La eliminación del Impuesto PAÍS, un tributo instaurado hace cinco años durante el gobierno de Alberto Fernández, se presenta como una pieza clave en la estrategia del gobierno actual para controlar la inflación y, eventualmente, liberar el cepo cambiario. Su impacto, aunque se espera limitado en el ritmo de la inflación, podría influir en el nivel general de precios, generando una caída nominal por única vez. Este análisis explorará las proyecciones de diferentes especialistas sobre el alcance de esta medida, considerando tanto sus ventajas como sus posibles desventajas.
Impacto en la inflación: una caída nominal, no en el ritmo
La eliminación del PAÍS impactará directamente en el precio de los bienes importados y en los consumos dolarizados, reduciendo los costos de insumos y productos terminados del exterior. Para Portfolio Personal Inversiones, esta caída pretende influir en los precios de manera directa, complementando el efecto de reducciones previas. Se espera una reducción en el nivel de precios, sin que ello se traduzca en una desaceleración del ritmo inflacionario mensual.
Alyc estima que la inflación de bienes no regulados (excluyendo combustibles y tabaco) podría desacelerarse, lo que tendría un impacto relevante en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Sin embargo, aclara que se trataría de un cambio puntual en el nivel de precios, no en la tendencia inflacionaria. Se pronostica un efecto distribuido entre diciembre y enero, beneficiando a los consumidores con una rebaja, aunque con el riesgo de aumentar la presión sobre las cuentas externas.
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, coincide en que la medida tendrá un impacto directo en los bienes transables (importables y exportables) e indirecto en otros bienes. Estima una posible reducción en el IPC de hasta 0.6 puntos porcentuales, distribuida en dos meses, similar a lo ocurrido tras una reducción previa del PAÍS en septiembre. A pesar del impacto positivo a corto plazo, recalca que la tendencia inflacionaria continúa sujeta a la política monetaria.
El cronograma gubernamental: una carrera contra el tiempo
El Gobierno ha establecido una meta de inflación mensual en torno al 2.5% durante los próximos meses, con la eliminación del PAÍS impactando directamente en la variación del IPC de noviembre y diciembre. Cumplir este objetivo es crucial para el plan de eliminar el cepo cambiario en los primeros meses de 2025, con el tipo de cambio oficial pasando a actualizarse a un ritmo de 1% mensual en caso de éxito.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) proyecta una inflación ligeramente superior para los próximos meses, alrededor del 3%. Si esta proyección se cumple, la meta del gobierno de bajar la inflación se alejaría. El impacto del fin del PAÍS se centra entonces en un período clave para la estabilización económica y la consecuente flexibilización de las políticas cambiarias.
La efectividad de la medida será juzgada por su impacto en los precios de los bienes que constituyen el 70% de la canasta del IPC. En caso de éxito, se establecería un nuevo objetivo: mantener el ritmo de devaluación en 1% mensual, siempre y cuando la inflación se mantenga bajo control. El impacto del fin del Impuesto PAÍS resulta crucial para este último tramo del plan gubernamental.
Más allá de la inflación: reservas y desafíos estructurales
Incluso si se logran las metas inflacionarias, la salida del cepo presenta otros desafíos importantes. El Gobierno debe contar con suficientes reservas netas para afrontar la potencial demanda contenida. Entre las cuentas más vigiladas se encuentra la de los dividendos de multinacionales, cuyo giro al exterior ha estado prohibido desde 2019. Este aspecto es clave para evaluar la viabilidad a largo plazo de la medida.
En conclusión, la eliminación del Impuesto PAÍS representa una estrategia clave para intentar controlar la inflación, influyendo en el nivel de precios. Sin embargo, alcanzar el objetivo de liberar el cepo requiere un esfuerzo coordinado que implica cumplir las metas de inflación proyectadas, garantizar un crawling peg estable y, crucialmente, contar con el respaldo de reservas netas suficientes. Es un plan con riesgos inherentes en donde el éxito depende de la concurrencia de múltiples variables económicas y políticas.
Este análisis demuestra la complejidad del problema y la importancia de monitorear constantemente las variables económicas para evaluar el impacto efectivo de las medidas gubernamentales.