El 16 de noviembre, en las calles de Córdoba, se celebra el Día del Orgullo. Miles de personas marchan en una jornada de reivindicación y celebración. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre la discriminación que aún sufre la comunidad LGBTIQ+ y las familias que desde la diversidad construyen sus vidas.
Historias de amor, lucha y crianza
A través de las historias de Romina, Cecilia y Silvia, y Ariel y Guillermo, exploramos las realidades de las familias homoparentales, los desafíos que enfrentan y los logros que celebran en su camino hacia la igualdad.
Romina y Valentina: La libertad de elegir
Romina, una madre lesbiana de 37 años, describe su crianza con Valentina, una adolescente de 17, como una experiencia enfocada en brindar libertad de elección. Desde una infancia en un pueblo pequeño de Santa Fe, donde ella misma experimentó la falta de aceptación, Romina decidió que su hija tendría la oportunidad de explorar su identidad y luchar por sus derechos sin los prejuicios que la marcaron en su juventud.
El principal eje fue que ella tenga la libertad de elegir todo. De preguntar, de formarse, de luchar por sus derechos. Yo no lo tuve y quise brindarle esa posibilidad a ella.
Romina destaca la importancia de derribar estereotipos de género: “Siempre le dije que no encasillara a las personas, que no es el rosa sólo para las nenas y el azul para los nenes. Todo tiene que ser más igualitario”.
El proceso de crianza ha sido un aprendizaje mutuo, ya que las nuevas generaciones plantean cuestionamientos sobre la naturalización de algunas cuestiones sociales. Romina reflexiona sobre sus propias experiencias y cómo la lucha por la visibilidad y los derechos LGBTIQ+ ha transformado la vida de su hija: “Pasaron tantos años de lucha para que hoy Valentina pudiera tener naturalidad y libertades que yo no tuve cuando era chica”.
Cecilia y Silvia: Construyendo historia
Cecilia y Silvia, madres de Juana (13 años), aún comparten la crianza a pesar de su divorcio. Su experiencia se enmarca en un tiempo en que la ley de matrimonio igualitario aún no estaba reglamentada; por eso mismo, enfrentaron dificultades al registrar a su hija en 2011, con la valiosa ayuda de la directora del Registro Civil de Agua de Oro. Cecilia expresa: “Hemos criado a una hija con una mirada maravillosa, muy singular. Ella tiene las herramientas para contar y discutir. Fuimos haciendo historia con nuestra familia”.
Con el objetivo de construir espacios donde Juana se sintiera representada, crearon el cuento “¿A dónde va la cigüeña?”, un material educativo de libre acceso en YouTube que promueve la diversidad familiar. Adem�s, durante ocho a�os organizaron encuentros de familias diversas para visibilizar las múltiples formas de familia existentes. Cecilia refleja la inseguridad que en ocasiones sinti� en la crianza y la conciencia sobre la violencia hacia la infancia, optando por ocupar espacios de respeto e inclusión.
Somos una generación que hemos vivido mucha violencia. Tenemos amigos gays que han sido violentados sistemáticamente en la escuela primaria.
Ariel, Guillermo y David: La elección de la familia
Ariel y Guillermo, una pareja de Córdoba, siempre anheló ser padres. En 2010, con la aprobación de la ley de matrimonio igualitario, se casaron y se inscribieron como adoptantes. Durante tres años esperaron sin éxito, encontrando barreras debido a los prejuicios de las autoridades. Sin desanimarse, se anotaron como familia de tránsito y conocieron a David, de 11 años, quien había vivido en distintos hogares.
La conexión con David fue inmediata. �l eligió ser parte de su familia, lo que fortaleció el lazo entre ellos. Ariel y Guillermo proporcionaron un ambiente estable y amoroso, apoyando su escolarización y crecimiento personal. Con el tiempo, David manifestó formalmente su deseo de ser adoptado por Ariel y Guillermo, una decisión excepcionalmente aprobada por la jueza. La dedicación de esta familia brindó un espacio de contención, escolarización, y estabilidad a David, hoy estudiante de la Tecnicatura en Acompañante Terapéutico.
Él nos eligió a nosotros, y lo que hicimos fue siempre trabajar para ser mejores personas.
La historia de Ariel, Guillermo y David destaca el significado del “orgullo de familia”, enfrentando situaciones en donde incluso profesionales se mostraban en desacuerdo con una adopción homoparental. En la actualidad, David expresa su propia concepción de su familia: “Somos una familia común y corriente. Como cualquier otra. Nos elegimos todo el tiempo. Hay trámites donde todavía figura el casillero que dice ‘mamá’ o ‘papá’. Nos pasó en todos lados. Pero si hay un propósito claro, no hay que dudarlo”.
Reflexiones sobre la diversidad familiar
Las historias presentadas muestran las diferentes facetas de las familias homoparentales en Argentina. Las experiencias compartidas enfatizan la lucha por la igualdad de derechos, la importancia del amor y la crianza responsable, los desafios generados por la discriminación, y, a la vez, el logro de la construcción de familias unidas y felices.
Estas familias destacan la necesidad de un cambio cultural profundo, que rompa con los prejuicios arraigados en la sociedad y reconozca las familias homoparentales como parte integral del tejido social. Se busca crear espacios donde los niños y niñas sean valorados por quienes son, sin importar el tipo de familia que los rodea.
El camino ha sido largo y con desafíos, pero estas familias demuestran que el amor, la perseverancia y la lucha por la igualdad son valores fundamentales que construyen familias resilientes y exitosas. Sus experiencias enriquecen el entendimiento de la diversidad familiar y son un mensaje de esperanza y transformación.