El mundo del espectáculo se conmovió hace unas semanas con el rumor de una posible crisis en el matrimonio de Guillermo Francella y Marynés Breña, una pareja que ha resistido estoicamente el paso del tiempo y la vorágine mediática durante 38 años. ¡38 años, amigos! Eso es más tiempo que la mayoría de las series de televisión que llegan a la pantalla chica. Para quienes son del palo de los chistes, diría que es casi tan duradero como mi paciencia viendo algunas películas… pero volvamos a Francella.
Marynés Breña: La voz que calma la tormenta
Afortunadamente, la calma llegó de la mano de Marynés, quien en una entrevista concedida a Intrusos (¿qué sería de la farándula sin Intrusos?) desmintió categóricamente cualquier tipo de crisis o separación. Con su característica discreción, pero dejando en claro su posición, Marynés dijo (y cito textualmente): “Estamos muy bien los cuatro”. Cuatro, como en los cuatro fantásticos… solo que en lugar de superpoderes, tienen una familia increíblemente unida.
La declaración deja poco margen para la interpretación. Ni superhéroes ni villanos, solo una familia. Se acabó la especulación sobre secretos, peleas o rupturas. Marynés puso punto final al asunto con la contundencia de un golpe de karate de Jackie Chan (¡un maestro de las artes marciales y el cine de acción, sin dudas!).
Sin embargo, la reacción no fue exclusivamente de calma, claro está. Hubo otras consecuencias a este vendaval mediático. El hermano de Guillermo, Ricardo, reaccionó de una manera tan apasionada que le haría un orgulloso a un personaje de una telenovela italiana.
Ricardo Francella: ¡Polvora pura!
Ricardo, el cuñado en cuestión, no se mostró precisamente sereno al ver cámaras cerca. Según Marynés, con una gran dosis de ternura y humor, “Es un poco polvorita, como buen tano.” ¡Ay, esos tano! ¡Siempre tan llenos de pasión!
Imaginen la escena: Ricardo, probablemente disfrutando de un rico café con medialunas, cuando de repente ve la cámara… ¡y ¡BUM! Explosión de emociones. ¡Que el café de la mañana se te convierta en un volcán de emociones es un arte que solo un buen tano puede dominar!
Marynés, con un toque de humor y comprensión, explicó la reacción de Ricardo: “No está acostumbrado a los medios, así que…” ¡Menos mal que no está acostumbrado! No me imagino a Ricardo en un debate político… ¡La televisión explotaría!
La Meseta, Miami, y los Martín Fierro: Una trilogía inesperada
La historia tomó un giro inesperado al hablar de la ausencia de Marynés en los Martín Fierro de Cine. La explicación fue sencilla: “Estaba en Miami”. ¡Una buena razón para no estar en una gala, si las hay! ¿Quién puede resistirse al encanto de Miami, con su arena blanca y las olas del mar Atlántico?
Como un buen final de cualquier buena película romántica, la ausencia no se convirtió en una prueba. Marynés aclaró que no está instalada en Miami ni en ningún paraíso exótico. Simplemente disfrutaba de un merecido viaje familiar. ¡Así se hacen las vacaciones familiares, señores! ¡Enhorabuena a todos!
En resumen, Francella y Breña, tras 38 años de matrimonio, se mantienen firmes. Guillermo, con su característica humildad y buen humor, definió la situación como “esas mesetas que ocurren en todo matrimonio”. Después de más de tres décadas, una “meseta” parece una excusa muy comprensible, muy humana. En lugar de una crisis, podemos hablar de la necesidad de renovar la pasión y que los problemas familiares ocurren, hasta en las familias más sólidas. Sin duda, este tipo de problemas familiares no deberían extrañar a la familia Francella.
En cuanto a nosotros, los espectadores, solo nos queda desearles a Guillermo y Marynés muchos más años de felicidad, y a Ricardo, un curso intensivo para principiantes en el manejo de las cámaras. O quizás, una buena cantidad de medialunas para controlar esos impulsos tan “tano”.