¡Indignante! Juan Manuel Beltrán, el empresario acusado de atropellar a tres jóvenes y darse a la fuga en Córdoba, está libre como si nada. ¿Justicia? Parece que para algunos, la ley es solo un adorno. La fiscal Jorgelina Gutiez le otorgó la libertad mientras la investigación continúa, pero ¿qué investigación? ¿Acaso creen que este tipo, con todo su dinero y poder, va a pagar por lo que hizo? Yo, Amarillo “Polémica” Pérez, les digo que no. Prepárense para otro caso de impunidad en Argentina, donde los ricos hacen lo que quieren y los pobres… bueno, ya sabemos.
Un atropello a la justicia… y a tres jóvenes inocentes
Recordemos los hechos: tres chicos, volviendo de una fiesta de 15, son brutalmente embestidos por una camioneta 4×4 que iba a toda velocidad por el Camino Intercountries. El conductor, ni siquiera se molestó en frenar. Los dejó tirados como animales, uno de ellos gravemente herido. ¿Y quién era el conductor? ¡Adivinaron! Juan Manuel Beltrán, un empresario que seguramente pensó que podía salirse con la suya. Pero la presión social y la rápida acción policial lo pusieron tras las rejas… por unas horas. Ahora, este señor está en su casa, disfrutando de su libertad, mientras las víctimas y sus familias siguen sufriendo las consecuencias de su acto criminal.
La fiscal Gutiez argumenta que Beltrán está acusado de “lesiones culposas leves”. ¡Lesiones leves! ¿Acaso no vio las fotos del chico internado? ¿No leyó los testimonios de los testigos que aseguran que la camioneta iba a más de 100 km/h? Parece que para la justicia, un joven con múltiples fracturas y traumas psicológicos es solo un caso de “lesiones leves”. ¡Qué vergüenza!
Pero no nos sorprende, ¿verdad? En este país, la justicia tiene dos caras: una para los ricos y otra para los pobres. Si fueras un simple trabajador, un laburante que cometió un error al volante, estarías pudriéndote en la cárcel. Pero si eres un empresario con influencias, puedes atropellar a quien quieras, darte a la fuga y salir libre en cuestión de días. Así funciona la Argentina, amigos. Un país donde la impunidad es la moneda corriente.
Y mientras tanto, ¿qué hace el Gobierno? Mira para otro lado, como siempre. Les importa más cuidar a sus amigos empresarios que proteger a los ciudadanos comunes. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar esta injusticia? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que los poderosos se burlen de la ley?
No podemos quedarnos callados. Tenemos que levantar la voz, exigir justicia para las víctimas y que Beltrán pague por lo que hizo. Este caso no puede quedar impune. ¡Basta de impunidad! ¡Justicia por los jóvenes atropellados!
Compatriotas, la liberación de Beltrán es una bofetada a la sociedad, una muestra más de que la justicia está en venta. No permitamos que este caso se sume a la larga lista de atropellos e impunidad en nuestro país. Hagamos que se escuche nuestra voz, que se haga justicia. ¡No nos quedemos callados!
¿Qué mensaje le estamos enviando a la sociedad cuando dejamos que un hombre rico y poderoso se salga con la suya después de cometer un acto tan cobarde? ¿Les estamos diciendo a nuestros jóvenes que sus vidas no valen nada? No podemos permitir que esto suceda. Debemos exigir justicia y un cambio en el sistema que permita que estos casos se repitan una y otra vez.
La justicia argentina está en crisis, y casos como este solo profundizan la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones. Necesitamos una reforma profunda del sistema judicial, que garantice la igualdad ante la ley para todos, sin importar su condición social o económica. La justicia debe ser ciega, no corrupta.
Este no es solo el caso de Juan Manuel Beltrán; es el caso de todos los argentinos que alguna vez han sido víctimas de la impunidad. Es el caso de aquellos que han perdido la fe en la justicia. Es hora de despertar y exigir un cambio real. ¡No más impunidad!
Los invito a unirse a esta lucha por la justicia. Difundan este mensaje, compartan su indignación en las redes sociales, exijan a las autoridades que actúen. Juntos podemos hacer la diferencia. Juntos podemos lograr que Juan Manuel Beltrán pague por lo que hizo. ¡Justicia ya!