El experimento Bitcoin de Nayib Bukele en El Salvador ha llegado a su fin. La Asamblea Legislativa, controlada por el oficialismo, ha reformado la Ley Bitcoin, eliminando la obligatoriedad de aceptar la criptomoneda como forma de pago. Esta decisión, tomada tras presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y una baja adopción por parte de la población, marca un hito en la historia de la criptomoneda y plantea interrogantes sobre el futuro de su adopción en economías emergentes.
Un giro radical en la política económica de Bukele
En septiembre de 2021, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal, una decisión impulsada por el presidente Nayib Bukele con la promesa de modernizar la economía, atraer inversiones y reducir la dependencia del dólar estadounidense. La Ley Bitcoin obligaba a todos los agentes económicos, incluyendo empresas e instituciones públicas, a aceptar la criptomoneda como forma de pago.
Sin embargo, la realidad distó mucho de las expectativas. La volatilidad del Bitcoin, la falta de infraestructura adecuada y la resistencia de la población a adoptar una moneda digital desconocida y fluctuante, llevaron a un bajo nivel de uso. Diversos estudios de encuestadoras revelaron que el 92% de la población no utilizó Bitcoin en 2024, el año con menor uso desde su implementación.
La presión del FMI y la necesidad de un rescate financiero
La decisión de eliminar la obligatoriedad del Bitcoin se produce en medio de negociaciones con el FMI para un préstamo de 1400 millones de dólares, crucial para aliviar la delicada situación económica del país. El FMI ha sido un crítico abierto de la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal, argumentando los riesgos para la estabilidad financiera y la protección del consumidor.
El Salvador enfrenta una alta deuda pública y una economía poco dinámica, y el préstamo del FMI se presenta como una tabla de salvación para el gobierno de Bukele. Ante esta necesidad, el presidente se vio obligado a ceder a las presiones del organismo internacional y reformar la Ley Bitcoin, eliminando uno de los pilares de su ambicioso proyecto económico.
Consecuencias y futuro del Bitcoin en El Salvador
Con la reforma de la ley, el Bitcoin deja de ser moneda de curso legal en El Salvador, aunque su uso no está prohibido. Las transacciones con la criptomoneda ahora serán voluntarias, tanto para personas naturales como jurídicas de carácter privado. Esto significa que los comercios ya no estarán obligados a aceptarla como forma de pago y los ciudadanos podrán optar por utilizarla o no en sus transacciones.
El futuro del Bitcoin en El Salvador es incierto. Si bien el gobierno mantiene una reserva de más de 6000 bitcoins, la baja adopción por parte de la población y la falta de un marco regulatorio claro plantean dudas sobre su viabilidad a largo plazo. El experimento de Bukele, aunque fallido en su objetivo inicial, ha generado un debate global sobre el rol de las criptomonedas en las economías nacionales y ha dejado valiosas lecciones para otros países que consideren adoptarlas.
La decisión de Bukele también abre interrogantes sobre la sostenibilidad de su modelo económico y su dependencia de la inversión extranjera. La apuesta por el Bitcoin, que buscaba atraer capitales y generar confianza en la economía salvadoreña, no ha logrado los resultados esperados. El Salvador continúa enfrentando desafíos económicos significativos y la necesidad de reformas estructurales más profundas.
A pesar del revés en su estrategia con el Bitcoin, Bukele mantiene una alta popularidad en El Salvador, gracias a sus políticas de seguridad y su estilo de liderazgo. Sin embargo, la derogación de la Ley Bitcoin podría afectar su imagen como un líder innovador y disruptivo. El futuro político de Bukele y de El Salvador dependerá de su capacidad para sortear la crisis económica y generar confianza en la población.
Finalmente, el caso de El Salvador sirve como una advertencia sobre los riesgos de adoptar políticas económicas radicales sin una adecuada evaluación de sus posibles consecuencias. La apuesta por el Bitcoin, si bien prometía una revolución financiera, no consideró las particularidades del contexto económico y social del país, lo que llevó a su fracaso.
El Salvador ahora deberá enfocarse en la reconstrucción de su economía y en la búsqueda de soluciones sostenibles a largo plazo. La derogación de la Ley Bitcoin, aunque dolorosa para Bukele, podría ser una oportunidad para replantear la estrategia económica del país y buscar un camino más estable hacia el desarrollo.
La experiencia salvadoreña con el Bitcoin será estudiada por economistas y politólogos durante años. Su análisis servirá para comprender los desafíos y las limitaciones de la adopción de criptomonedas en economías emergentes y para extraer lecciones valiosas para el futuro de las finanzas globales.