Bahía Blanca se estremece. El rugido del viento aún resuena en las calles, pero es el silencio de Nelson Javier Zinni, el ‘Guardián de los Sonidos’, lo que verdaderamente ensordece a la ciudad. Periodista, empleado municipal, pero, sobre todo, un apasionado coleccionista de vinilos, Nelson personificaba la memoria musical de Bahía Blanca. El temporal implacable no solo dejó destrucción, sino que arrebató una vida, un legado, una pasión que hoy se siente irremplazable.
En un acto de arrojo, buscando ayudar a sus vecinos durante la tormenta, Nelson encontró un destino cruel. Su partida ha sembrado un profundo pesar en el corazón de quienes lo conocieron, dejando un vacío que parece imposible de llenar.
El Guardián de los Sonidos: Un Legado en Vinilo
¿Qué tienen en común un disco de Gardel, un cilindro de Thomas Alva Edison y una vitrola de 1906? Para Nelson, eran eslabones de una cadena sonora que unía el pasado con el presente, la música con la historia, la cultura con la comunidad. A sus 48 años, este guardián de los sonidos había tejido una vida en torno a su inmensa colección de vinilos, un tesoro de más de 20.000 piezas que narraban la historia de la música y la cultura popular.
Pero su pasión no se limitaba a acumular discos. Nelson era un alquimista del sonido, capaz de insuflar vida a cada surco, a cada nota, a cada melodía. Su programa de radio, ‘Con ruido a púa’, emitido por LU3 de Bahía Blanca, era una invitación a sumergirse en su universo particular, donde los vinilos se convertían en portales a épocas pasadas.
En una entrevista con el diario La Nueva, en junio de 2023, Nelson se autodenominó ‘el guardián de los sonidos’. Su casa, convertida en un museo personal, era un santuario donde cada objeto vibraba con una historia propia. ‘Es difícil dar un número exacto de la cantidad de discos que tengo… Puede haber más de 20 mil’, confesaba con humildad, revelando la magnitud de su tesoro sonoro.
Ese amor por la música germinó en su infancia, cuando su padre utilizaba un tocadiscos para calmarlo mientras su abuela lo alimentaba. Aquel tocadiscos, el mismo que su madre, profesora de danzas españolas, usaba para sus clases, fue la semilla de una pasión que lo acompañaría toda su vida.
Bahía Blanca Bajo el Temporal: Un Contexto de Tragedia
La tormenta que azotó Bahía Blanca dejó una cicatriz imborrable. Vientos huracanados, lluvias torrenciales y una sensación de caos que se apoderó de la ciudad. En medio de la emergencia, vecinos intentando proteger sus hogares, calles anegadas y un clima de desolación generalizada. Fue en este contexto que Nelson, fiel a su espíritu solidario, salió a ayudar a sus vecinos, encontrando un destino fatal.
Un Acto de Valentía en Medio de la Tormenta
La noticia corrió como un reguero de pólvora, dejando a la comunidad en estado de shock. Nelson, en un gesto de absoluta entrega, intentó destapar un desagüe para aliviar la situación de sus vecinos durante el temporal. La furia del agua, impiadosa, lo arrastró, apagando su voz para siempre.
“QEPD Nelson Zinni, se lo llevó la tormenta, no tengo dudas que ayudando alguien. Gran persona, atento, de los que te saludan todos tus cumples, una cara amable en licencias de conducir, fanático único de los discos, adoptante de un niño grande, loco lindo, familia de buena gente”, escribió un amigo en X, un eco del sentir colectivo.
Desde LU3 Radio Bahía Blanca, la emisora que le abrió las puertas para compartir su pasión a través de ‘Con ruido a púa’, expresaron su profundo pesar: ‘Lamentamos informar el fallecimiento de nuestro querido compañero Nelson Zinni… Desde LU3 enviamos nuestro pésame a familiares, amigos y colegas de Nelson’.
Un Legado Imborrable: La Música como Legado
Más allá de su vasta colección y su programa de radio, Nelson deja una huella imborrable de amor por la cultura y un profundo compromiso con su comunidad. Su pasión inagotable por la música, su dedicación al periodismo y su espíritu altruista lo convirtieron en un verdadero referente para Bahía Blanca.
En enero de 2024, había sido promovido a jefe de la División de Emisión de Licencias de conducir de la Municipalidad, un reconocimiento a su intachable trayectoria y su vocación de servicio público. Un logro que celebró con la humildad que lo caracterizaba.
Entre sus tesoros más preciados, se encontraban una vitrola patentada en 1906, obsequio de su padre, y un cilindro de Thomas Alva Edison, reliquias que simbolizaban su fascinación por la historia de la música y su incansable búsqueda por preservar el pasado.
¿Qué destino le depararía a su colección? ‘La idea es que si alguien los puede conservar estaría bueno que no se pierdan… Me gustaría que alguien los conserve y les dé el mismo valor que les di yo durante mi vida’, confesó Nelson, revelando su anhelo de que su legado perdurara.
Y añadía: ‘Si se venden, que alguien los compre con la idea de conservarlos. Y si los conservan, que les den una utilidad para ayudar a quienes necesiten algo’. Un deseo que encapsula su espíritu generoso y su vocación de servicio a la comunidad.
Nelson ya no está, pero su pasión sigue vibrando en cada uno de los discos que atesoró, en cada melodía que compartió, en cada recuerdo que sembró en el corazón de Bahía Blanca. Su legado es un llamado a valorar la cultura, a honrar la memoria y a construir una comunidad más solidaria y comprometida. El ‘Guardián de los Sonidos’ ha partido, pero su música seguirá sonando por siempre.
¿Cómo honrar su memoria? Compartiendo sus recuerdos de Nelson en redes sociales, explorando la música que amaba, apoyando iniciativas culturales en su comunidad. Nelson vive en cada eco de solidaridad, en cada nota de esperanza, en cada acto de amor por la cultura.