En Argentina, cada 30 horas una mujer es víctima de femicidio. El caso de Ángeles Rawson, una joven de 16 años brutalmente asesinada en 2013, resonó en toda la sociedad. Hoy, un video inédito que revela la manipulación y el engaño de su asesino, Jorge Mangeri, emerge para remover el dolor y exigir justicia una vez más.
¿Cómo es posible que un hombre capaz de semejante atrocidad intente, con mirada fría y calculadora, construir una coartada tras las rejas? Este medio accedió en exclusiva a un video que permaneció oculto por más de una década, donde se ve a Mangeri en la cárcel de Ezeiza, urdiendo una defensa que jamás convencería a la justicia ni a la sociedad.
La Víctima: Ángeles Rawson
El 10 de junio de 2013, Ángeles volvía a casa tras su clase de gimnasia. La promesa de un futuro truncado cuando una cámara de seguridad la captó cerca de su edificio, el número 2360 de la calle Ravignani, en Palermo. Nunca llegó a su hogar. Días después, su cuerpo mutilado fue hallado en un basural del CEAMSE. La autopsia reveló lo inimaginable: Ángeles fue estrangulada tras defenderse de un ataque sexual. El ultraje, la saña, el horror… se apoderaron de la ciudad y de un país entero.
El Perpetrador: Jorge Mangeri
Jorge Néstor Mangeri, el encargado del edificio donde vivía Ángeles, se convirtió en el principal sospechoso. Su actitud esquiva, sus contradicciones constantes, sus mentiras evidentes… La fiscal María Paula Asaro, implacable, no se dejó amedrentar por las pistas falsas y las presiones mediáticas. Cuatro días después del crimen, Mangeri confesó: “Soy el responsable de lo de la calle Ravignani 2360. Mi mujer no tiene nada que ver”.
El Video Oculto: Mangeri al Descubierto
Pero esa confesión fue solo el primer acto de una macabra obra de teatro. Mangeri, un manipulador consumado, intentó construir una coartada imposible. El video inédito al que accedimos es la prueba irrefutable de su falsedad, de su perversidad sin límites.
“Eso se lo juro por lo que quieran. Digan lo que digan es todo mentira. Lo juro por lo que más quiero en la vida. Yo jamás le pegué una piña ni la quise violar ni la violé. Jamás, jamás. Eso lo juro por lo que más quiero en la vida”.
¿Cómo puede jurar semejante falsedad con tal sangre fría? Cada palabra es una puñalada a la memoria de Ángeles, una burla a su sufrimiento y al de su familia.
Las Pruebas Irrefutables
- El ADN de Mangeri hallado bajo las uñas de Ángeles: la joven luchó por su vida, se defendió con uñas y dientes de su agresor.
- Las quemaduras en el cuerpo de Mangeri: intentó ocultar los arañazos que le había provocado Ángeles al resistirse al ataque.
- El testimonio del policía Cecilio Saettone: confirmó que ayudó a Mangeri a quemarse el cuerpo para encubrir el crimen.
Las pruebas son contundentes, irrefutables. Demuestran que Mangeri mintió descaradamente, que intentó engañar a la justicia y a la sociedad. Su negación es una afrenta a la verdad, una burla a la memoria de Ángeles y a todas las víctimas de femicidio.
La Confesión a Medias: Un Intento de Manipulación
“No puedo explicar. Yo ahora veo todo como que hubiera hecho otras cosas. Y si, después sí, pero en ese momento estaba enceguecido. Me pesaba. No vi que fue un accidente”.
¿Un accidente? ¿Pretende hacernos creer que la muerte de Ángeles fue un desafortunado incidente? Sus lágrimas, su supuesto arrepentimiento, son solo una estrategia para minimizar su responsabilidad, para presentarse como una víctima de las circunstancias.
Su versión es absurda: un insulto, un empujón, un golpe en la cabeza, un desvanecimiento… Luego, la sube a su departamento, intenta reanimarla y, al verla muerta, decide deshacerse del cuerpo como si fuera basura. Una historia grotesca que no resiste el menor análisis, una mentira más en su retorcida mente.
La verdad es que Mangeri intentó violar a Ángeles y, al no lograrlo, la estranguló hasta matarla. Luego, arrojó su cuerpo a la basura como si fuera un desecho. Un acto de barbarie que revela la naturaleza monstruosa del femicida.
Justicia para Ángeles: Un Legado de Lucha
En julio de 2015, Jorge Néstor Mangeri fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Ángeles Rawson. La justicia terrenal, aunque tardía, llegó para él. Pero la herida que causó a la familia de Ángeles y a toda la sociedad sigue abierta.
El femicidio de Ángeles Rawson es un recordatorio constante de la violencia machista que sufren miles de mujeres en nuestro país. Una violencia que se manifiesta en diferentes formas: acoso, discriminación, agresiones físicas y psicológicas y, en el peor de los casos, el asesinato. Según datos del Observatorio de Femicidios en Argentina, en 2023 se registraron 253 femicidios, un número alarmante que exige una respuesta urgente.
No podemos permitir que la impunidad y el olvido se apoderen de los casos de femicidio. Debemos mantener viva la llama de la justicia y honrar la memoria de Ángeles Rawson y de todas las víctimas de la violencia machista.
Que la imagen de Mangeri, mintiendo y manipulando en este video, nos impulse a combatir la violencia de género y a construir una sociedad donde todas las mujeres puedan vivir libres y seguras.
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