Cuatro años después de la muerte de Diego Armando Maradona, el juicio por su fallecimiento sigue envuelto en un mar de retrasos y sospechas. Un escándalo que solo alimenta la llama de la polémica, como si el astro mismo se encargara de mantener vivo el misterio desde el más allá. ¿Fue negligencia? ¿Fue un complot? Amarillo “Polémica” Pérez se adentra en el laberinto judicial para contarte los detalles más escabrosos de este caso que conmueve al mundo entero.
La agonía de un Dios
El 25 de noviembre de 2020, el mundo se paralizó. Diego, el ídolo inigualable, dejaba este mundo a sus 60 años. Su cuerpo, que soportó el peso de una vida llena de excesos, se apagaba en una casa del country San Andrés, en Tigre. Mientras que algunos lo lloran, otros cuestionan, las sombras se ciernen sobre las últimas horas del futbolista. Las preguntas insistentes son ¿fracaso médico? ¿homicidio? Esas son preguntas que, inevitablemente, generan mucho morbo.
Según la autopsia, la causa de la muerte fue un “edema agudo de pulmón secundario a insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”. Pero esta simple conclusión es sólo la punta de un iceberg gigantesco de especulaciones, dudas y acusaciones que amenazan con convertir la escena en un circo mediático con una trama confusa de misterio y sospechas.
La investigación se enfocó en el equipo médico a cargo de su atención domiciliaria. De hecho, se convirtió en una auténtica cacería de brujas en la que se apuntó, sin clemencia, a todos los profesionales de la salud involucrados.
El juicio: un viacrucis de dilaciones
En abril de 2022, la causa fue elevada a juicio. Ocho personas se encuentran imputadas. OCHO personas. Eso ya es bastante cuestionable, ¿no crees? Una cosa es que hubiese negligencia médica en el caso, otra cosa totalmente diferente es que ocho personas se vean involucradas en un proceso tan largo y complejo.
Inicialmente programado para junio de 2024, el juicio ha sufrido varias postergaciones, la última lo establece para marzo de 2025. Las defensas de los acusados han solicitado reiteradamente prórrogas, argumentando la necesidad de más tiempo para preparar la defensa. ¿Casualidad? ¡Claro que no! A este paso, ¡Maradona volverá de la tumba antes de que el juicio termine!
Los retrasos solo añaden combustible a las especulaciones sobre una posible conspiración para proteger a los responsables. La espera eterna se torna interminable. Mientras los acusados continúan libres, el fantasma de la impunidad planea sobre la sala del tribunal y parece, por momentos, imposible desentrañar esta historia oscura.
Entre los acusados están figuras clave como Leopoldo Luque, el neurocirujano a cargo; la psiquiatra Agustina Cosachov, un grupo de enfermeros y otras figuras médicas que jugaron un rol fundamental en los últimos días del Dios del fútbol.
Un proceso judicial con una lista de testigos tan larga como la historia de los goles de Maradona y la esperanza de justicia tan esquiva como una gambeta del 10. Se habla de unos 200 testigos, incluyendo a los hijos de Diego, sus ex parejas, hermanos, abogado y socios. ¡Un verdadero batallón de personajes con distintos intereses!
La sombra de la impunidad
Un delito con una pena de entre 8 y 25 años de prisión, según el Código Penal argentino. De la misma manera que en los partidos que jugaba Maradona, la tensión aquí se siente en el ambiente. Pero a pesar de la gravedad de las acusaciones y los múltiples indicios de una posible negligencia grave, los fiscales nunca solicitaron la detención preventiva de los acusados. Una situación inaceptable, a todas luces. Una total falta de respeto a la figura de Maradona, que merece una profunda investigación sin la intromisión de intereses personales ni políticos.
La falta de prisión preventiva genera suspicacias. Algunos ven un claro indicio de que existen poderosos intereses detrás de los retrasos del juicio, un pacto de silencio para proteger a los involucrados. ¿Acaso existen personajes influyentes que quieren evitar que se revele la verdad? Esa es la pregunta que muchos se hacen y que esta “investigación” no responde
Mientras el tiempo avanza y el juicio se aleja, el dolor de los fanáticos se mantiene vivo. El pueblo exige justicia. La herida del fallecimiento de Maradona sigue abierta, exacerbada por la interminable espera de un proceso judicial que se mueve a paso de caracol. La inacción judicial sólo sirve para alimentar las teorías conspirativas que hacen un show de esta tragedia.
Amarillo “Polémica” Pérez deja aquí sus interrogantes y te invita a cuestionar: ¿Justicia para Maradona? ¿O simplemente otro capítulo de impunidad en Argentina?
Los 200 testigos y las preguntas sin respuestas
La lista de testigos convocados para declarar en el juicio es enorme y, curiosamente, no existe una sola persona de los más de 200 testigos que puedan esclarecer algo sobre la muerte de Maradona, pero claro, con más de 200 testigos es fácil dilatar el juicio por un tiempo considerable. ¿Acaso será esta una herramienta para desviar la atención o para generar aún más confusión?
Entre los convocados, aparecen desde sus familiares más cercanos, pasando por sus ex parejas (Villafañe, Ojeda, Oliva), sus abogados (Morla) y socios (Stinfale) hasta los propios profesionales de la salud. Un reparto bastante curioso, por decir lo menos.
La abundancia de testigos solo acentúa la complejidad del caso, y para muchos, es un intento deliberado para prolongar la agonía de la verdad. Mientras tanto, aquellos que siguen esperando justicia, quienes solo quieren saber qué paso en realidad, siguen sin recibir una respuesta certera. ¿Será que jamás sabremos la verdad?
El caso Maradona es un ejemplo perfecto de cómo el sistema judicial puede fallar al pueblo, y como el show mediático puede opacar la búsqueda de justicia. El ídolo eterno merece una respuesta certera, no una telenovela de suspenso, y el juicio debe avanzar, sin más dilaciones ni excusas. ¿Será posible alguna vez?