En un contexto donde el dengue se ha convertido en una creciente amenaza para la salud pública en Argentina, un grupo de estudiantes secundarios de Córdoba ha demostrado un ingenio extraordinario. A través de un proyecto innovador, estos alumnos han desarrollado un método para combatir la propagación del Aedes aegypti, el mosquito transmisor del virus, utilizando un hongo entomopatógeno. Esta iniciativa no solo destaca la creatividad y el potencial de los jóvenes, sino que también pone de manifiesto la importancia de una sólida alfabetización científica en las escuelas.
El hongo Bauveria bassiana: una alternativa biológica
El proyecto, denominado “Denguititis”, se centra en el cultivo del hongo Bauveria bassiana, un agente natural que ataca a los mosquitos sin dañar a otros seres vivos. Los estudiantes, con la orientación de sus profesores y la asesoría de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), han logrado criar mosquitos en un laboratorio móvil, llevando a cabo pruebas que demuestran la efectividad del hongo para eliminarlos. Los resultados obtenidos hasta ahora son prometedores: en ensayos preliminares, el hongo “fulminó” a la mayoría de los mosquitos adultos.
Esta alternativa biológica resulta particularmente atractiva debido a su bajo impacto ambiental. A diferencia de los insecticidas químicos, que pueden ser dañinos para la flora, la fauna y la salud humana, el hongo Bauveria bassiana actúa de manera específica contra el mosquito, ofreciendo una solución más sostenible y segura.
Más allá de la ciencia: un proyecto educativo
La iniciativa “Denguititis” trasciende el ámbito científico, convirtiéndose también en un destacado proyecto educativo. Según la directora del Instituto de barrio General Bustos, Erika Legresti, el proyecto promueve la alfabetización científica, un eje central en su currícula. La vicedirectora, Adriana Navarro, resalta la capacidad de los estudiantes para realizar prácticas científicas experimentales con recursos limitados, demostrando que la innovación y el compromiso pueden suplir la falta de infraestructura.
Los docentes involucrados destacan el entusiasmo de sus alumnos, quienes han demostrado una gran dedicación y compromiso. El profesor Randolfo Velázquez, quien dirige el proyecto, subraya la importancia de la mirada pedagógica, los objetivos de trabajo y el entusiasmo de sus alumnos.
Los estudiantes, Julieta, Carla, Álvaro, Alexia y Benjamín, han explicado sus motivaciones y objetivos. Señalan que las fumigaciones tradicionales solo eliminan a los mosquitos adultos, dejando intactos a las larvas y pupas, responsables de la propagación. Por eso, proponen un caldo químico a base del hongo, que resulta inocuo para humanos, animales y plantas. También destacan que el control biológico es el más efectivo, que el proyecto es preventivo y permite la eliminación completa del mosquito.
El futuro del proyecto: una solución para la comunidad
Los estudiantes planean continuar sus investigaciones, colocando ovitrampas para obtener huevos de Aedes aegypti y formar una colonia para realizar más pruebas a principios del año que viene. Su objetivo es comprobar la efectividad del caldo químico para ayudar a la comunidad y a los organismos que investigan el tema, con la esperanza de abrir las puertas para llevar este proyecto a gran escala.
El profesor Velázquez y los estudiantes ponen a disposición el caldo químico como una solución práctica y casera para combatir el dengue. Aspiran a presentarlo a organismos privados y provinciales para su producción y distribución masiva, con el objetivo de ayudar a combatir esta endemia. Este proyecto es un ejemplo inspirador de cómo la educación científica, la innovación y el compromiso pueden contribuir a mejorar la calidad de vida y abordar problemas de salud pública.
En conclusión, la iniciativa de los estudiantes cordobeses demuestra el enorme potencial que existe en las escuelas argentinas. Su trabajo no solo es un avance en la lucha contra el dengue, sino también una demostración de que, con creatividad, recursos limitados y una visión innovadora, es posible generar soluciones reales a problemas importantes para la sociedad. Su perseverancia y compromiso son un llamado a la acción, una señal esperanzadora para el futuro de la investigación científica en Argentina y una lección sobre la importancia de cultivar la creatividad y la curiosidad en la educación de los jóvenes.