El hallazgo del cuerpo sin vida de Xoana Escobar (34 años) en un tacho de basura al costado de un arroyo en Merlo, conmocionó a la comunidad y puso en evidencia una historia de violencia doméstica que se extendió por dos décadas.
Casada durante 20 años con David Alberto Juárez (38), el principal sospechoso del crimen, Xoana había intentado separarse dos años antes del trágico suceso. Sin embargo, la separación no fue fácil, ya que, según testimonios de su hermana Patricia, Juárez no la dejaba y ejercía violencia psicológica sobre ella.
Una relación marcada por la violencia
Patricia Escobar relata que la relación entre su hermana y Juárez se caracterizaba por el maltrato psicológico. La víctima intentó en varias ocasiones separarse definitivamente del sospechoso, pero no pudo por diversos motivos económicos.
Durante dos meses previos a su muerte, Juárez le había pedido reiteradamente a Xoana que se fuera de la casa que compartían, incluso llegando a enviar mensajes a su hija mayor para que la presionara. Esta situación se volvió más conflictiva cuando, tras mudarse temporalmente, Xoana se vio obligada a regresar a la vivienda al no poder afrontar los costos del alquiler.
La cronología del femicidio
La tarde del martes 12 de noviembre, Xoana Escobar fue vista por última vez en una parada de colectivos. Había salido de casa después de llevar a una de sus hijas a la escuela, y se dirigió al trabajo de Juárez con la promesa de recibir dinero para comprar calzado para sus hijos. A partir de ese momento, se perdió todo contacto con ella.
Su última actividad registrada fue en su tarjeta SUBE alrededor de las 18:25. La ausencia de Xoana generó gran preocupación entre su familia. Su hija mayor radicó la denuncia por desaparición el miércoles 13 de noviembre.
Mientras tanto, Juárez, quien había pedido prestado un celular a un vecino, llamó a uno de sus hijos y luego desapareció. Se encontraba escondido en un campo durante casi una semana, hasta que un vecino lo identificó y alertó a las autoridades.
Tras una intensa búsqueda, el cuerpo de Xoana fue encontrado el sábado 16 de noviembre dentro de un tacho, cubierto con cal, cartones y ropa, en las inmediaciones del arroyo Las Víboras. La autopsia determinó que había sido asfixiada y presentaba marcas de estrangulamiento.
El arresto del principal sospechoso
David Alberto Juárez fue detenido el lunes 18 de noviembre, escondido en un campo cercano. Se encontraba camuflado para dificultar su reconocimiento, llevando un bastón, boina y ropas holgadas. Actualmente, se encuentra imputado por el femicidio de su expareja y se espera su próxima indagatoria.
El contexto de violencia de género
El caso de Xoana Escobar refleja la preocupante realidad de la violencia de género en Argentina. La víctima sufrió violencia psicológica y económica durante años, sin poder escapar completamente de la situación.
Según datos de la ONG Casa del Encuentro, en los primeros 10 meses de 2023 hubo 217 víctimas de violencia de género en Argentina, con el 54% de los agresores siendo parejas o exparejas. La muerte de Xoana es un recordatorio del desafío que significa combatir la violencia contra las mujeres y la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección para las víctimas.
El futuro de la investigación
La fiscal Marina Rueda, a cargo de la causa, ordenó diversas diligencias, incluyendo la recolección de testimonios y el análisis de material probatorio como cámaras de seguridad y teléfonos. Estos elementos aportarán detalles sobre los hechos, lo que ayudará a reconstruir la última jornada de Xoana y el camino que llevó al hallazgo de su cuerpo.
El caso de Xoana Escobar se presenta como un trágico reflejo de la violencia de género en Argentina, una problemática que requiere medidas urgentes y una profunda reflexión sobre las estructuras que la perpetúan.