¡Bomba, bomba! Damas y caballeros, bienvenidos al circo mediático-político donde los golpes bajos y las trompadas verbales son el pan de cada día. En esta esquina, con su frondosa melena al viento y sus ideas liberales como estandarte, ¡Fran Fijap, el influencer que ama la libertad… o al menos eso dice! Y en la otra esquina, el campeón de los piquetes y la lucha social, ¡Eduardo Belliboni, el hombre que no le teme a nada… ni a nadie! ¡Que comience la función!
Round 1: La chispa que encendió la pradera
Todo comenzó en el programa “Domados”, conducido por la siempre audaz María Julia Oliván. Un ring neutral, se suponía. Pero claro, con dos personalidades como Fijap y Belliboni, era cuestión de tiempo para que saltaran chispas. Y vaya si saltaron. Un simple saludo se convirtió en un infierno. ¿La razón? Un supuesto “viejo pelotudo” que desató la furia piquetera. ¡Ay, las palabras, esas armas de doble filo!
Según el relato de Fijap, más dramático que una novela de Corín Tellado, Belliboni no solo lo agredió a él, sino que también intentó agredir a la pobre Oliván, quien quedó en medio del fuego cruzado. Un héroe a la fuerza, nuestro Fran, que dice haber “desviado los golpes” como si fuera Bruce Lee. ¡Un verdadero maestro del kung fu libertario!
Round 2: La versión del piquetero justiciero
Pero Belliboni no se quedó callado. ¡No señor! El líder del Polo Obrero contraatacó con su propia versión de los hechos, acusando a Fijap de ser un provocador y de haberlo insultado primero. Un “viejo pelotudo” por aquí, un empujón por allá… ¡La pelea verbal se convirtió en un tango de insultos y acusaciones cruzadas!
Para colmo, Belliboni se quejó de que la producción del programa solo difundió las imágenes que perjudicaban su imagen. ¡Conspiración! ¡Censura! ¡Escándalo! Amarillo Pérez al rescate, para desentrañar la verdad detrás de este turbio asunto.
El análisis de Amarillo “Polémica” Pérez: ¿Quién es el verdadero culpable?
Fijap, con su estilo provocador y sus denuncias de “intentos de asesinato”, parece sacado de una película de Quentin Tarantino. ¿Será una víctima inocente o un oportunista que busca fama a cualquier costo? Belliboni, por su parte, se presenta como un hombre de barrio, defensor de los pobres y víctima de una campaña de desprestigio. ¿Un lobo con piel de cordero o un justiciero incomprendido?
Lo cierto es que este lamentable episodio nos deja con más preguntas que respuestas. ¿Es la violencia la forma correcta de dirimir las diferencias políticas? ¿Son los medios de comunicación cómplices de la escalada de agresividad en el debate público? ¿Y qué papel juega la audiencia, esa masa ávida de escándalos y peleas mediáticas?
Amarillo “Polémica” Pérez los invita a debatir, a opinar, a dejar sus comentarios. Porque en este circo, la función debe continuar… ¡y el público tiene la última palabra!