En un mundo que nos empuja a ir más rápido, a hacer más, a estar siempre “prendidos”, la actriz Flor Peña nos invita a una pausa reflexiva tras recientes problemas de salud, tanto propios como de su marido Ramiro Ponce de León. “Cuando el cuerpo habla, hay que parar”, afirma la actriz, en un llamado a la toma de conciencia sobre la importancia de escuchar las señales que nuestro organismo nos envía, antes de que el estrés nos lleve al límite.
Un año de desafíos y señales de alerta
En una entrevista radial, Flor Peña se sinceró sobre los problemas de salud que la llevaron a someterse a una cirugía ocular y la obligaron a usar una bota ortopédica. Pero más allá de los detalles médicos, la actriz aprovechó la oportunidad para compartir una reflexión más profunda: la necesidad de prestar atención a las señales del cuerpo y comprender que el ritmo de vida actual, a menudo frenético, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud física y mental.
La actriz relató que tanto ella como su marido, Ramiro Ponce de León, experimentaron problemas de salud en el último año. Mientras que ella necesitó una intervención quirúrgica en los ojos y sufrió una lesión en el pie, Ramiro fue diagnosticado con arritmias cardíacas que requirieron la colocación de un marcapasos. Ambos casos, según Peña, fueron “alertas” que les envió el cuerpo para indicarles que debían bajar un cambio y reevaluar sus prioridades.
“Lo mío, lo de Ramiro, son alertas… cuando el cuerpo habla hay que parar un poquito la máquina.”
Flor Peña enfatizó que tanto ella como Ramiro se encontraban trabajando intensamente, en un año “hermoso, lleno de trabajo, pero con demasiado esfuerzo”. Describió la situación como estar “pasados de energía”, reconociendo la necesidad de “frenar, respirar y elegir qué batallas librar”.
La actriz destacó la importancia de la terapia como herramienta para procesar las exigencias del trabajo y la vida cotidiana, afirmando que ambos asisten a terapia no por una necesidad específica, sino como una forma de cuidado personal y emocional.
El estrés: un mal silencioso de la vida moderna
Las declaraciones de Flor Peña abren un debate crucial sobre el impacto del estrés en la salud. En la sociedad actual, la presión por el éxito, las exigencias laborales y la constante conectividad pueden generar un estado de tensión permanente que afecta nuestro bienestar. El estrés crónico no solo disminuye nuestra calidad de vida, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, problemas de sueño, ansiedad y depresión.
Aprender a reconocer las señales de estrés es fundamental para prevenir sus consecuencias. Síntomas como la irritabilidad, la fatiga constante, los dolores de cabeza, la dificultad para concentrarse y los cambios en el apetito pueden ser indicadores de que nuestro cuerpo está pidiendo un descanso. Ignorar estas señales puede llevar a un agotamiento físico y emocional que, en casos extremos, puede desencadenar enfermedades graves.
El caso de Flor Peña y su marido sirve como un recordatorio de que el éxito profesional no debe ser a costa de nuestra salud. Es importante encontrar un equilibrio entre el trabajo, la vida personal y el descanso. Priorizar el cuidado personal, establecer límites, aprender a decir “no” y buscar actividades que nos permitan desconectar son algunas estrategias para gestionar el estrés y proteger nuestro bienestar.
La presión por el éxito, las exigencias laborales y la constante conectividad pueden generar un estado de tensión permanente que afecta nuestro bienestar.
El estrés crónico no solo disminuye nuestra calidad de vida, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Volver a escena con una nueva perspectiva
A pesar de los desafíos de salud, Flor Peña se prepara para un intenso fin de año laboral. El 6 de diciembre debutará en Mar del Plata con la obra “Mamma Mía”, continuará conduciendo el programa “Cantando” y el próximo año protagonizará “Mujer Bonita” en teatro. Sin embargo, es probable que esta experiencia haya transformado su enfoque hacia el trabajo, priorizando el equilibrio y el autocuidado.
Su regreso a los escenarios no solo representa una vuelta al trabajo, sino también una oportunidad para inspirar a otros a través de su experiencia. Al compartir su historia, Flor Peña nos recuerda que la salud es un tesoro invaluable y que el éxito no debe ser sinónimo de sacrificio extremo. “Cuando el cuerpo habla, hay que parar” es un mensaje que resuena con fuerza en un mundo que a menudo nos impulsa a ignorar nuestras propias necesidades. Es una invitación a reflexionar sobre nuestras prioridades y a construir una vida en la que el bienestar físico y emocional ocupe un lugar central.