¿Estamos al borde de un abismo judicial? La designación de Manuel García-Mansilla como juez de la Corte Suprema, impulsada por Javier Milei, no es solo una noticia, es una declaración de guerra contra la transparencia y la justicia. Un juramento clandestino, un historial manchado y una serie de irregularidades convergen en un acto que exige una respuesta contundente: ¿permitiremos que la Corte Suprema se convierta en un bastión de la impunidad?
El Juramento Secreto: ¿Qué Oculta la Corte Suprema?
El constitucionalista Andrés Gil Domínguez ha denunciado un hecho gravísimo: García-Mansilla juró como juez sin cumplir los trámites esenciales. ¿Qué clase de mensaje envía la Corte Suprema al saltarse sus propios requisitos? ¿Acaso la urgencia por imponer a un aliado político justifica pisotear la legalidad?
La omisión de suspender su matrícula de abogado y presentar la lista de clientes no es un mero formalismo. Es un requisito indispensable para evitar conflictos de interés. ¿Por qué se le permitió a García-Mansilla ignorar esta obligación? ¿Qué oscuros intereses defiende este nuevo juez?
Pero lo más alarmante es el secretismo que rodeó su juramento. Sin familiares, sin amigos, a escondidas. ¿Por qué tanto secretismo? ¿Qué temía la Corte que no podía mostrar este acto a la luz pública? La opacidad es el caldo de cultivo de la corrupción y la impunidad.
Premura Sospechosa: ¿Miedo a la Justicia?
Fuentes judiciales revelan que la Corte actuó con celeridad ante el temor de que el juez federal Alejo Ramos Padilla frenara el nombramiento de García-Mansilla. ¿Es posible que la Corte Suprema, el máximo tribunal del país, tema a la justicia ordinaria? La sola idea es escalofriante.
La doble vara es evidente. Mientras que a Ariel Lijo se le exigió renunciar a su cargo, a García-Mansilla se le permitió asumir sin mayores trámites. ¿A qué responde este trato preferencial? ¿Acaso la cercanía ideológica es más importante que la idoneidad y la transparencia?
El Historial de García-Mansilla: Un Pasado Que Condena
Pero las irregularidades en el proceso de designación son solo la punta del iceberg. El historial de García-Mansilla en materia de derechos humanos es una afrenta a la memoria de las víctimas de la dictadura. Su defensa de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida lo convierte en un defensor de la impunidad.
¿Cómo puede un juez que justifica la impunidad de los genocidas velar por el cumplimiento de la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos? Sus declaraciones, comparando la anulación de las leyes de impunidad con el régimen nazi, son una bofetada a las víctimas y a la memoria colectiva.
La senadora Juliana di Tullio ha denunciado la incompatibilidad entre la postura de García-Mansilla y la jurisprudencia de la Corte Suprema en materia de lesa humanidad. ¿Puede un juez que cuestiona los avances en derechos humanos garantizar la imparcialidad en un tribunal que debe proteger a los más vulnerables?
Su cercanía con sectores ligados a la dictadura, como su paso por el estudio Liendo & Asociados, es una mancha imborrable en su trayectoria. ¿Cómo podemos confiar en un juez con vínculos tan oscuros?
Mentiras al Senado: Un Modus Operandi Alarmante
La promesa incumplida a la senadora Anabel Fernández Sagasti de no asumir en comisión revela una preocupante falta de integridad. ¿Podemos confiar en un juez que miente para alcanzar sus objetivos?
Sus posturas cambiantes sobre temas clave como la edad jubilatoria de los jueces demuestran una falta de coherencia y principios. ¿Qué podemos esperar de un juez que adapta sus convicciones a sus intereses?
¿Una Corte al Servicio del Poder? El Futuro de la Justicia en Juego
El caso García-Mansilla no es un hecho aislado, es la punta de lanza de una estrategia para politizar la justicia y garantizar la impunidad de los poderosos. ¿Estamos dispuestos a permitir que la Corte Suprema se convierta en un instrumento de opresión?
Es hora de que la Corte Suprema rinda cuentas y explique por qué ha permitido este atropello a la legalidad. La sociedad argentina exige respuestas claras y contundentes. No podemos permitir que el Poder Judicial se convierta en un apéndice del Poder Ejecutivo.
La presión social y política debe ser implacable hasta lograr la renuncia de García-Mansilla y la revisión de un proceso de designación viciado desde el principio. La defensa de la memoria, la verdad y la justicia es una tarea de todos. No podemos ceder ni un milímetro ante la impunidad.
“La justicia que se hace a escondidas, es la que avergüenza a la ley.” – Rabindranath Tagore
Es imperativo que el Senado convoque a una sesión especial para rechazar el pliego de García-Mansilla y expulsarlo del Palacio de Justicia. No podemos permitir que un defensor de la impunidad ocupe un lugar en el máximo tribunal del país. La defensa de la independencia judicial exige una respuesta contundente y ejemplar.
¿Estamos dispuestos a permitir que la politización del Poder Judicial destruya los cimientos de nuestra democracia? ¿O vamos a defender con uñas y dientes la independencia judicial y el respeto por los derechos humanos?
El caso García-Mansilla es una prueba de fuego para la sociedad argentina. Demostremos que no estamos dispuestos a ceder ante la impunidad y la manipulación política. Defendamos la justicia, la verdad y la memoria. El futuro de nuestra democracia depende de ello. ¡No nos quedemos callados!
Participa activamente: firma peticiones, contacta a tus representantes políticos, únete a organizaciones que defienden la independencia judicial. Cada acción cuenta para frenar este atropello.