El mar Báltico se ha convertido en el escenario de una nueva escalada de tensiones entre Occidente y Rusia. Varios países europeos acusan a Moscú de estar detrás del sabotaje de dos cables de fibra óptica submarinos, incidentes que se suman a una creciente preocupación por lo que las autoridades europeas califican como una “guerra híbrida” por parte de Rusia.
Los hechos: Cortes de cables submarinos y sospechas de sabotaje
Durante los días 18 y 19 de noviembre, se registraron cortes en dos cables de fibra óptica submarinos en el Báltico. El primero, el C-Lion1, conecta Finlandia con Alemania, mientras que el segundo une Suecia con Lituania. Los operadores de ambos cables, Cinia y Telia respectivamente, reportaron daños físicos en las líneas, descartando fallos técnicos como causa del incidente. Las investigaciones preliminares de las autoridades finlandesas y suecas apuntan a la posibilidad de un sabotaje intencional.
Aunque ninguna autoridad ha acusado formalmente a Rusia, la coincidencia temporal de los incidentes, la ubicación geográfica y las acusaciones recurrentes de guerra híbrida por parte de las potencias europeas, han dirigido todas las sospechas hacia Moscú. La respuesta de Lituania no se ha hecho esperar: se ha procedido a reforzar la vigilancia en sus aguas territoriales en la región del Báltico.
Reacciones de las potencias europeas: una acusación en conjunto
Los ministros de Asuntos Exteriores de España, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Gran Bretaña emitieron un comunicado conjunto condenando la escalada de las acciones rusas. En él, se calificó a los ataques híbridos de Moscú como sin precedentes en su variedad y escala, creando importantes riesgos para la seguridad de los países de la OTAN y de la UE. El comunicado señala que es probable que se trate de sabotaje, aunque no acusan abiertamente a Rusia.
Los ministros se reunieron en Varsovia, donde el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, declaró que, si Rusia no cesa en sus actos de sabotaje en Europa, Polonia procederá al cierre del resto de consulados rusos en su territorio. Declaraciones similares se oyeron en Bruselas del ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, quien calificó el incidente como una señal clara de la situación de amenaza híbrida por parte de Rusia.
El contexto de la Guerra Híbrida: un patrón de ataques y el interés estratégico de Rusia
Los incidentes de los cables submarinos se enmarcan dentro de un contexto más amplio de lo que se conoce como guerra híbrida rusa. Se trata de una serie de acciones llevadas a cabo por parte del gobierno ruso para desestabilizar a los países del oeste, utilizando diversos métodos, que van desde acciones de ciberespionaje hasta campañas de desinformación, atentados con explosivos, y ataques contra infraestructuras energéticas. La guerra híbrida combina tácticas militares con otras no militares, con la intención de erosionar las capacidades internas de sus adversarios y minar su moral y capacidad para hacer frente al gobierno ruso
El interés estratégico de Rusia en los cables submarinos se basa en su importancia para las comunicaciones y las infraestructuras críticas de las potencias europeas. El sabotaje de estos cables podría afectar la estabilidad económica y social de los países afectados. Además, la ubicación estratégica del mar Báltico, junto a los territorios de Rusia y varios países miembros de la OTAN, lo convierte en un punto clave para las actividades submarinas, lo cual aumenta la relevancia estratégica de la situación.
La respuesta de Rusia: negación y contraacuse
Rusia ha negado categóricamente cualquier implicación en los incidentes de los cables submarinos. El gobierno ruso ha calificado las acusaciones de Occidente como una campaña de desinformación dirigida a perjudicar los intereses de Rusia y desviar la atención del conflicto en Ucrania.
Esta negación no ha logrado aplacar la preocupación de las potencias europeas. El comunicado conjunto de los ministros de Exteriores muestra la convicción de las potencias occidentales de la responsabilidad de Rusia, evidenciando la fuerte tensión entre Rusia y Europa en el contexto de la guerra en Ucrania.
un desafío a la seguridad europea y una nueva escalada en las tensiones
Los incidentes de los cables submarinos en el mar Báltico son una muestra más de la complejidad y el alcance de la actual confrontación entre Rusia y Occidente. El evento marca una nueva escalada en las tensiones y plantea un desafío directo a la seguridad de la infraestructura crítica europea. La respuesta de las potencias occidentales, con acusaciones conjuntas y un refuerzo de medidas de seguridad, subraya la preocupación por las acciones rusas en el Báltico y la creciente importancia de salvaguardar la seguridad en la zona.
La investigación de los incidentes está en curso. Se espera que en los próximos días y semanas se conozcan más detalles sobre lo sucedido y sus consecuencias. Sin embargo, lo que está claro es que este evento tiene el potencial de exacerbar aún más la tensión geopolítica en la región.