Tras la fachada de éxito y crecimiento exponencial de Mercado Libre, se esconde una realidad sombría: la precarización laboral de miles de repartidores que sostienen el engranaje de la plataforma. Largas jornadas, salarios insuficientes, ausencia de beneficios básicos y una constante incertidumbre definen el día a día de quienes se encargan de llevar los productos a los hogares argentinos. Este artículo se adentra en las condiciones laborales de los repartidores de Mercado Libre, exponiendo un sistema que se aprovecha de la necesidad y la falta de regulación, mientras las ganancias de la empresa se multiplican y las figuras políticas guardan silencio cómplice.
Un ejército de trabajadores invisibles
El auge del comercio electrónico, acelerado por la pandemia, ha generado una demanda creciente de servicios de entrega a domicilio. Mercado Libre, como líder del sector en Argentina, ha capitalizado esta tendencia, pero lo ha hecho a costa de la precarización de sus repartidores. Estos trabajadores, en su mayoría jóvenes, se ven obligados a aceptar condiciones laborales indignas para poder subsistir.
Las jornadas laborales extenuantes, que pueden superar las 12 horas diarias, son la norma. Los repartidores deben cumplir con rutas y horarios impuestos por la aplicación, sin posibilidad de negociación. La presión por entregar la mayor cantidad de paquetes en el menor tiempo posible genera un estrés constante y aumenta el riesgo de accidentes de tránsito.
Salarios de miseria y ausencia de beneficios
Los ingresos de los repartidores de Mercado Libre son extremadamente bajos, oscilando entre $150.000 y $400.000 pesos semanales brutos, muy por debajo de la canasta básica. A esto se suma la falta de beneficios laborales como vacaciones pagas, aguinaldo, obra social y aportes jubilatorios. En caso de accidente o enfermedad, los repartidores quedan completamente desprotegidos.
Además, los repartidores deben asumir los costos de mantenimiento de sus vehículos, combustible, peajes y seguros. Incluso deben proporcionar su propio teléfono celular y plan de datos para utilizar la aplicación de Mercado Libre. En muchos casos, terminan trabajando a pérdida, descapitalizándose y endeudándose para poder seguir adelante.
La responsabilidad de Mercado Libre y el Estado
Mercado Libre se desliga de cualquier responsabilidad laboral con sus repartidores, argumentando que son trabajadores independientes. Sin embargo, la empresa controla todos los aspectos del trabajo, desde la asignación de rutas y horarios hasta las tarifas y las formas de pago. Esta situación de dependencia encubierta es una forma de evadir las obligaciones laborales y maximizar las ganancias a costa de los trabajadores.
El Estado, por su parte, ha sido cómplice de esta situación al no regular adecuadamente el trabajo de los repartidores de plataformas digitales. La falta de control y la ausencia de una legislación específica que proteja a estos trabajadores ha permitido que Mercado Libre y otras empresas del sector operen con total impunidad.
¿Hacia un futuro de trabajo digno?
La precarización laboral de los repartidores de Mercado Libre es un reflejo de un problema más amplio que afecta a millones de trabajadores en Argentina y el mundo. La creciente digitalización de la economía ha generado nuevas formas de trabajo que, en muchos casos, se caracterizan por la falta de derechos y la precariedad.
Es urgente que el Estado intervenga para regular el trabajo de los repartidores de plataformas digitales, garantizando salarios dignos, jornadas laborales razonables, acceso a la seguridad social y el derecho a la sindicalización. Solo así se podrá construir un futuro de trabajo decente para todos.
La lucha por la dignificación del trabajo de los repartidores es una batalla clave en la defensa de los derechos laborales en el siglo XXI. Es hora de que la sociedad en su conjunto tome conciencia de esta problemática y exija un cambio profundo en el modelo de negocio de las plataformas digitales, que priorice el bienestar de los trabajadores por encima de la maximización de las ganancias.