ola de comentarios en redes sociales. Para algunos, es un ejemplo de que la justicia tarde o temprano llega. Para otros, se trata de un show mediático para desviar la atención de otros temas importantes. En lo que todos coinciden es en que este caso expone la fragilidad del mundo digital y la facilidad con la que se puede construir una imagen falsa para engañar a la gente. O sea, influencers, ¡ojo al piojo!
Mientras tanto, Candela Salazar espera su indagatoria en Córdoba. ¿Se hará cargo de sus actos o seguirá vendiendo espejitos de colores? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es segura: este caso nos deja una valiosa lección: no todo lo que brilla es oro, y mucho menos en el universo virtual, donde las apariencias engañan y las estafas están a la orden del día. ¡Así que ya saben, amigos, desconfíen de los gurús digitales y no se dejen llevar por las promesas fáciles! ¡A estudiar y a trabajar duro que es la única forma segura de hacerse rico… o al menos de no perder la plata!.