Tras el cierre del blanqueo de capitales, los bancos en Argentina han endurecido sus políticas de aceptación de dólares estadounidenses dañados. A pesar de que el Banco Central extendió hasta marzo de 2024 la cobertura del costo de envío de billetes deteriorados a la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), las entidades financieras han vuelto a implementar restricciones que limitan la recepción de billetes rotos, manchados o “cara chica”. Este cambio en la política bancaria genera incertidumbre entre los ahorristas y plantea interrogantes sobre el futuro de los dólares en mal estado.
El fin del blanqueo y el regreso de las restricciones
Durante el período de blanqueo, los bancos adoptaron una política más flexible en la recepción de dólares dañados para facilitar la regularización de capitales no declarados. Sin embargo, con el cierre de esta etapa, las entidades financieras han retomado las prácticas anteriores al blanqueo, argumentando que no tienen la obligación de aceptar billetes que no se encuentren en óptimas condiciones. Esta decisión se sustenta en la necesidad de reducir los costos asociados al manejo de billetes deteriorados, que incluyen su traslado, verificación y eventual envío a la FED para su reemplazo.
Si bien la prórroga del Banco Central exime a los bancos del costo de envío de billetes en mal estado a la FED, no los obliga a aceptarlos. “Los bancos facilitaron la recepción de billetes para estimular el blanqueo… como terminó esa etapa ahora solo se toman los que pueden circular”, explicaron fuentes de un banco privado. Esta situación genera confusión entre los ahorristas, ya que la norma del BCRA se interpreta como una garantía de recepción, mientras que en la práctica, la decisión final recae en cada entidad.
Requisitos más estrictos para la aceptación de dólares
En línea con las políticas de la Reserva Federal, los bancos argentinos han definido criterios más rigurosos para la aceptación de dólares. Los billetes rotos, lavados con lavandina, quemados, con manchas de humedad o moho, o con escrituras, son los que tienen mayor probabilidad de ser rechazados. Incluso aquellos con daños mínimos, como roturas pequeñas, pueden no ser aceptados. “Si están rotos, aunque sea mínimo no se acepta. Cuando fue el blanqueo, estábamos más flexibilizados, pero ahora volvió a ser como antes”, informaron desde una entidad bancaria.
- Billetes rotos
- Billetes lavados con lavandina o lavarropas
- Billetes quemados
- Billetes con manchas o moho
- Billetes con escrituras o alteraciones
Un punto clave es la superficie del billete: para ser aceptado, debe conservar más del 50% de su tamaño original y permitir la identificación de la denominación y las medidas de seguridad. Además, el criterio de “contaminación” se aplica a billetes expuestos a líquidos que producen moho, aunque la humedad sin moho no se considera contaminación. La decisión final, sin embargo, depende de cada banco.
¿”Cara chica” versus “cara grande”?
Un mito recurrente es la supuesta diferencia entre los billetes de “cara chica” (emisiones más antiguas) y “cara grande” (emisiones más recientes). En realidad, ambos tienen la misma validez ante la FED. “Eso de no aceptarlo es algo que instalaron las cuevas… los dos billetes son de curso legal”, aclararon desde una cámara bancaria. Sin embargo, la realidad en las ventanillas bancarias argentinas puede ser diferente, especialmente para billetes “cara chica” con algún tipo de daño.
La confusión radica en que si bien la FED acepta ambos tipos de billetes, los bancos locales, amparados en la normativa del BCRA que les permite definir sus propios criterios de aceptación, pueden rechazar los billetes “cara chica” deteriorados. Esto se debe a que el costo de reposición de estos billetes antiguos puede ser mayor para las entidades financieras.
Las razones detrás del endurecimiento
La decisión de los bancos de endurecer los requisitos para la aceptación de dólares dañados responde a varios factores. En primer lugar, el fin del blanqueo de capitales elimina la necesidad de flexibilizar las normas para facilitar el ingreso de dinero no declarado al sistema financiero. En segundo lugar, se busca reducir los costos operativos asociados al manejo de billetes en mal estado. El traslado de billetes desde el interior del país a la capital federal, su depósito en el Banco Central y el eventual envío a la FED generan gastos que las entidades financieras buscan minimizar.
Finalmente, la caída en los depósitos en dólares registrada en las últimas semanas podría estar incentivando a los bancos a ser más selectivos con los billetes que aceptan. Al disminuir el volumen de dólares ingresando al sistema, se reduce el margen de ganancia para absorber los costos del manejo de billetes deteriorados.
Recomendaciones para los ahorristas
Ante este nuevo escenario, es recomendable que los ahorristas revisen el estado de sus dólares antes de intentar depositarlos en un banco. Se aconseja evitar guardar billetes en lugares húmedos o que puedan deteriorarlos, y consultar con la entidad financiera sobre sus políticas de aceptación antes de realizar una operación. En caso de tener billetes dañados, se puede intentar cambiarlos en una casa de cambio o entidad financiera del exterior que opere con dólares estadounidenses.
Asimismo, es fundamental recordar que la limpieza de billetes con productos químicos como lavandina puede dañarlos irreversiblemente y dificultar su aceptación en cualquier entidad financiera. Ante la duda, es preferible consultar con un especialista antes de intentar limpiar o reparar un billete deteriorado.