La cumbre del G20 en Río de Janeiro ha comenzado bajo una sombra de preocupación. No solo por los temas globales a tratar, sino también por las alarmantes denuncias internas que cuestionan la capacidad de Brasil para garantizar la seguridad del evento y su soberanía nacional.
Debilidad de la Inteligencia Brasileña: Denuncias de Intelis
La Unión de Profesionales de Inteligencia del Estado (Intelis), perteneciente a la agencia brasileña ABIN, ha emitido un comunicado denunciando un preocupante “desmantelamiento” de la agencia. Alegan una baja participación efectiva en el G20 debido a limitaciones presupuestarias, restricciones tecnológicas, excesiva burocracia y una alarmante tasa de vacantes del 80% del personal.
Esta situación compromete la capacidad de la ABIN para proteger la seguridad del G20 y la soberanía de Brasil frente a potenciales operaciones de espionaje extranjero. El despliegue de las Fuerzas Armadas como medida de seguridad, aunque necesaria, no suple la falta de inteligencia estratégica y capacidad de respuesta de una agencia debilitada.
La Creciente Influencia China: La Iniciativa de la Franja y la Ruta
Con la ausencia del presidente ruso Vladimir Putin, la influencia de China en el G20, particularmente desde la perspectiva brasileña, se ha vuelto más evidente. La visita de Xi Jinping a Brasil tras la cumbre del G20 es crucial, ya que se discutirá la adhesión de Brasil a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una ambiciosa estrategia de inversión y desarrollo infraestructura china que abarca varios continentes.
Aunque el gobierno brasileño ha intentado minimizar la adhesión como una simple negociación de sinergias, el editorial publicado por Folha de S.Paulo, escrito por el propio Xi Jinping, deja claro el interés chino por reformar organismos internacionales como el FMI y el BM, y expandir considerablemente la influencia de la Iniciativa en Latinoamérica.
El Amazonas en el Juego: Biden vs. Xi
La visita de Joe Biden a la Amazonía, un hecho inédito para un presidente estadounidense, demuestra la creciente competencia geopolítica por la región amazónica. Biden anunció una donación adicional de más de 50 millones de dólares para el Fondo Amazonia, destinado a la preservación de la selva.
Sin embargo, este anuncio queda opacado por la incertidumbre de la aprobación del Congreso estadounidense, especialmente con el regreso inminente de Donald Trump a la Casa Blanca, quien ha demostrado escaso compromiso con el medio ambiente y ha promovido la producción de combustibles fósiles. La falta de certeza en el financiamiento estadounidense ofrece a China una oportunidad de ocupar este vacío, potenciando su influencia en la región amazónica, en especial mediante el puerto peruano de Chancay.
Corrupción y Opacidad: Riesgos y Preocupaciones
El tema de la corrupción empaña la cumbre del G20. Las denuncias de Intelis, el cuestionado festival de música de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, y la falta de transparencia sobre las inversiones chinas en Brasil, alimentan las preocupaciones. La opacidad sobre el alcance real de las inversiones chinas y la existencia de riesgos de corrupción y fraude, similar a experiencias en Bolivia y Venezuela, generan dudas sobre la naturaleza de las alianzas con China.
La declaración de Transparencia Internacional, exigiendo al presidente Lula una acción concreta contra la corrupción durante la cumbre, resalta la importancia de abordar este tema de manera transparente y firme para asegurar un legado duradero del G20 en Brasil. La inhabilitación de la empresa china LiuGong por el Tribunal de Cuentas de la Unión evidencia la vulnerabilidad de Brasil a prácticas corruptas.
Un G20 entre Tensiones
La cumbre del G20 en Brasil se presenta como un escenario complejo, marcado por la debilidad institucional reflejada en las denuncias de Intelis, la creciente influencia de China y sus ambiciosas estrategias de inversión, el dilema del financiamiento estadounidense para la preservación amazónica, y el persistente riesgo de corrupción. La transparencia y una fuerte respuesta a estos desafíos serán cruciales para que Brasil pueda sacar provecho de la cumbre, sin comprometer su soberanía y seguridad nacional.