El programa “Almorzando con Juana”, conducido por Juana Viale en Canal Trece, fue escenario de un escalofriante relato que dejó a la audiencia conmocionada. El invitado, el reconocido neurólogo Conrado Estol, desentrañó detalles impactantes sobre la tragedia de Los Andes, centrándose en el caso excepcional de Nando Parrado, un joven que desafió a la muerte de una manera que rozó lo milagroso.
Un accidente que marcó un antes y un después
El vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que transportaba al equipo de rugby Old Christians Club, se estrelló en la Cordillera de los Andes el 13 de octubre de 1972. El impacto brutal cobró la vida de muchos pasajeros instantáneamente, mientras que otros quedaron atrapados en un infierno helado a más de 3.600 metros de altura. Entre los sobrevivientes, se encontraba Fernando “Nando” Parrado, quien no solo enfrentó las inclemencias del clima, la escasez de alimentos y la pérdida de seres queridos, sino que también superó una lesión que, según los expertos, debería haber sido fatal.
Según el estremecedor relato del Dr. Estol en el programa de Juana Viale, Parrado sufrió una fractura de cráneo en el accidente. “En el impacto, el avión se partió en la fila de Nando”, explicó Estol. “Su madre y su hermana murieron. Su amigo de la infancia, Panchito, murió. Estuvo en una zona de mucho traumatismo. Tuvo un golpe, entró en coma y lo dejaron afuera”.
La crudeza de la situación y la falta de recursos médicos en medio de la Cordillera llevaron a los demás sobrevivientes a creer que Parrado había fallecido. “Lo habían puesto con los otros muertos”, confirmó el neurólogo, quien con el tiempo entabló una amistad con Parrado. El joven fue colocado junto a los cuerpos sin vida, expuesto al frío extremo de la noche andina. Lo que sucedió después desafía cualquier lógica médica y se convierte en un testimonio asombroso de la resistencia del espíritu humano.
“Parrado cuando cuenta la historia dice ‘yo debería estar muerto en un glaciar en la Cordillera de Los Andes’…”
El despertar de un gigante dormido: La ciencia tras el milagro
La explicación médica del Dr. Estol sobre la supervivencia de Parrado dejó atónitos a los presentes. “Se le fracturó el cráneo… En el golpe el cerebro se inflama, pero cuando no tiene a dónde ir, cuando el cráneo está intacto, te mata la inflamación. Acá, al estar separados los huesos por la fractura no pasó”, detalló el especialista. La fractura de cráneo, paradójicamente, se convirtió en la salvación de Parrado. Al tener espacio para expandirse, la inflamación cerebral, que normalmente sería letal en un traumatismo de este tipo, no comprimió el cerebro, permitiéndole sobrevivir.
Abandonado a su suerte en medio del gélido paisaje andino, Parrado permaneció en coma durante tres días. El Dr. Estol describe este periodo como una combinación de tragedia y milagro: “A él lo tiraron en la nieve. Tragedia y milagro, murió mucha gente”. Contra todo pronóstico, Parrado despertó. La hipotermia, que en otras circunstancias podría haber sido fatal, ayudó a reducir la inflamación cerebral. Despertó en un escenario desolador, rodeado de la muerte, pero con una fuerza interior que lo impulsaría a realizar una hazaña épica.
Este caso extraordinario abre interrogantes sobre los límites de la resistencia humana y la capacidad del cuerpo para sobrevivir en condiciones extremas. Parrado, sin conocimientos médicos previos, logró sobreponerse a una lesión grave en un entorno hostil, desafiando las expectativas de la ciencia y convirtiéndose en un ejemplo de superación para la humanidad.
Más allá de la supervivencia: La hazaña de Parrado y Canessa
La historia de Nando Parrado no se limita a su milagrosa recuperación. Después de diez días de agonizante espera, comprendió que la única esperanza de rescate residía en buscar ayuda por sí mismos. Junto a su compañero Roberto Canessa, quien con un año de estudios de medicina se convirtió en el médico del grupo, emprendió una travesía imposible a través de las montañas. Debilitados, con escasos recursos y enfrentando temperaturas extremas, Parrado y Canessa caminaron durante diez días, hasta encontrar al arriero chileno Sergio Catalán, quien dio aviso a las autoridades y finalmente, logró el rescate de los 16 sobrevivientes.
La determinación de Parrado, impulsada por la necesidad de sobrevivir y honrar la memoria de sus seres queridos, lo convirtió en un héroe. Su historia, narrada en libros y películas, continúa inspirando a personas de todo el mundo, demostrando que incluso en las situaciones más adversas, la voluntad humana puede superar cualquier obstáculo.
El relato del Dr. Estol en “Almorzando con Juana” no solo revivió la tragedia de Los Andes, sino que también arrojó luz sobre un aspecto poco conocido de la historia de Nando Parrado: su asombrosa recuperación de una lesión que debería haber sido mortal. Un testimonio conmovedor que nos recuerda el poder de la esperanza y la fuerza indomable del espíritu humano.