La inminente eliminación del Impuesto PAIS para los viajes al exterior genera incertidumbre en el Gobierno argentino. Si bien se había anunciado inicialmente que solo se mantendría el 30% de percepción de Ganancias, la posibilidad de una duplicación de argentinos viajando al exterior en los próximos meses genera preocupación por el impacto en las reservas del Banco Central (BCRA).
El dilema del Gobierno: reservas vs. restricciones cambiarias
La principal duda reside en la magnitud del déficit en la balanza turística. Fuentes del BCRA reconocen la incertidumbre, admitiendo que “no está nada definido”. Las estimaciones sugieren un aumento significativo del gasto en turismo emisivo, lo que podría exacerbar la presión sobre las reservas de dólares.
El Gobierno enfrenta un dilema complejo. Por un lado, busca desmantelar gradualmente las restricciones cambiarias y el sistema de múltiples tipos de cambio para mejorar el acceso a los fondos frescos y poder, eventualmente, levantar el cepo cambiario. Por otro lado, la eliminación completa del impuesto PAIS, sin implementar un nuevo mecanismo compensatorio, representaría una salida considerable de divisas, debilitando aún más la posición del BCRA.
Las proyecciones: un aumento potencialmente drástico en el turismo emisivo
Según Fernando Marull, director de FMyA, el tipo de cambio argentino se encuentra en su nivel más bajo en dos décadas respecto a países como Brasil, Uruguay y Chile. Esta situación, según sus estimaciones, podría provocar un incremento significativo en el turismo emisivo, pasando de 600.000 argentinos que viajan al exterior mensualmente a cifras cercanas al doble, e incluso acercándose al pico de 2 millones de argentinos que lo hicieron en 2018.
Marull advierte que si bien el potencial existe, varios factores podrían frenar este incremento. La situación del empleo público, que representa un 25% del mercado laboral, y el salario promedio, que en términos de CCL (dólar contado con liquidación) es considerablemente menor al de 2018, sugieren que la cautela y el control en el gasto podrían ser más estrictos.
Cambios en las formas de pago: ¿Una nueva dinámica?
Un cambio notable en el panorama es la forma en que se financia el turismo emisivo. A diferencia de 2018, donde el dólar turista era la principal fuente de financiamiento, actualmente el 70% se canaliza a través del dólar MEP, evitando el uso de tarjetas, que directamente impactarían en las reservas del BCRA. El gobierno pareciera estar apostando a que el flujo de divisas se mantenga por este canal, y no directamente desde el BCRA
Este cambio introduce nuevas variables en el análisis del impacto potencial. La demanda sobre el dólar oficial podría crecer si se mantiene una brecha entre el dólar con percepción de Ganancias y el dólar MEP. Sin embargo, la mayor parte del financiamiento se realizaría a través del mercado paralelo, sin una afectación directa a las reservas del BCRA, al menos no de forma tan pronunciada.
La presión del FMI y la unificación cambiaria: ¿Una estrategia a largo plazo?
El Gobierno enfrenta presiones adicionales por parte del FMI para simplificar el esquema cambiario, unificando los múltiples tipos de cambio. La obtención de nuevos fondos o la posibilidad de negociar plazos más convenientes para el pago de la deuda requieren una simplificación de este sistema complejo.
Fuentes del sector bancario privado destacan que la unificación cambiaria es una condición prácticamente indispensable para la obtención de nuevos desembolsos del FMI. La concesión de nuevos préstamos o la prórroga de vencimientos dependerá del avance en este sentido. La actual situación, con su sistema de restricciones cruzadas y tipos de cambio múltiples, dificulta alcanzar un acuerdo que satisfaga las demandas del organismo internacional. Aunque la posibilidad de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario se incrementa por la llegada de Donald Trump, este acuerdo implicará una unificación del tipo de cambio.
un futuro incierto con desafíos considerables
La eliminación del Impuesto PAIS para viajes al exterior presenta un panorama complejo, con riesgos significativos para las reservas del BCRA y la estabilidad cambiaria. La decisión del Gobierno deberá equilibrar la necesidad de liberar el mercado cambiario con la preservación de sus reservas internacionales. El futuro inmediato dependerá de la respuesta de los argentinos al nuevo contexto cambiario y la estrategia que el gobierno adopte para mitigar los efectos de esta medida.
Se requiere un análisis exhaustivo y una monitoreo constante de la situación para entender el alcance de los potenciales efectos. Un seguimiento de los flujos cambiarios y la respuesta del mercado a los cambios normativos será vital para comprender la dinámica real de esta decisión política.