En la Solemnidad de Cristo Rey, el Papa Francisco dirigió un mensaje esperanzador a los jóvenes, ofreciéndoles una guía para navegar los desafíos contemporáneos. Su homilía, pronunciada durante la celebración diocesana de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), resonó con fuerza entre las nuevas generaciones, ofreciendo tres claves fundamentales para afrontar las dificultades con valentía y fe.
Tres claves para la perseverancia en la fe
El Papa Francisco, evocando el juicio de Jesús ante Pilato, instó a los jóvenes a no temer las acusaciones y condenas del mundo. Recordó que Jesús, ante las falsas imputaciones, permaneció fiel a la verdad, incluso hasta el sacrificio de su vida. Esta valentía, según el Papa, debe ser un ejemplo para los jóvenes que puedan enfrentar críticas o desánimo por mantenerse fieles a sus valores cristianos en entornos desafiantes como la escuela o el trabajo.
Francisco enfatizó que las acusaciones infundadas, aunque dolorosas, con el tiempo se desvanecen, mientras que las obras de amor perduran y embellecen la vida. Invitó a los jóvenes a no tener miedo de las ‘condenas’ del mundo, instándolos a seguir amando incondicionalmente.
La segunda clave se centra en la necesidad de liberarse del afán de consensos superficiales. El Papa citó el pasaje bíblico donde Jesús declara: “Mi reino no es de este mundo” (Jn 18,36). Con esto, Francisco destacó que la búsqueda de aprobación y elogio puede llevar a la angustia. En cambio, exhortó a los jóvenes a encontrar su brillo en el amor infinito de Dios, en acciones genuinas de amor y caridad.
El Santo Padre alertó sobre las falsas promesas de aquellos que buscan manipular a los jóvenes a través de vanas ilusiones. Insistió en que lo que realmente da sentido y salva la vida es la gratuidad del amor, y no la búsqueda de consensos vacíos.
La tercera y última clave se concentra en el testimonio de la verdad en el amor. El Papa enfatizó que Jesús vino al mundo para dar testimonio de la verdad, enseñándonos a amar a Dios y al prójimo. Recordando las palabras del Beato Pier Giorgio Frassati, “ya no se vive, sino que se ‘va tirando'” cuando se carece de una misión de verdad y amor, el Pontífice destacó la importancia del testimonio cristiano arraigado en el sacrificio de Cristo.
Francisco aseguró que aunque el mundo pueda parecer abrumado por el mal, Dios no ha perdido el control de los acontecimientos. Cristo, Rey del Universo, acompaña a sus fieles, los corrige en sus caídas, y no deja de amarlos ni de levantarlos si se lo permiten.
La Jornada Mundial de la Juventud llega a Asia
La Solemnidad de Cristo Rey también sirvió como marco para el relevo de los símbolos de la JMJ. Los jóvenes portugueses, tras la JMJ de Lisboa 2023, entregaron la Cruz y el icono de María, Salus Populi Romani, a sus homólogos coreanos. Estos jóvenes coreanos llevarán los símbolos en una peregrinación a través de Asia, llevando un mensaje de esperanza y fe a lugares donde el cristianismo es menos predominante.
Esta peregrinación representa un hito significativo en la historia de la JMJ, extendiendo su alcance a una región del mundo con un gran potencial de crecimiento en la fe. Los jóvenes coreanos, como ‘incansables misioneros de la alegría’, buscan llevar consuelo y cercanía a aquellos que sufren, a los presos, a los pobres y a los jóvenes sin esperanza.
El Papa Francisco expresó su alegría por este relevo de la antorcha, recalcando la importancia de la esperanza en el Señor para perseverar sin cansancio. Asimismo, anunció la canonización del Beato Carlo Acutis en abril de 2025 y la próxima canonización del Beato Pier Giorgio Frassati, en agosto del mismo año, ambas fechas en el contexto de los Jubileos de los Adolescentes y Jóvenes respectivamente, noticias que llenaron de regocijo a los presentes.
En resumen, la homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de Cristo Rey brindó una guía invaluable para los jóvenes que enfrentan desafíos en la sociedad actual, invitándolos a la perseverancia en la fe, el amor y la verdad. El relevo de la JMJ hacia Corea del Sur marca un nuevo capítulo en la expansión del mensaje cristiano a nivel mundial, irradiando esperanza en diferentes culturas y contextos.