La madrugada del viernes, la ciudad de Junín se despertó con la noticia de un brutal femicidio seguido de un presunto suicidio. Walter Urbieta, de 48 años, chofer del club Sarmiento, asesinó a fierrazos a su expareja, Claudia Leguiza, de 47, en su domicilio ubicado en el barrio San Juan. El crimen ocurrió frente al hijo de ambos, de tan solo siete años. Tras el ataque, Urbieta huyó en su motocicleta y fue hallado muerto horas más tarde en la Ruta Provincial 65, cerca de las localidades de Tiburcio y Agustina. Su cuerpo y el vehículo estaban calcinados, lo que inicialmente sugiere un suicidio, aunque las autoridades investigan las circunstancias exactas del deceso.
Un crimen que conmociona a Junín
El femicidio de Claudia Leguiza ha generado una profunda conmoción en la comunidad de Junín. Vecinos, amigos y familiares se reunieron frente a la casa de la víctima para expresar su dolor y repudio ante este nuevo acto de violencia de género. La brutalidad del crimen, sumado al hecho de que haya ocurrido frente al hijo de la pareja, ha intensificado la indignación y el reclamo de justicia.
Claudia era una mujer trabajadora y madre de seis hijos, incluyendo al pequeño que presenció el asesinato. Su muerte deja un vacío irreparable en su familia y en la comunidad. Los vecinos la describen como una persona amable, solidaria y siempre dispuesta a ayudar a los demás. “Era una gran madre, siempre preocupada por sus hijos”, comentó una vecina conmocionada.
Antecedentes de violencia y una restricción perimetral ignorada
Según fuentes policiales, Urbieta tenía antecedentes de violencia de género y contaba con una restricción perimetral vigente hasta el 8 de enero, obtenida por Claudia tras varias denuncias previas. Este dato revela la ineficacia de las medidas de protección y la necesidad de fortalecer los mecanismos para prevenir y erradicar la violencia machista. La restricción perimetral, una herramienta legal diseñada para proteger a las víctimas, no fue suficiente para evitar el trágico desenlace.
La fiscal Vanina Lisazo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 del Departamento Judicial de Junín, está al frente de la investigación. Se han ordenado pericias para confirmar la identidad del cuerpo calcinado encontrado junto a la motocicleta y determinar las causas exactas de la muerte de Urbieta. “Se está tratando de hidratar las manos para poder tomarle alguna huella dactilar, sino el reconocimiento se hará a través de un ADN”, indicó una fuente cercana a la investigación al diario Clarín. Las autoridades buscan esclarecer si se trató de un accidente o de un suicidio, aunque la principal hipótesis apunta a esta última posibilidad.
El femicidio: una problemática social urgente
El caso de Claudia Leguiza es un doloroso recordatorio de la grave problemática del femicidio en Argentina. Las estadísticas muestran una realidad alarmante: cada 30 horas una mujer es asesinada por violencia de género en el país. Este femicidio pone de manifiesto la urgencia de abordar esta problemática de manera integral, con políticas públicas que promuevan la igualdad de género, la prevención de la violencia y la protección efectiva de las víctimas.
Es fundamental implementar medidas que aborden las raíces culturales del machismo y la violencia, así como fortalecer el sistema judicial para garantizar que los agresores sean juzgados y condenados. También es crucial brindar apoyo psicológico y económico a las víctimas y a sus familias, para que puedan salir del círculo de violencia y reconstruir sus vidas.
La educación en igualdad de género desde temprana edad es esencial para prevenir la violencia machista. Es necesario promover la deconstrucción de roles y estereotipos de género que perpetúan la desigualdad y la discriminación. Asimismo, se deben fortalecer las campañas de concientización para visibilizar la problemática y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de erradicar la violencia contra las mujeres.
La violencia de género no es un problema privado, sino una cuestión social que nos afecta a todos. Es responsabilidad del Estado, las instituciones y la sociedad en su conjunto trabajar para erradicarla. El femicidio de Claudia Leguiza debe ser un llamado a la acción para que se implementen medidas concretas y efectivas que protejan a las mujeres y garanticen una vida libre de violencia.
El dolor de la familia y la comunidad ante la pérdida de Claudia exige justicia y un compromiso real para prevenir futuros femicidios. Es hora de decir “Basta” a la violencia de género y construir una sociedad más justa e igualitaria para todas las mujeres.