¡Ay, Dios mío! ¡El drama, el escándalo, la traición! Roberto García Moritán, el pobrecito, el viudo de la felicidad conyugal, ¡ha osado hablar! Y no solo hablar, sino ¡criticar a la mismísima Pampita, la diosa de las pasarelas y los corazones rotos, por atreverse a rehacer su vida amorosa con el polista Martín Pepa! ¡Qué descaro! ¿Cómo se atreve ella a seguir adelante mientras él aún lame sus heridas? ¡Indignante!
Un corazón roto en mil pedazos (o al menos eso dice él)
En una entrevista exclusiva para “Socios del Espectáculo” (porque claro, ¿dónde más podría airear sus penas un pobre hombre despechado?), Roberto se deshizo en lamentos. “Aún no sané”, confesó con voz entrecortada (seguramente practicada frente al espejo). “Tengo la cabeza en otra cosa”, agregó, como si dirigir una ONG y criar a sus hijos fuera una tarea comparable con el sufrimiento de ver a tu ex feliz con otro. ¡Por favor!
Pero lo peor, lo más bajo, lo que realmente nos hace hervir la sangre, es su comentario sobre Pampita: “Ella ya está en otra”. ¡Claro que está en otra, Roberto! ¿Acaso esperabas que se enclaustrara en un convento para llorar tu partida? Las mujeres, por suerte, no somos como tú. Sabemos secar nuestras lágrimas, levantarnos y seguir adelante, aunque algunos se queden estancados en el pasado.
Y como si fuera poco, el señor García Moritán se atrevió a dar cátedra sobre el amor verdadero. “El amor de verdad necesita tiempo”, sentenció. ¿Tiempo para qué, Roberto? ¿Para seguir revolcándote en la autocompasión? ¿Para esperar a que Pampita vuelva arrastrándose a tus pies? ¡No, querido! El tiempo es oro, y Pampita lo está invirtiendo sabiamente: en ser feliz.
¿Víctima o victimario? La gran pregunta
Pero aquí entre nos, ¿no les parece que Roberto está exagerando un poco? ¿Será que su “dolor” es más bien una estrategia para victimizarse y quedar como el bueno de la historia? Recordemos que no es la primera vez que se separa, y tampoco es la primera vez que Pampita encuentra el amor después de una ruptura.
Quizás, solo quizás, Roberto debería dejar de lado el drama y concentrarse en su propia vida. Tal vez así encuentre la felicidad que tanto anhela, en lugar de buscarla en la infelicidad ajena. O mejor aún, empezar a disfrutar de su soltería, conocer gente nueva, viajar por el mundo como lo hace su ex… ¡Hay tantas posibilidades cuando uno deja de lamentarse!
Pampita: La reina del renacimiento amoroso
Mientras tanto, Pampita disfruta de su romance con Martín Pepa sin pelos en la lengua (y sin dramas, a diferencia de su ex). Se los ha visto juntos en viajes paradisíacos, cenas románticas y eventos sociales. Ella, radiante y enamorada, no tiene tiempo para mirar atrás, y mucho menos para responder a las indirectas de Roberto. ¡Bravo, Pampita! ¡Así se hace!
Y es que, seamos sinceros, ¿quién no ha pasado página rápidamente después de una ruptura? El amor no tiene reglas ni tiempos, y cada uno lo vive a su manera. Pampita ha elegido la felicidad, y eso es lo único que importa. Que Roberto siga llorando sus penas si quiere, pero que no pretenda que el mundo se detenga por él.