La influencer cordobesa Candela Salazar, de 27 años, fue detenida en el Aeropuerto Internacional de Córdoba momentos antes de abordar un vuelo a Buenos Aires. La joven, conocida por su ostentosa vida en redes sociales y por promover inversiones en criptomonedas, está acusada de liderar una estafa piramidal que habría dejado pérdidas millonarias a sus seguidores.
Detención en el aeropuerto: el fin de la fachada de lujo
El operativo, llevado a cabo por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y el Departamento de Delitos Económicos, se desencadenó tras una orden judicial emitida por la fiscal Lourdes Quagliatti. Salazar fue arrestada justo antes del despegue, mientras que su cómplice, Nicolás Gionco, de 27 años, fue detenido en su domicilio. La escena fue digna de una película: la influencer, acostumbrada a documentar sus viajes y lujos en Instagram y TikTok, fue bajada del avión con la puerta ya cerrada, lista para partir rumbo a la capital.
Simultáneamente a la detención, se realizaron allanamientos en las viviendas de Salazar y Gionco, en el barrio Urca de la ciudad de Córdoba. Las autoridades secuestraron dispositivos electrónicos, documentación y otros elementos que podrían ser clave para esclarecer el caso y determinar la magnitud de la estafa.
El esquema de la estafa: promesas de ganancias imposibles y un estilo de vida aspiracional
Según la investigación, Salazar y Gionco operaban desde 2022 bajo un esquema Ponzi, atrayendo inversores con la promesa de retornos extraordinarios de entre el 10% y el 12% mensual en dólares, a través de inversiones en criptomonedas. La influencer utilizaba sus redes sociales, donde se presentaba como una experta en marketing digital y negocios con criptomonedas, para promocionar estas supuestas oportunidades de inversión. Su estilo de vida, repleto de viajes internacionales, autos de lujo y artículos de marca, servía como anzuelo para generar confianza y credibilidad entre sus seguidores, muchos de los cuales cayeron en la trampa.
Gionco, por su parte, cumplía el rol de captador de clientes en un gimnasio local. Allí, se encargaba de convencer a potenciales víctimas de las habilidades de Salazar para las inversiones, preparando el terreno para que la influencer, en una reunión posterior, los convenciera de entregar su dinero.
Las víctimas: un fraude que supera los 27 millones de pesos
Hasta el momento, la fiscalía ha recibido cuatro denuncias formales, que suman un perjuicio económico de 22.900 dólares, equivalentes a más de 27 millones de pesos argentinos. Sin embargo, se cree que la cantidad de víctimas podría ser mucho mayor, ya que muchas personas pueden sentir vergüenza o temor de denunciar haber sido engañadas. Las autoridades instan a todos los afectados a presentarse ante la Unidad Judicial de Delitos Económicos para ampliar la investigación y fortalecer la causa contra Salazar y Gionco.
El modus operandi de la estafa consistía en pagar los primeros rendimientos para generar confianza en los inversores. Sin embargo, los pagos se interrumpían a los pocos meses, y cuando las víctimas reclamaban la devolución de su capital, Salazar solía estar “de viaje” o se excusaba con diferentes argumentos para evitar el contacto. La estrategia de la influencer consistía en generar una imagen de éxito y confiabilidad para luego desaparecer con el dinero de sus seguidores.
Consecuencias para la influencer y su cómplice: ¿qué les espera?
Salazar y Gionco enfrentan cargos por estafa reiterada, un delito que en Argentina se castiga con penas de prisión que pueden llegar hasta los seis años. En los próximos días, ambos serán indagados por la fiscalía, que deberá determinar la responsabilidad de cada uno en el esquema fraudulento. Además del proceso penal, la influencer podría enfrentar consecuencias civiles por los daños económicos causados a las víctimas.
El caso de Salazar se suma a una creciente lista de estafas con criptomonedas que se han registrado en los últimos años, aprovechando el desconocimiento y la falta de regulación en este mercado. Este tipo de delitos no solo genera pérdidas económicas significativas para las víctimas, sino que también daña la confianza en las inversiones digitales y en el ecosistema emprendedor online.
El rol de las redes sociales en las estafas online
El caso de Candela Salazar pone de manifiesto el rol que juegan las redes sociales en la proliferación de este tipo de estafas. La influencer utilizaba sus plataformas para construir una imagen de éxito y credibilidad, que luego le permitía atraer a potenciales víctimas. Las redes sociales, con su alcance masivo y su capacidad para generar confianza, se han convertido en una herramienta poderosa para los estafadores, quienes las utilizan para difundir sus esquemas fraudulentos y captar a un gran número de personas.
La facilidad con la que se puede crear una identidad ficticia o exagerar la realidad en las redes sociales facilita la tarea de los estafadores, quienes se presentan como expertos en inversiones o gurús del éxito para engañar a sus seguidores. Es fundamental que los usuarios de redes sociales sean críticos con la información que consumen y que no se dejen llevar por las apariencias o las promesas de ganancias fáciles. La verificación de la información, la consulta con profesionales y la desconfianza ante ofertas demasiado buenas para ser verdad son claves para evitar caer en este tipo de trampas.