La audiencia imputativa por el femicidio de Sofía Delgado, una joven de 20 años de San Lorenzo, Santa Fe, ha revelado detalles escalofriantes que han conmocionado al país. La investigación, liderada por el fiscal Carlos Ortigoza, ha destapado una serie de hechos que ilustran la brutalidad y premeditación del crimen.
Imputación y cargos
Alejandro José Bevilacqua y Eduardo Andrés Mordini fueron imputados por homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas cometido contra una mujer mediando violencia de género, actuando como autores. Miranda Leguizamón y Natalia Fernanda Palavecin enfrentan cargos por encubrimiento agravado, también como autoras. La gravedad de las acusaciones refleja la contundencia de la evidencia recopilada por la fiscalía.
La fiscalía ha presentado una sólida teoría del caso, sustentada en pruebas irrefutables que demuestran la planificación y ejecución del crimen. El fiscal Ortigoza ha destacado la colaboración entre los imputados, una evidencia que agrava la situación judicial.
Evidencia digital y conversaciones escalofriantes
El fiscal reveló el hallazgo de conversaciones entre los acusados, a través de mensajes de texto y chats, que datan del 15 de octubre. Estos intercambios contienen expresiones perturbadoras, donde se habla de ‘sacrificio’ y se hace referencia a Sofía de forma deshumanizante, describiéndola como una persona ‘a la que nadie iba a reclamar porque no tenía madre’.
Además de las declaraciones macabras, las conversaciones muestran el intercambio de enlaces a sitios web pornográficos con contenido explícito de mujeres desnudas y amordazadas. Esta evidencia gráfica subraya la naturaleza perversa del crimen y el estado mental de los imputados.
Reconstrucción de los hechos
Según la investigación, Sofía salió de su casa la noche del miércoles 30 de octubre. Su novio confirmó que ella le había pedido una transferencia de dinero para comprar un alfajor, siendo ese el último contacto confirmado antes de su desaparición. El seguimiento de la actividad del teléfono móvil de Sofía, mediante el rastreo de las antenas de telefonía celular, permitió reconstruir sus movimientos: desde San Lorenzo hasta Puerto General San Martín, para finalmente regresar a San Lorenzo, donde se registró el último rastro.
Estas pistas llevaron a la fiscalía a ordenar varios allanamientos, que resultaron en la detención de Bevilacqua y Leguizamón en Pergamino. El cuerpo de Sofía fue descubierto el viernes en un camino rural de Ricardone, atado de pies y manos, envuelto en aislante térmico y dentro de una bolsa para materiales de construcción. El avanzado estado de descomposición del cuerpo dificultó la autopsia inmediata, pero los resultados preliminares apuntan a una asfixia mecánica como posible causa de muerte, pendiente aún de confirmación mediante exámenes forenses.
Allanamientos y hallazgos clave
Un nuevo relevamiento en un galpón de Puerto General San Martín, realizado el sábado por la noche con luminol, arrojó resultados positivos. Se encontraron muestras biológicas que fueron enviadas a peritar. Este galpón es relevante porque en él se recuperó un Peugeot 308, un vehículo captado por cámaras de seguridad en las cercanías de la casa de Sofía cuando salió por última vez.
Las pruebas indican que el asesinato de Sofía fue un acto premeditado y violento, y que los imputados planificaron el crimen con detalle. Los mensajes, la evidencia en el galpón, el rastro del teléfono celular de la víctima y las declaraciones testimoniales convergen en una narrativa escalofriante que apunta hacia un posible móvil relacionado con la violencia de género y un aberrante plan previo al crimen.
El dolor de una madre y la demanda de justicia
En medio de la tragedia, Claudina, la madre de Sofía, ha expresado su profundo dolor y ha pedido la máxima pena para todos los implicados. Su desgarradora declaración destaca la necesidad urgente de una mayor conciencia sobre los femicidios, exigiendo justicia no solo por su hija, sino también para prevenir futuros casos.
El caso de Sofía Delgado sirve como un trágico recordatorio de la violencia de género que persiste en la sociedad. La magnitud de la premeditación y la crueldad del acto revelan la urgencia de implementar políticas efectivas para prevenir este tipo de crímenes y asegurar una justicia justa y expedita para las víctimas y sus familias.
Este femicidio conmociona a la sociedad y exige una profunda reflexión sobre la violencia de género. Se espera que las investigaciones y el proceso judicial proporcionen justicia a Sofía y sirvan como un ejemplo para la aplicación de las leyes contra este tipo de delitos. El caso dejará un vacío en las vidas de sus seres queridos, pero se espera que las medidas adoptadas después del trágico evento ayuden a prevenir que otros sufran el mismo destino.