El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, un evento que en sus mejores tiempos atraía a estrellas internacionales y movilizaba a la ciudad, enfrenta este año una realidad diferente. La edición número 39 llega con un perfil bajo, marcada por una austeridad evidente y una controversia que ha generado una muestra paralela: Contracampo.
Una ciudad ajena al festival
En las calles de Mar del Plata, la expectativa por el festival parece ser mínima. A diferencia de años anteriores, donde la ciudad se transformaba en un epicentro cinematográfico, la edición de 2024 transita sus días previos con una tranquilidad poco habitual. Las actividades promocionales parecen escasas, y la presencia del evento en el paisaje urbano es casi imperceptible. Hasta el mismo día de la inauguración, muchas personas consultadas indicaron que desconocían la programación o eventos programados fuera de las salas de proyección.
Esta falta de visibilidad se debe, en parte, a una decisión de los organizadores por enfocarse en la programación cinematográfica. Sin grandes nombres internacionales que atraigan al público, se prioriza que las películas mismas hablen por sí solas. Se omitieron las acostumbradas apariencias en puntos clave de la ciudad, dejando todo lo extra cinematográfico de forma virtual. No hay un punto central de convergencia para profesionales o medios.
La Polémica en torno a la gestión del INCAA
La controversia no queda limitada a la falta de brillo en la ciudad. La llegada del nuevo gobierno y, con él, la dirección del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) ha generado un gran descontento en la comunidad cinematográfica Argentina. La nueva gestión, caracterizada por importantes recortes presupuestarios y cambios en la política cinematográfica del país, ha provocado la renuncia de directores y personal clave del festival.
Esta situación ha llevado a un importante número de productores y directores a mostrar su disconformidad, acusando de ‘vaciamiento’ a la institución por el recorte del presupuesto al cine independiente y la escasa atención que el cine nacional está recibiendo de parte del gobierno. Muchos actores influyentes en la industria del cine argentino se han desvinculado del Festival como protesta.
El surgimiento de Contracampo
Como respuesta a la situación, surgió Contracampo, una muestra paralela al festival oficial que se ha convertido en un espacio de protesta y reivindicación del cine argentino independiente. La iniciativa agrupa a un importante sector de la comunidad cinematográfica y ofrece una programación alternativa, mostrando películas que, por su contenido, se alejan de la línea impuesta por la nueva gestión del INCAA. Es una forma de mostrar cine que no es mainstream pero con notable calidad.
Contracampo, además de ser un evento cinematográfico, se ha convertido en una plataforma para expresar el malestar de los cineastas argentinos ante los cambios de rumbo impuestas por la nueva administración. El nombre mismo evoca una resistencia histórica, retomando el nombre de una sección del festival con un perfil similar de resistencia formal y estética en la década de 1990.
- El objetivo de Contracampo es mostrar la diversidad del cine argentino
- La muestra ofrece una plataforma de debate sobre el presente y futuro del cine nacional.
- Contracampo se presenta como una acción política en defensa del cine independiente.
El Futuro del Festival de Mar del Plata
El Festival de Cine de Mar del Plata enfrenta un desafío importante. La austeridad y la polémica generada podrían afectar su prestigio e incluso su viabilidad a futuro. Si bien la programación de películas mantiene la calidad esperada, la ausencia de un fuerte atractivo en eventos externos puede crear un precedente negativo que impactaría en años posteriores.
La aparición de Contracampo demuestra que existe un sector activo que lucha por mantener la riqueza y pluralidad del cine argentino. Será necesario observar la evolución del evento y cómo interactúan las dos muestras, esperando que las futuras ediciones puedan recuperar el equilibrio y prestigio internacional. El balance de lo que ocurra dependerá fundamentalmente de las políticas cinematográficas que se lleven a cabo en el país, y también del balance de los resultados en el público que asisten al evento.