¿Hasta cuándo permitiremos que el fútbol argentino se desangre en violencia? La detención de Claudio Adrián “El Conde” De Respinis, jefe de la barra brava de Huracán, tras un tiroteo entre facciones rivales, es solo el último capítulo de una historia de impunidad y sangre. ¿Será este el punto de inflexión que necesitamos para erradicar la mafia que secuestra nuestra pasión?
“Desde que tengo memoria, el barrio vive con miedo cada vez que hay un partido. Ya no se puede ni salir a la puerta de tu casa”,Testimonio de un vecino anónimo de Nueva Pompeya.
El tiroteo: Una radiografía de la barbarie
El viernes pasado, la calle Corrales al 1100 se convirtió en un campo de batalla. “El Conde” De Respinis y su gente se enfrentaron a tiros con la facción del “Gordo Pablo”, disidentes provenientes de Villa Zabaleta, Villa Lugano, Villa Soldati y Parque Patricios. A pesar de la lluvia de balas, milagrosamente nadie resultó herido, pero el miedo se instaló, una vez más, en el vecindario.
Fuentes policiales confirman que la disputa se originó por el control de la tribuna y los oscuros negocios que la rodean. Reventa de entradas, manejo de estacionamientos, extorsión a jugadores y dirigentes: la barra brava de Huracán es una organización criminal que opera a plena luz del día. La investigación está en manos de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas número 35 de la Ciudad, liderada por Celsa Ramírez. ¿Será suficiente para desarticular esta red de corrupción?
Causas: ¿Por qué la violencia sigue ganando?
La violencia en el fútbol argentino no es una novedad, pero su persistencia es alarmante. ¿Qué factores permiten que estos grupos sigan operando con tanta impunidad?
- Complicidad dirigencial: Dirigentes que ceden ante las presiones de las barras bravas a cambio de “favores políticos” o “seguridad”.
- Negocios millonarios: Reventa de entradas, estacionamientos, merchandising, etc. Un botín jugoso que alimenta la ambición de los violentos.
- Ausencia del estado: Falta de políticas públicas efectivas para prevenir y castigar la violencia en el fútbol.
La falta de oportunidades para los jóvenes en barrios marginales también juega un papel crucial. Para muchos, la barra brava es una fuente de ingresos y un sentido de pertenencia. ¿Cómo podemos ofrecerles alternativas para alejarlos de la violencia?
En otros países, como Inglaterra, se han implementado medidas exitosas para combatir la violencia en el fútbol, como la prohibición de acceso a los estadios para los barras bravas y la creación de programas de reinserción social. ¿Por qué no podemos replicar estas soluciones en Argentina?
La detención de De Respinis es un avance, pero no es suficiente. Necesitamos una investigación exhaustiva que llegue hasta las últimas consecuencias y castigue a todos los responsables, desde los barras bravas hasta los dirigentes corruptos. Solo así podremos empezar a construir un fútbol en paz.
¿Hay esperanza para Huracán?
Mientras la barra brava se desangra en su interna, los verdaderos hinchas de Huracán sueñan con un club en paz, donde la pasión por los colores no se vea empañada por la violencia y la corrupción. ¿Es un sueño imposible?
Necesitamos dirigentes honestos y comprometidos que corten de raíz cualquier vínculo con los barras bravas y trabajen para recuperar la confianza de los socios e hinchas. También necesitamos una sociedad civil activa que denuncie cualquier acto de violencia o corrupción y exija a las autoridades que actúen con firmeza.
La lucha contra la violencia en el fútbol es una batalla que debemos dar todos los días. No podemos permitir que los violentos sigan secuestrando nuestra pasión. Es hora de decir basta. Basta de balas, basta de mafias, basta de impunidad. Queremos un fútbol en paz, donde la pasión se viva en las tribunas y no en las páginas policiales.
¿Te sumás a la lucha? Apoyá a las organizaciones que trabajan para erradicar la violencia en el fútbol, denunciá cualquier acto de corrupción y difundí información sobre el problema. Juntos podemos construir un fútbol en paz.