El verano se acerca y con él, las ganas de cruzar las fronteras en auto para disfrutar de las playas y paisajes de los países vecinos. Sin embargo, este año, una sombra de incertidumbre se cierne sobre los viajeros: la falta de cédulas verdes físicas y la incertidumbre sobre la aceptación de la versión digital en los pasos fronterizos.
La odisea de la cédula verde: entre la escasez y la digitalización
La escasez de cédulas verdes físicas se ha convertido en un dolor de cabeza para miles de argentinos que planean viajar al exterior en sus vehículos. La Casa de la Moneda, históricamente encargada de la emisión de estos documentos, ha enfrentado problemas de producción que han generado demoras y escasez. Ante esta situación, el Gobierno ha impulsado la cédula verde digital, disponible a través de la aplicación Mi Argentina. Pero, ¿es suficiente esta solución para quienes planean cruzar la frontera?
La respuesta, lamentablemente, no es clara. Si bien el Gobierno asegura estar trabajando en acuerdos con países limítrofes para la aceptación de la cédula digital, la realidad es que, a pocos días del inicio de la temporada alta, no hay confirmación oficial de que esta sea aceptada en todos los pasos fronterizos. Esta incertidumbre genera preocupación y frustración entre los viajeros, que temen ver truncados sus planes de vacaciones por un problema burocrático.
¿Un problema de planificación o una crisis heredada?
La diputada Patricia Vásquez (PRO) ha señalado la falta de previsión del Gobierno al cancelar el contrato con la Casa de la Moneda sin tener un proveedor alternativo que garantizara la emisión de la documentación. “Antes de eliminar a la Casa de la Moneda, se debieron tener otras empresas que, como en otros lugares del mundo, envíen por correo la chapa patente”, afirmó Vásquez en una entrevista. Esta crítica apunta a la raíz del problema: la falta de planificación en la transición hacia un sistema digital.
Sin embargo, algunos funcionarios argumentan que la crisis actual es una herencia de la administración anterior y que se están realizando todos los esfuerzos posibles para normalizar la situación. Señalan que el proceso de licitación para un nuevo proveedor de cédulas y patentes está en marcha y que se espera una pronta solución. Mientras tanto, la incertidumbre persiste.
El limbo de las patentes provisorias
A la problemática de la cédula verde se suma la cuestión de las patentes provisorias. La falta de chapas patentes metálicas ha obligado a extender la validez de las provisorias hasta por 180 días. Pero al igual que con la cédula digital, no hay garantías de que estas sean aceptadas en los países vecinos.
Esta situación genera un doble problema para los propietarios de vehículos nuevos o usados recientemente: no solo deben lidiar con la falta de documentación definitiva, sino que además se enfrentan a la incertidumbre sobre si podrán utilizar sus autos para viajar al exterior.
¿Qué opciones tienen los viajeros?
Ante este panorama incierto, los viajeros se encuentran en una encrucijada. Algunos optan por posponer sus viajes, esperando que la situación se normalice. Otros, arriesgan a cruzar la frontera con la documentación digital o provisoria, con el riesgo de ser rechazados.
Una posible solución es contactar con las embajadas o consulados de los países de destino para obtener información actualizada sobre los requisitos de ingreso. También es recomendable consultar con agencias de viaje o compañías de seguro para conocer las opciones disponibles en caso de imprevistos.
Algunos viajeros han optado por tramitar permisos especiales o autorizaciones en los registros automotores, pero estos trámites suelen ser engorrosos y no siempre garantizan el ingreso al país de destino.
La digitalización: ¿solución o problema?
La implementación de la cédula verde digital, en teoría, debería simplificar los trámites y reducir la burocracia. Sin embargo, en la práctica, la falta de coordinación con los países vecinos ha generado una nueva fuente de incertidumbre.
Este caso pone de manifiesto los desafíos de la digitalización en un contexto regional. Para que la transición hacia un sistema digital sea exitosa, es fundamental la cooperación entre los países y la armonización de las normativas.
Mientras tanto, los viajeros argentinos se encuentran en un limbo burocrático, esperando una solución que les permita disfrutar de sus vacaciones sin sobresaltos. La pelota está en la cancha del Gobierno, que debe agilizar los trámites y garantizar la aceptación de la documentación digital en los países limítrofes. El verano está a la vuelta de la esquina y las respuestas no pueden esperar.