¿Hasta cuándo la policía rosarina reprimirá la pasión leprosa? La noche del partido entre Newell’s y Belgrano, el Coloso Marcelo Bielsa se transformó en un infierno. No por el juego, sino por la brutal e injustificada represión policial. Hinchas, familias, niños… todos fueron víctimas de una cacería despiadada. Los relatos de los presentes, las imágenes que arden en las redes, todo grita: ¡Basta de impunidad!
El detonante: una provocación infantil
Minuto 20 del primer tiempo. Fuegos artificiales estallan en las inmediaciones del Parque Independencia. Hinchas de Rosario Central, con una actitud provocadora, aluden a la diferencia en el historial entre ambos clubes. Una chispa que encendió la pradera. La bronca contenida estalló, y algunos hinchas de Newell’s salieron a buscar a los responsables. Lo que siguió, una pesadilla.
Versiones contradictorias, sí, pero una verdad ineludible: la brutalidad policial. Balas de goma llovieron sobre cuerpos indefensos. Gases lacrimógenos asfixiaron a familias enteras. Detenciones arbitrarias, sin distinción de culpables e inocentes. ¿El delito? Defender el honor de su club.
Un hincha relata, con la voz quebrada: “Vi a mi hijo de 10 años llorando, tosiendo, sin poder respirar. ¿Eso es proteger a la familia? ¡Nos trataron como delincuentes por alentar a Newell’s!”
Newell’s alza la voz: “¡No toleraremos más violencia policial!”
El club, ante la gravedad de los hechos, emitió un comunicado contundente, un grito de guerra contra la impunidad policial. “Enérgico repudio”, “actuación desproporcionada”, “preservar la integridad de la familia rojinegra”, fueron algunas de las frases que resonaron en las redes sociales.
“Los incidentes ocurridos fueron claramente exacerbados por una actuación policial que consideramos desproporcionada, y no vamos a tolerar ni avalar ningún hecho de violencia por parte de ninguna fuerza o autoridad, ya sea la Policía Provincial, la Municipalidad o la Gobernación, puesto que nuestra responsabilidad y compromiso es ante todo preservar la integridad de la familia rojinegra”.
¿Por qué la policía, en lugar de prevenir, fomenta la violencia? ¿Por qué, en lugar de proteger, reprime y maltrata? ¿Acaso ser hincha de Newell’s justifica un trato brutal y humillante? Preguntas que claman por respuestas.
El clásico de la vergüenza: la violencia no tiene límites
Al día siguiente, la sede de Rosario Central amaneció vandalizada. Un acto repudiable, pero también un síntoma de la enfermedad que carcome a la ciudad: el odio irracional entre dos pasiones.
El clásico se juega afuera de la cancha, en un terreno donde la violencia no conoce fronteras. Pero lo más grave es que esa violencia, en lugar de ser neutralizada, es alimentada por quienes deberían garantizar la seguridad. La policía, otra vez, como agente provocador.
¿Basta de impunidad? La exigencia de justicia
La hinchada leprosa exige explicaciones. Pide una investigación seria e imparcial sobre el accionar policial. Que se identifique y sancione a los responsables de la represión. Pero, sobre todo, exige un cambio radical en la forma en que la policía aborda los eventos deportivos. Prevención, diálogo, disuasión… y no represión indiscriminada.
Es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto. De poner fin a la impunidad policial. De garantizar la seguridad de los hinchas, de los ciudadanos, de todos aquellos que quieren vivir el fútbol en paz.
Porque el fútbol es pasión, sentimiento, identidad. Y no merece ser manchado por la violencia y la represión.
Promesas vacías, sed de justicia
Las promesas de investigación suenan huecas en Rosario. La hinchada leprosa, harta de la represión, exige medidas concretas: protocolos claros para el uso de la fuerza policial, presencia de observadores independientes, capacitación en derechos humanos para los efectivos. Solo así se evitarán nuevas tragedias.
El Parque en llamas: un llamado a la acción
El Parque Independencia arde de bronca e indignación. Una herida abierta que solo cerrará con justicia, verdad y una profunda reflexión sobre el rol de la policía en nuestra sociedad. No podemos permitir que la represión se convierta en la norma. ¡Basta de impunidad! ¡El fútbol es una fiesta, no una guerra!
- Firma la petición para exigir una investigación exhaustiva.
- Contacta a tus representantes políticos para expresar tu preocupación.
- Participa en la marcha pacífica en defensa de los derechos de los hinchas.